Mercado & rendimiento: Problemas de patas en pollos y consideraciones en términos de salud bienestar
Jueves, 12 de Mayo
10h30:
- Es evidente que un animal con problemas de patas que afectan a la zona ósea tendrá dolor y por ello verá afectado su comportamiento, bebiendo, comiendo e interactuando menos que los demás (Botreau et al, 2007).
- En la Unión Europea, la pododermatitis plantar, se está considerando como marcador de bienestar, conectado a la densidad permitida por metro cuadrado en granja.
- Tenemos algún problema con las nuevas estirpes de pollos en las que damos prioridad al desarrollo del músculo pectoral (pechuga).
- Pero en tiempos como este de inflación desbocada… ¿es ético hacer un tipo de marketing hacia pollos de crecimiento lento, encareciendo la proteína más barata y asequible?
Veamos porque hemos tenido tan “mala pata” con los pollos:
1. COMENZANDO POR EL PRINCIPIO: INCUBADORA / NACEDORA
Un problema común es someter a los embriones a hipertermia en la incubadora.
- Hemos de considerar que el calor endógeno generado por los embriones hoy es mayor que hace pocos años.
- A partir del día 11 de incubación, se produce un desarrollo explosivo de los tejidos y sistemas.
- Si el embrión no aprovecha bien los nutrientes contenidos en la yema y membrana vitelina debido al estrés calórico, tendremos casos de pollitos con patas débiles, incapaces de mantener al animal en pie (splayed legs).
Tenemos algún problema con las nuevas estirpes de pollos en las que damos prioridad al desarrollo del músculo pectoral (pechuga).
- A veces la pechuga llega a ser tan desproporcionada en relación al resto de la estructura músculo-esquelética del ave, que desplazamos su centro de gravedad hacia delante (ver foto).
- Así, cuando el animal alcanza un peso elevado, el pollo apenas puede mantenerse en pie, y
la presión biomecánica en determinadas articulaciones se exacerba, facilitando patologías de patas.
Consecuentemente, estos animales tienden a estar más tiempo apoyando la pechuga contra la cama, facilitando procesos irritativos y/o infecciosos.
Continuando con debilidades anatómicas, es notoria la falta de conexión tanto en tejido conectivo como vascular entre el cartílago articular (hialino, blanco) y el de crecimiento (gris) de los huesos largos, lo que crea una zona débil mecánicamente hablando.
Cuando el ave adquiere un peso elevado, generalmente a partir de los 35 días de vida, se producen microfracturas (osteocondrosis) que facilitan un lugar de anidamiento óptimo para bacterias que hayan previamente translocado desde el epitelio respiratorio o más frecuentemente, intestinal.
- Estas translocaciones ocurren en momentos
de estrés, tales como la eclosión, estrés térmico, metabólico o incluso psicológico (alta densidad p.ej.).
En estas microfracturas, las bacterias estarán relativamente protegidas de las células inmunitarias, así como de los antibióticos, pudiendo crear biofilms protectores.
Así es cómo ocurre la génesis de la Condronecrosis Bacteriana con Osteomielitis (CBO), antes llamada Necrosis de Cabeza de Fémur (hoy sabemos que también ocurre en la tibia y la vértebra torácica T4).
La CBO es responsable de aproximadamente un 60% de las cojeras en los pollos (Wideman et al).
Es interesante que en estas lesiones, que pueden acabar en una total decapsulación de la cabeza del fémur, podemos aislar bacterias de origen típicamente intestinal (enterococos, salmonela, coli) y/o respiratorio (estafilococos), viviendo en colonias mixtas.
Como en casi todas las patologías, no existe una causa única, sino más bien multifactorial.
- En éste caso, necesitamos una acción orquestada que comienza por penetración de bacterias en el torrente circulatorio mediada por el estrés, a través de la barrera celular mono capa intestinal o respiratoria, y posteriormente una presión mecánica en un punto débil en la intersección entre los cartílagos articulares y de crecimiento.
- Para completar la guinda del pastel, en este área de intersección cartilaginosa, tenemos vasos sanguíneos fenestrados (fenestra=ventana en Latín), lo que aún facilita más la emigración de las bacterias hacia su hogar final.
Las consecuencias en calidad de canal correspondientes a la CBO son múltiples, incluyendo mayor contaminación superficial por contacto con la cama, tanto en la zona ventral (animal postrado), como por el hecho de que los animales dominantes tienden a situarse literalmente encima de los animales que no se levantan, contaminando la parte dorsal, así como produciendo rasgaduras de piel dorsal con las garras, que a su vez pueden inocular bacterias ocasionando celulitis (placas bacterianas inflamatorias subdérmicas).
Asimismo, debido al decúbito prolongado podemos ver tendinitis y quemaduras de cama, tanto en los tarsos como en la pechuga.
- Al estar apoyados sobre la cama largos periodos y casi no moverse, estas aves inducen una isquemia en partes del músculo pectoral mayor, dando lugar en ocasiones a pechuga de madera unilateral.
Cuando la CBO afecta a la cabeza de la tibia, que tiene una capa cortical muy fina, produce destrucción tisular, y cuando colgamos al pollo en la línea de procesado, podemos provocar fracturas que pueden ser mal interpretadas como deficiencias de calcio.
La ‘Enfermedad del Pañal’ sería el equivalente humano, ya que comienza a generarse en la edad infantil, cuando la piel es débil, poco queratinizada y hay una fermentación de la orina con formación de amoniaco irritante en el área inguinal del recién nacido.
- Igualmente ocurre en los pollitos jóvenes, empeorando en las semanas sucesivas si las condiciones no mejoran.
- El problema generalmente comienza en la primera semana de vida.
Es una patología multifactorial, en el que es necesario un exceso de humedad, bacterias y substrato de nitrógeno (procedente de proteína en la dieta). El resultado es formación de amoniaco y lesiones plantares que pueden llegar a la hipodermis (tejido conjuntivo que si tiene terminaciones nerviosas y vasos sanguíneos), produciendo molestias e infecciones ascendentes.
En la Unión Europea se está considerando como marcador de bienestar, conectado a la densidad permitida por metro cuadrado en granja.
A veces, la PDP se confunde con “Bumble Foot” o Pododermatitis Infecciosa, que consiste en erosiones plantares por suelos abrasivos que facilitan contaminación con estafilococos y otras bacterias de origen ambiental, que provocan infección e inflamación con deformidades.
Por supuesto estas no son las únicas patologías de patas que causan incomodidad en las aves, pero quizás si son las más importantes por incidencia.
No olvidemos las tendinitis víricas, cuando vemos muchas patas inflamadas a la altura del tendón calcáneo y músculo gastrocnemio, a veces con coloraciones rojizas o incluso verdosas, cuya etiología suele estar relacionada con Reovirus, que pueden tener origen en cepas diferentes, por lo que es recomendable utilizar diferentes tipos de vacunas (cepas) en rotación.
También puede haber sinovitis causadas por Mycoplasma synoviae, Coli, Estreptos y Estafilococos, entre otros.
Es evidente que un animal con problemas de patas que afectan a la zona ósea tendrá dolor y por ello verá afectado su comportamiento, bebiendo, comiendo e interactuando menos que los demás (Botreau et al, 2007).
Es frecuente encontrar animales cojos que sufren de deshidratación (Butterworth et al, 2002).
Esto va a crear faltas de uniformidad en el lote y aumentos de la mortalidad, especialmente en animales potencialmente agresivos con aves débiles (pavos macho).
El Consejo Australiano de Bienestar de Animales de Granja, define las cinco condiciones que se deben de cumplir para que los animales tengan bienestar:
(1) Libres de padecer hambre o sed;
(2) Libres de incomodidad;
(3) Libres de dolor, lesión o enfermedad;
(4) Libres para expresar comportamiento normal;
(5) Libres de miedo y estrés (Farm Animal Welfare Council 2009).
En mayor o menor medida, los problemas de patas afectan a los 5 puntos.
Estudios realizados incluyendo datos de aproximadamente un 50% de los productores del Reino Unido, han mostrado que, a los 40 días de vida, un 27.6% de las aves tenían problemas de locomoción, en mayor o menor grado, mientras que un 3.3% no podían andar (Knowles et al. 2008).
Niveles similares han sido reportados recientemente (Kaukonen et al. 2017).
En Holanda comenzó un movimiento en favor de los pollos de crecimiento lento.
Lo cierto es que, reduciendo la velocidad de crecimiento, creando ambientes enriquecidos y reduciendo la densidad, se consiguen mejores índices de Pododermatitis Plantar, así como menos animales cojos.
Pero como todo tiene sus pros y sus contras, esta producción es peor en términos de sostenibilidad, utilizando más recursos medioambientales y produciendo más equivalente de CO2.
Que tendrá mayor prioridad:
1. ¿Producir proteína de calidad sostenible?
2. ¿Considerar el mayor bienestar de las aves?
Interesante disyuntiva…
Por cierto, a los supermercados, les interesa más vender pollos de crecimiento lento u orgánicos, ya que el margen para ellos es mayor, por eso son los catalizadores de este movimiento en Holanda.
Pero en tiempos como este de inflación desbocada… ¿es ético hacer este tipo de marketing, encareciendo la proteína más barata y asequible?
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