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El “buen comienzo” de una excelente producción de huevos en las granjas de reproductoras es, sin duda, la fase de recría, que puede ser subdividida en tres fases:
- Fase de “cría” (0 días a 4 semanas)
- Fase de “mantenimiento” del ave (aproximadamente de las 4 a 14 semanas)
- Fase “preparación para la puesta” (de las 14 semanas hasta la transferencia para producción).
¡El enfoque aquí es una progenie de calidad! Para esto es importante formar lotes uniformes de reproductoras (tanto en peso corporal como en tamaño de canal), lotes sanos y con un alto grado de bienestar animal, que producirán huevos fértiles de la calidad y tamaño ideal para conformar lotes uniformes y saludables.
Es cierto que intervienen numerosos factores como:
Sí influyen tanto en la productividad como en la calidad de la producción de huevos fértiles. Sin embargo, sabemos que las buenas prácticas de producción implementadas de forma adecuada en la fase de recría son cruciales para la máxima expresión genética de las aves reproductoras, siendo un facilitador e inductor para que las aves puedan expresar el mayor grado de salud y bienestar animal al interactuar con el ambiente. ¡El resultado de esto siempre se expresa en alta productividad y calidad!
Y sí, tiene razón si está pensando que la primera “puerta” que conduce a una cría exitosa puede ser incluso antes que las aves (machos y hembra reproductor) lleguen a las granjas de recría.
- La preparación de las instalaciones y equipos,
- Ambiente adecuado,
- Calidad de cama,
- Espacio que permita una densidad adecuada para el bienestar de las aves,
- Planificación de espacio para separación de acuerdo al tamaño de las aves (en situaciones que en la composición del lote tenga nacimientos de edades diferentes),
- Planificación de una alimentación de calidad y consumo adecuado,
- Disponibilidad de agua de calidad,
- Planificación del programa de luz a adoptar,
- Planificación del programa de vacunación, Bioseguridad, etc.
Estos son factores esenciales que deben estar presentes incluso antes de que las aves lleguen a la granja.
¡Para cada fase, un manejo diferente! Este es el lema para un “comienzo correcto”. Si no mantenemos las condiciones idóneas para el ave en cada fase de su vida, perdemos segundo a segundo su calidad productiva. Conocer profundamente la fisiología, salud y bienestar de las aves en cada etapa es sin duda la llave que abre la primera “puerta” a la expresión del mayor grado de uniformidad y viabilidad en las reproductoras en recría para producción.
FASE DE CRÍA
La fase de cría que constituye la primera “fase de recría” (de 0 días a la 4a semana), y también se conoce como “fase de manejo inicial”.
Es en este período que ocurre, entre otros, el desarrollo esquelético de las aves.
Pensando en reproductoras de alto desempeño, este desarrollo está directamente relacionado con la expresión de la uniformidad ideal de la canal a lo largo de la vida de las aves. Este es el lema de esta fase: ¡Desarrollo esquelético!
¡Un consejo de oro para esta fase es la importancia de verificar la composición del lote! Si existieran aves nacidas de diferentes edades, éstas necesitan ser alojadas por separado, es decir, agruparlas por pesos próximos para que se logre la ansiada uniformidad desde el primer día de vida de las aves reproductoras. ¡Créalo!
- Es posible lograr una mejor ganancia de peso en aves más tardías o menores si se mantienen separadas durante los primeros días. Ajuste de equipos, disponibilidad de alimento y agua, competición/voracidad por alimentarse son algunos de los factores que justifican este manejo inicial.
- Otros consejos sumamente importantes son realizar la primera selección en esta etapa (generalmente entre los 7 a 10 días) y garantizar una alimentación inicial manejada diariamente por el GAD (Gramo Ave Día) de las aves.
FASE DE MANTENCIÓN
En la fase de mantención (aproximadamente de la 4ª a la 14ª semana), el principal objetivo es asegurar la uniformidad del peso y la madurez sexual de las aves dentro de una parvada hasta que lleguen a la fase de “preparación para la puesta”.
Controlar el peso de acuerdo con la curva de crecimiento establecida por la línea genética debe ser el enfoque en esta etapa. La desuniformidad de peso no es un indicador de calidad y alto rendimiento en reproductores.
Tanto el peso corporal como el tamaño de la canal determinarán la uniformidad y el tamaño de los huevos fértiles producidos y, en consecuencia, la calidad de la progenie. Este es el lema de esta fase: ¡Uniformidad!
Los consejos de oro para esta fase son:
- Manejar la transición a los comederos de forma gradual, siempre asegurándose que todas las aves tengan acceso al consumo de alimento al mismo tiempo;
- Mantener el programa de iluminación ajustado;
- Planificar estratégicamente el programa de vacunación (método de contención y vía de aplicación) y mantener, de forma disciplinada, las próximas selecciones recomendadas (realizadas generalmente en las semanas 4, 8, 12 y 16, tanto en machos como en hembras. Siendo que, en machos, también se recomienda programar una última selección antes de la transferencia, próxima a las 20/21 semanas, en la fase de “preparación a la puesta”).
- El manejo de la recolección es otro consejo importante, debe ser realizado por un profesional experimentado y de manera que siempre se atienda al bienestar animal de las aves.
FASE DE “PREPARACIÓN PARA LA PUESTA”
La fase de “preparación para la puesta” (la semana 14 hasta la transferencia) es aquella que, como su nombre indica, es la etapa en la que las aves se preparan para la postura. Aquí, la ganancia de peso para la formación de la reserva de nutrientes para el inicio de la fase productiva es fundamental y también debe seguirse de acuerdo con la curva de peso estándar de la línea genética.
El manejo de este peso debe ser siempre uniforme dentro de la parvada y controlado de acuerdo a la estación del año y fisiología del ave, buscando un inicio de producción sincronizado. Este es el lema de esta fase: ¡Producción Sincronizada!
- En todas las fases, la salud del plantel es de fundamental importancia, tanto para su propia expresión de salud y bienestar animal, como para la generación futura, es decir, para la calidad de la progenie que, en consecuencia, permita alcanzar la máxima expresión genética de producción, calidad, sanidad y sustentabilidad de la cadena productiva del pollo de engorde.
Los programas de vacunación son obligatorios por ley ¡sí! Estos son específicos para cada situación epidemiológica. Deben responder a la gravedad de los desafíos y cumplir con las normas vigentes del Servicio Oficial de Sanidad Animal del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento (MAPA) de Brasil, en las distintas regiones del país, y su efectividad está directamente relacionada con las medidas de bioseguridad adoptadas.
No obstante, las aves que estén bien protegidas inmunológicamente y manejadas sin estrés (buenas prácticas de bienestar animal) tendrán una mejor respuesta en el desarrollo corporal. En este ítem, la puerta de entrada para el éxito son los métodos y la forma de vacunación, ya sea por medio de la contención o por la propia vía de aplicación. Este es el lema de esta fase: “Hacerlo bien” es garantizar la salud, el bienestar animal y la productividad de las aves de reproducción.
CONOCER CADA FASE DE LA RECRÍA
- Conocer en detalle cada fase de la recría es lo que nos orienta a definir las estrategias integradas de buenas prácticas productivas. Las buenas prácticas de producción se pueden traducir al lenguaje de la granja como los manejos que son realizados diariamente durante toda la vida de un lote. En otras palabras, la rutina diaria de la granja.
- Existen muchas prácticas de manejo que están estandarizadas en las granjas de recría y producción de reproductoras de pollos de engorde. Cada empresa, agroindustria, granjas, casas multiplicadoras de material genético, etc. define sus procedimientos operacionales estándar (POE) y/o OT (Orientaciones Técnicas) generalmente con base en los patrones genéticos del linaje que estará en producción, en sus estudios y/o resultados históricos, y siempre teniendo en consideración las condiciones y conocimiento fisiológico y reproductivo de las aves.
- Esto está correcto y es lo que nos trajo aquí con tanta calidad. ¡Detrás de estos manejos existe mucho estudio con mucha consistencia incorporada!
Pero no olvide que existen detalles de manejo tan relevantes. Que solo se conocen cuando dedicamos nuestro tiempo a conocer genuinamente el trabajo de los granjeros que son un referente en los resultados del día a día. Este consejo de éxito es parte de trabajos enfocados en reducción de la variabilidad.
En otras palabras, aprende de aquellos que se desempeñan diariamente con resultados consistentes.
Solamente recuerde agrupar, es decir, nunca compare diferentes sistemas para tener informaciones replicables de mejores prácticas. ¡Cuidado con los valores atípicos!
Sabemos que algunos factores van más allá de la fase de recría y que estos también impactan directamente en la producción y la calidad de los huevos fértiles, pero el lema aquí es: “Hacer bien nuestra parte a lo largo de toda la cadena de producción del pollo de engorde”.
Para finalizar, tenga en mente que todo esto debe estar bajo el paraguas de una gestión enfocada, eficiente y funcional para el día a día de las granjas. Es decir, asegúrese de hacer un cronograma de actividades diarias, lo qué debe hacer y en qué momento. Y tener una visualización constante de indicadores medios (ej. GAD, mortalidad diaria, curva de rendimiento de peso x peso estándar del linaje, consumo de alimento, consumo de agua, comportamiento de las aves, resultado de monitoreos sanitarios, etc.) e indicadores finales (por ejemplo, viabilidad y uniformidad, etc.) y lo más importante, ¡nunca olvide que un buena reproductora se hace segundo a segundo!