De igual forma que existen refrescos normales, light y cero, vinos de mesa, crianzas y reservas; o jamones serranos, de recebo e ibéricos, ¿por qué no podemos nosotros ofrecer también distintos tipos de productos al consumidor como las reproductoras y pollos de crecimiento lento?
Inicialmente los pollos de crecimiento lento fueron un intento de mejorar la calidad del producto. El ejemplo tradicional es el producto Label Rouge Francés que con una crianza mínima de 81 días y crecimientos de unos 28 gr diarios, que presenta mejores niveles de calidad .
El acceso al aire libre contribuye a la calidad del producto -efecto del ejercicio en la musculatura, especialmente carne roja- así como a un mejor bienestar animal que repercute sobre una menor mortalidad y rusticidad mucho mayor una mejor integridad del esqueleto y ausencia de problemas en la marcha “Gait score” y además favorece el desarrollo de un sistema cardio-vascular más resistente.
El bienestar animal con el paso de los años, se ha convertido en el argumento más importante para justificar estos productos de crecimiento lento. La reducción en la utilización de antibióticos se ha convertido en el objetivo número uno para gobiernos y autoridades sanitarias de todo el mundo, situando a este tipo de aves en una situación muy ventajosa con respecto a las de crecimiento rápido.
Buscando mejorar estos tres aspectos apuntados de calidad, bienestar y reducción de antibióticos, recientemente se ha creado una nueva alternativa intermedia de producto entre el Label Rouge y el pollo de crecimiento rápido convencional, con el objetivo de reducir los más altos costes de producción de las aves de crecimiento lento.
Tomando la reproductora Label y cruzándola con líneas macho convencionales se creó un producto intermedio que, con crecimientos de unos 45 gr diarios, combinaba muy bien estas mejoras con un menor coste de producción que el del pollo Label. Además, se obtenía una excelente rusticidad a través del vigor híbrido dado por el cruce de dos líneas genéticas tan distintas.
La distribución comercial, que había cursado la demanda para este tipo de solución, acudió a sociedades terceras para certificar la calidad de su nueva oferta y de ahí se originó su nombre: POLLO CERTIFICADO.
Este tipo de pollo de crecimiento lento Certificado, es el que está sustituyendo al convencional en algunos mercados más exigentes en los criterios de bienestar, calidad y ausencia de antibióticos.
¿Son sostenibles los pollos de crecimiento lento?
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La sostenibilidad económica limita este tipo de productos a mercados de países desarrollados con alto poder adquisitivo, como el europeo o el norteamericano.
La sostenibilidad ambiental, es decir su impacto en el medio, se calcula del orden del 4% superior al pollo de crecimiento rápido. Es un pequeño porcentaje, ya que la cría en las granjas solo representa 1/3 del total de impacto ambiental, siendo los otros 2/3 responsabilidad del sacrificio, procesado y logística del producto.
En cualquier caso, el pollo de crecimiento lento tiene un impacto ambiental mucho menor que el de la carne de cerdo o por supuesto que la de vacuno, así que nos es objetivamente descalificable por este motivo. Y nos queda todavía la sostenibilidad social.
Para mí la más importante. Hay cosas que son socialmente insostenibles, por cultura, por convicción o incluso por religión. El ejemplo claro son las aves de puesta y las jaulas en Europa, que no están siendo eliminadas por motivos ni económicos ni medioambientales, sino por pura insostenibilidad social.