Durante los últimos años, la recría de ponedoras va recibiendo la atención que se merece.
De pasar a ser considerada como un coste en el pasado, ha pasado a ser un elemento importante para la correcta consecución de los objetivos productivos durante la fase de puesta, considerándose más una inversión de futuro.
Hay varios aspectos han ayudado a este cambio de percepción y sin duda, algunos de los más importantes, entre otros, son:
- Líneas genéticas con mayor persistencia y longevidad
- Cambios en los sistemas de alojamiento
- Mayor conocimiento sobre los efectos de esta fase sobre la producción
Además de la tradicional fase de recría de 0 a 16 semanas de vida, hay un énfasis importante por transmitir la importancia de seguir el crecimiento de los animales hasta las 30 semanas de vida, edad aproximada a la se considera que los animales llegan a su peso adulto.
Esta fase de 16 a 30 semanas, donde se suceden distintos acontecimientos (traslado e inicio de puesta, principalmente), se tratará en un artículo independiente por su especial importancia en sistemas alternativos.
Los niveles nutricionales recomendados por las estirpes u organismos son las referencias usadas para construir un plan de alimentación general.
- No obstante, ese plan debe de adaptarse a las condiciones específicas de cada lote (objetivo productivo, alojamiento, época del año, estirpe, densidades, condición corporal, estado sanitario, plan vacunal,…).
Debemos de tener claro que nutrir y alimentar no son cosas iguales.
a) La nutrición tiene en cuenta los nutrientes que componen los alimentos e implica los procesos de obtención de alimento, asimilación y digestión. Eso supone:
- Conocer los valores nutricionales de los alimentos
- Entender como el animal absorbe y utiliza los nutrientes
- Conocer las necesidades de los animales en sus distintas fases
b) La alimentación es el proceso en el cual introducimos alimentos al organismo.
Para nutrir correctamente hay que garantizar un consumo determinado.
Es por esto, que un buen programa nutricional puede ser un desastre si no conseguimos que los animales consuman lo que deben (o el mínimo que el programa nutricional calcula).
Objetivos principales de la recría
Como se comentaba anteriormente, la recría tiene una mayor consideración en las empresas de producción que en el pasado. Sin embargo, los objetivos de la recría siguen siendo los mismos actualmente:
- Peso y desarrollo adecuado de los distintos órganos y sistemas
- Buena uniformidad (Peso, emplume, tamaño)
- Una pollita sana con un programa vacunal completo
Conseguir estos objetivos son prioridad para todos los implicados en la producción de huevos.
Hay muchas maneras distintas y recomendaciones que se podrían dar, pero en los siguientes puntos trataremos algunos de los aspectos más relevantes para una adecuada nutrición durante la recría.
Pienso en harina, en migaja o en gránulo
Cada presentación tiene su beneficio y su aspecto negativo. Durante las primeras semanas de vida, las migajas/gránulo aportan un beneficio muy notable en consumo, peso y uniformidad.
- Se podría decir que hasta las semanas 6-8 de vida es cuando este beneficio es máximo.
Como aspecto negativo, moliendas finas para hacer un buen gránulo o migaja, suponen un menor desarrollo del sistema digestivo.
- Sin embargo, incluir una fracción de materias primas partidas o alguna materia prima rica en fibra insoluble, puede mitigar este inconveniente.
Inclusión de fibra en piensos de recría
Aunque la fibra fue considerada en su momento, como un diluyente nutricional, hace ya años que varios equipos de investigación han mostrado el valor de la inclusión de materias primas ricas en fibras insolubles en piensos de pollitas.
Así, inclusiones de hasta un 2% de materias primas como, cascarilla de girasol, paja de cereales o cascarilla de avena durante las primeras semanas de vida, podrían ayudar a mejorar la digestibilidad de la dieta.
Este efecto estaría directamente relacionado con el beneficio ocasionado en el desarrollo del aparato digestivo y la reducción de pH.
- Además, el beneficio de incluir mayores niveles de fibra insoluble durante el periodo de desarrollo (>10 semanas de vida), no está tan ligado a resultados productivos, sino al desarrollo digestivo, la retención del alimento en la molleja y al incremento de la capacidad de consumo.
Este punto es muy importante cuando se trata de entrenar a los animales para encarar la fase de puesta con consumos adecuados.
No podemos olvidarnos tampoco del efecto que la fibra ocasiona en la saciedad de los animales y su motivación al consumo, aspectos importantes a considerar para reducir el riesgo de picaje desde la recría.
Densidad de las dietas de recría, energía y aminoácidos
Durante las primeras semanas de vida, las pollitas tienen mayores necesidades energéticas y proteicas, en comparación al resto de las fases de recría.
- Coincide con una menor capacidad de regulación del consumo, pero sobre todo con unas altas necesidades relacionadas con el crecimiento de tejidos y órganos que se produce en estas primeras edades.
Una restricción en estos nutrientes, durante las primeras 7 semanas de vida está directamente relacionada con un peor crecimiento y uniformidad.
- Aunque se pueda recuperar en posteriores fases, podría tener consecuencias negativas en el inicio de puesta y persistencia posterior.
Como se comentaba anteriormente, manipular los niveles de energía durante las primeras semanas de vida no tiene una respuesta directa en los datos de crecimiento ni uniformidad, siempre que las condiciones de los animales sean óptimas.
- Sin embargo, usar dietas granuladas o con niveles de aminoácidos mayores, podrían dar pesos más altos (Tabla 2).
En caso de mayor densidades o temperaturas altas, cuando el consumo está comprometido, una mayor concentración nutricional está justificada.
A partir de la semana 3/5 de vida, si la concentración de energía es menor de lo recomendado, si no hay una compensación por consumo, los animales no llegarán a crecer de forma adecuada.
Usar niveles más altos de energía y proteína, no se justifica a nivel económico con los beneficios en peso que se obtienen, aunque se mejore el índice de conversión.
El uso de un arranque granulado, ayuda a los crecimientos posteriores, cuando los animales ya están consumiendo harina.
Por el contrario, parece que los animales si responden a una mayor concentración de aminoácidos.
Calcio y fósforo, los macrominerales de la puesta, ¿y la recría?
Aunque parezca mentira, los estudios relacionados con las necesidades de Ca y P en las fases de recría son bastante limitados.
- A pesar de esto, sabemos que el calcio (Ca) y el fósforo (P) son elementos esenciales en la nutrición de las aves.
El Ca es esencial para la formación de huesos y cáscaras de huevos, la coagulación sanguínea, la contracción muscular y la transmisión de impulsos nerviosos.
Por otro lado, se necesita P para el crecimiento muscular normal y la formación de óvulos, es un componente importante de los ácidos nucleicos, el código genético, fosfolípidos y también es un cofactor de muchos sistemas enzimáticos.
Se ha demostrado que un exceso de suministro de Ca en la dieta de los pollos en crecimiento disminuye la tasa de crecimiento tanto en pollos de engorde como en pollitas de huevo.
Un exceso de suministro de P en la dieta es costoso para la industria avícola y conduce a una descarga excesiva de P al medio ambiente. Además, es posible reducir el P en dietas para pollitas sin perjudicar el crecimiento ni afectar las características óseas.
En un estudio reciente, Dijkslag et al., 2021 estudió el efecto de reducir los niveles de Ca y P durante la recría, en datos de crecimiento y mineralización ósea, así como su efecto en el inicio de producción.
Observaron que niveles de Ca y P (un 45 y 30% por debajo de las recomendaciones de las genéticas, respectivamente), en la dieta durante la crianza no tuvo un efecto negativo sobre el desarrollo de las pollitas y la producción de huevos, pero se identificaron algunas mejoras en la calidad de la cáscara del huevo a las 32 semanas de edad.
- Sin embargo, el nivel bajo Ca-P durante la recría condujo a una menor mineralización ósea a las 11 y 16 semanas de edad, aunque la resistencia a la rotura del hueso no se vio afectada.
Esto podría indicar que los bajos niveles de Ca-P suministrados durante la crianza estuvieron ligeramente por debajo del nivel dietético para la máxima mineralización ósea, pero no para el desarrollo normal del peso corporal.
Cabe además destacar que sus dietas control ya estaban por debajo de las recomendaciones de las casas de genética, aproximadamente un 30% menos para Ca y un 14% para P.
Estudios como estos podrían indicar que los valores usados en la práctica están lejos de las necesidades de los animales, aunque para aplicarlos serían necesarias más experiencias.
Aspectos importantes que recordar
Las necesidades de los animales y el establecimiento de los mínimos nutricionales, es solo una primera parte en la nutrición de los animales.
La otra parte fundamental es conocer las calidades nutricionales de las materias primas y alimentos que se suministran, tanto a nivel nutricional como microbiológico.
Controlar la variación nutricional y microbiológica de las materias primas es esencial para alimentar correctamente a las pollitas.
De la misma forma, controlar el crecimiento, uniformidad, desarrollo, así como condición sanitaria de los animales tiene que ser una prioridad en la producción.
Tener una comunicación constante entre producción y nutrición para poder acometer los cambios necesarios en nutrición, manejo u otros aspectos, es clave para obtener los crecimientos y desarrollos deseados.
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