BIOSEGURIDAD COMO ESTRATEGIA
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El último brote de influenza aviar altamente patógena del año 2015 fue el más severo en la historia de la industria avícola de Estados Unidos. Este brote acabó con aproximadamente 6% y casi 9% de las existencias de pavos y gallinas ponedoras, respectivamente.
El virus de alta patogenicidad H5N8 (clade 2.3.4.4) se originó en Asia, donde afectó reproductoras pesadas y ponedoras, específicamente en Corea del Sur.
La migración de este virus hacia tierras Norte Americanas ocurrió mediante aves migratorias. En diciembre de 2014 el virus fue detectado en Canadá causando brotes en pollos comerciales y pavos. Usando la ruta migratoria del Pacífico, este virus llegó en 2015 al noroeste de Estados Unidos.
Posteriormente el virus fue capaz de recombinar su genoma con el de virus endémicos de Norte América, generando así el virus de alta patogenicidad (HPAI) H5N2 causante de la debacle en el área Norte Centro de Norteamérica, siendo distribuido por medio de las rutas central y del río Mississippi de aves migratorias.
La razón por la cual este virus persistió tanto tiempo causando pérdidas enormes a la industria no es totalmente clara. El clima de la región, la densidad de aves, problemas en la bioseguridad de las granjas y diferencias en el comportamiento del virus se han estudiado como hipótesis para explicar la persistencia de este brote.
BIOSEGURIDAD COMO ESTRATEGIA
Se realizó una encuesta entre los productores de pollos, pavos y ponedoras en California acerca de la preparación, uso y mantenimiento de pediluvios.
Tres fueron los desinfectantes de más uso entre los productores: Cloro granulado, amonio cuaternario y glutaraldehído.
La preparación y mantenimiento de pediluvios mostró una gran inconsistencia en los procesos.
Algunos productores reportaron hacer mantenimiento diariamente, mientras que otros reportaron hacer mantenimiento hasta cada más de cuatro días entre preparación de un pediluvio y su recambio, lo cual demuestra la inconsistencia en el uso de esta herramienta.
Los sistemas de aplicación también mostraron ser variables:
También es importante recordar que los pediluvios también actúan como una barrera física para la entrada de personas a casetas donde se alojan aves.
En cuanto a la efectividad de los desinfectantes nos enfocamos en tres de los más usados siguiendo el diseño experimental de la Figura 1.
Los pediluvios fueron recreados usando cada uno de los desinfectantes.
Las botas fueron impregnadas con heces contaminadas con el virus de influenza aviar de alta o baja patogenicidad, cubriendo las ranuras de estas.
Diferentes botas fueron usadas en los diferentes pediluvios, siendo sumergidas por cinco segundos antes de obtener muestras del interior de las ranuras.
Las muestras fueron procesadas y utilizadas para detección molecular (RT-PCR) y aislamiento viral en huevos embrionados.
Ambos virus fueron detectados por RT-PCR y aislamiento viral cada 24 horas y por un total de 72 horas en todas las muestras tomadas de botas contaminadas sin tratamiento desinfectante y también las tratadas en pediluvios preparados con amonio cuaternario y amonio cuaternario más glutaraldehído.
Figura 1. Diseño experimental para determinar la efectividad de pediluvios contra influenza aviar de alta y baja patogenicidad
El cloro granulado fue capaz de eliminar el virus no siendo posible detectarlo (usando RT-PCR y aislamiento viral) durante todo el experimento (Tabla 1).
Tabla 1. Detección de influenza aviar de alta (HPAI) y baja (LPAI) patogenicidad por técnicas moleculares (RT-qPCR) y aislamiento viral en heces contaminadas obtenidas de las ranuras de botas sumergidas en pediluvios preparados con distintos desinfectantes
RESULTADOS
Estos resultados sugieren la incapacidad de los pediluvios de eliminar los virus de influenza aviar si es que no se toman medidas de mantención de estos, junto con eliminación física del material orgánico ya sea usando escobillas o desinfectante a presión.
Sorprendentemente, el cloro en gránulos fue capaz de eliminar ambos virus desde el primer muestreo. Sin embargo debe considerarse que durante la toma de muestras algunos gránulos de cloro pueden haberse puesto en solución en el medio de cultivo en el cual la muestra fue tomada, este cloro en solución podría haber sido el causante de la inactivación y desintegración del virus de influenza en la muestra.
SEGUNDO EXPERIMENTO
En un segundo experimento comparamos la persistencia de los virus de influenza aviar HPAI y LPAI en cama de pollos, pavos y gallinaza de ponedoras de huevo comercial.
Lo más interesante ocurrió cuando medimos la viabilidad del virus.
VIRUS DE ALTA PATOGENIDAD
Sobrevivió menos de 60 horas en cama de pollos y pavos, a diferencia del virus en la gallinaza de ponedoras, donde fue detectado viable hasta el último muestreo a las 96 horas.
VIRUS DE BAJA PATOGENIDAD
Persistió activo en todos los sustratos usados por menos de 24 horas, comprobando la mayor persistencia del virus de alta patogenicidad. Es importante mencionar que no se tomó en cuenta el número de ciclos que las camas de pollos y pavos fueron utilizadas (Tabla 2).
Tabla 2. Detección de partículas virales viables en cama de broiler, pavo y guano de ponedora cada 12 horas y hasta 96 horas después de contaminados con influenza de alta (HPAI) y baja (LPAI) patogenicidad por aislamiento viral en huevos embrionados de gallina.
Podemos señalar la mayor persistencia del virus de influenza de alta patogenicidad. El hecho de que los pediluvios son incapaces de eliminar partículas virales infectantes debe ser una alerta para revisar y evaluar las medidas de bioseguridad en los diferentes complejos avícolas con el fin de prevenir la introducción de enfermedades tanto exóticas como endémicas.
Este artículo fue escrito por el Dr. Rodrigo Gallardo para aviNews.
Una versión más extensa puede obtenerse en: Este trabajo fue financiado por el Egg Industry Center (EIC). Las opiniones, resultados y conclusiones o recomendaciones son propias de los autores y no necesariamente reflejan a EIC o la Universidad de Iowa State.