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La Tifoidea Aviar (TA) es una enfermedad causada por Salmonella Gallinarum (SG), una bacteria de la familia enterobacteriaceae, huésped específico, Gram negativa e inmóvil. En los últimos 10 años se han presentado con cierta frecuencia casos de esta enfermedad en algunos países de Latinoamérica (LA).
Para el 2014 la información disponible en la OIE muestra que un 35% de los países latinoamericanos declara la tifoidea aviar como enfermedad presenteendémica, el 20% informa sobre su último reporte sin declarar presencia, un 10% incluye tifoidea aviar en sus planes de vigilancia pero no reportan presencia, el 5% la presenta como enfermedad limitada a zonas específicas y el 30% no reporta información.
Así, los reportes son muy limitados y la falta de información confiable sobre la realidad de esta enfermedad en LA limita la posibilidad de conocer su situación epidemiológica real y por ende su control. En países desarrollados el control efectivo y la erradicación de esta enfermedad se han logrado mediante el diagnóstico específico y oportuno, la posterior eliminación de las aves positivas a SG y el despoblamiento de las granjas afectadas.
Sin embargo, esta práctica no es económicamente viable en grandes compañías, que por lo general tienen granjas multiedades, en países en desarrollo o en aquellos donde no se cuenta con un programa específico de indemnización al avicultor que debe sacrificar las aves. A este problema contribuye la rapidez con la que se puede diseminar tifoidea aviar en una granja o región.
Para el 2014 un 35% de los países latinoamericanos declara TA como enfermedad presenteendémica, según la OIE
Una vez que la enfermedad se presenta en un galpón se disemina rápidamente a otros galpones cercanos La transmisión horizontal se ve favorecida por el tipo de alojamiento utilizado, la infraestructura de las granjas y por fallas de bioseguridad. A través del conocimiento de casos de campo, se ha podido identificar que la tifoidea aviar se ha presentado:
Se ha manifestado en diversas edades, con algunos casos en aves muy jóvenes (1-16 semanas de edad), con predilección por aves en período de producción de huevo, especialmente 35 a 40 semanas; con algunos reportes en aves viejas (70 – 80 semanas).
Mediante el análisis de las condiciones de granjas afectadas, se han podido establecer al menos 10 factores de riesgo que juegan un papel importante con mayor frecuencia en la presentación de tifoidea aviar -Figura 1-.
Figura 1. Diez factores de riesgo – persistencia de Salmonella Gallinarum identificados en granjas de ponedoras comerciales
El cuadro clínico se caracteriza por la presentación de alta mortalidad, aguda en los primeros días, con posterior disminución, manteniéndose baja pero constante. La mortalidad acumulada varía entre 10 y 60%. El impacto sobre la producción es variable, pudiendo haber una reducción de la tasa de producción entre 10 y 60%.
Dentro de los signos que se repiten con frecuencia están: depresión (moderada a severa), diarrea verdosa y el patrón de distribución de la enfermedad en un galpón que se ha identificado como de tipo focal -Figura 2 y 3-, con zonas sin manifestación del problema y otras muy afectadas.
El hígado puede verse con múltiples focos necróticos (casi siempre blanquecinos y/o amarillos), hemorrágico y con algunas zonas verdosas
Figura 3. Hígado con focos necróticos blanco-amarillentos y hemorrágicos. También se observan alguna zonas verdosas
Diarrea verde que permite identificar el patrón focal de distribución de la enfermedad en explotaciones en jaula
Figura 2. Diarrea verde característica de un cuadro clínico producido por S.Gallinarum
Esta situación es más evidente en explotaciones en jaula donde un foco es fácilmente identificable, principalmente por la detección de la diarrea característica.
Las lesiones observadas muchas veces no son las tradicionales. Contrario al esperado hígado bronceado, en muchos casos no se observan estos cambios de color. El hígado puede verse con múltiples focos necróticos, casi siempre blanquecinos y/o amarillentos, hemorrágico y con algunas zonas verdosas -Figura 3-. Muchas veces se ha observado de aspecto moteado, con hepatomegalia y excesiva fragilidad.
El bazo se observa moteado y con esplenomegalia.
Los riñones pueden presentar una coloración verdosa y nefromegalia.
Los folículos ováricos se deforman, y pueden ser de color verdoso y/o pueden verse hemorrágicos y a veces consolidados al tacto. La salpingitis y/o impactación oviductal son frecuentes.
Con poca frecuencia se han observado cambios pulmonares y/o aerosaculitis o poliserositis.
Un aspecto importante a mencionar es que muchas veces se pueden observar coincidencialmente lesiones relacionadas con fatiga de jaula (osteoporosis) y síndrome de hígado graso. Se ha sugerido que la salud hepática previa a un brote de tifoidea aviar juega un papel preponderante en la manifestación de la enfermedad, siendo más severa en aves con un problema hepático preexistente.
El estado previo del hígado predispone a la manifestación de la tifoidea aviar
Quizás uno de los obstáculos más importantes para lograr el control y erradicación de esta enfermedad reside en el hecho de que en ocasiones no se cuenta con capacidad para un diagnóstico adecuado. En muchos países solamente se determina la presencia de Salmonella sp. En ocasiones adicionalmente se determina la motilidad.
En otros casos, mediante el uso de pruebas bioquímicas se entregan resultados indiscriminadamente de S.Gallinarum o de S.pullorum o de mezcla de estas dos bacterias, erróneamente expresadas como porcentaje. De igual manera, muchas veces sólo se identifica el grupo antigénico (grupo O:9, previamente grupo D1).
La industria avícola latinoamericana debe contar con un diagnóstico específico basado en la realización de un muestreo adecuado y en la implementación de técnicas de aislamiento e identificación rápidas y confiables.
El aislamiento de la bacteria se hace a partir de órganos -hígado, vesícula biliar, bazo, ovario, médula ósea- de aves con signos de la enfermedad y aves sin signos. Los hisopos cloacales o las muestras de heces sólo mostrarán presencia de SG cuando la cantidad de bacterias en las aves sea tan alta que se excreta en las heces, de lo contrario estas muestras siempre serán negativas. Una vez aislada la bacteria se debe proceder a determinar el serotipo, mediante el uso de técnicas con gran especificidad, siendo de gran ayuda las herramientas moleculares.
Es necesario implementar programas de prevención y control de tipo integral. La realidad en Latinoamérica es que la posibilidad de despoblar totalmente las granjas afectadas es bastante lejana y el sacrificio de aves positivas se ve como algo económicamente inviable, por lo que la erradicación de S. Gallinarum puede ser un objetivo difícil de alcanzar en algunas regiones.
Se requiere de un trabajo intenso que incluya la adopción de medidas encaminadas a mitigar, contener y, principalmente, impedir la diseminación de la bacteria desde un galpón o granja afectados. Con una enfermedad tan compleja es importante destacar que no existe una medida de control “mágica”.
El manejo de la tifoidea aviar debe enfocarse en la combinación de acciones que incluyan un monitoreo y diagnóstico adecuado, el uso de vacunas seguras, altos niveles de bioseguridad y estrategias para lograr la conservación de la salud hepática, la integridad intestinal y el buen funcionamiento del sistema inmune de las aves susceptibles.
Muchos países afectados por el marcado aumento de casos de tifoidea aviar están trabajando en estrategias de control que contemplan diferentes enfoques de identificación y monitoreo de la infección a través de toda la cadena de producción; identificando puntos críticos y factores de riesgo – persistencia. Sin embargo cualquier seguimiento que se quiera implementar deberá contemplar un plan de muestreo racional, que sea sostenible en número de muestras y especialmente en la frecuencia de muestreo.
Los esquemas estratégicos están basados en recomendaciones de diferentes organizaciones a nivel mundial. Sin embargo, cada país requiere de un estudio específico, aplicado a condiciones propias, que logre identificar sus debilidades a fin de crear medidas de control aplicables a su propia condición.
El control se inicia en las aves de un día hasta las aves próximas a ser descartadas. Así, si se quiere evitar el impacto negativo de esta enfermedad, es necesario prevenir su ingreso desde el momento mismo en que se alojan las aves de un día siguiendo dos premisas importantes: “alojar aves libres de S.Gallinarum en instalaciones libres” y “mantener libre lo que está libre de S.Gallinarum”.
Bajo esta filosofía hay compañías que después de cerca de dos años de trabajo intenso han logrado declararse libres de la enfermedad después de haber tenido brotes severos.
Bajo la filosofía “alojar aves libres de SG en instalaciones libres” y “mantener libre lo que está libre de SG” algunas compañías han logrado declararse libres de la enfermedad
Dentro de los aspectos a tener en cuenta en el control de los problemas ocasionados por S.Gallinarum en las regiones afectadas se deben considerar como muy importantes:
• DISMINUCIÓN DE LA DENSIDAD UTILIZADA – EVITANDO HACINAMIENTO:
Los conceptos de bienestar animal bien manejados beneficiarán la producción en la medida en que se contará con aves más sanas.
• MANEJO ADECUADO DE LA GALLINAZA:
Los sistemas de compostaje o sanitización bien ejecutados contribuyen al control y diseminación de S.Gallinarum. Puntos críticos: movimiento de la gallinaza dentro del galpón (ej. Bandas transportadoras) y momento de la salida de la gallinaza desde un galpón afectado, el transporte inadecuado de la gallinaza positiva a S.Gallinarum puede contribuir a su diseminación. En el caso de galpones con aves en piso no se debe reutilizar la cama de lotes positivos.
• IMPLEMENTACIÓN DE UN CONTROL ESTRICTO DE ROEDORES:
Considerar el antes y el después: aplicar los raticidas, realizar monitoreo constante de las estaciones de cebo y retirar oportunamente los cadáveres de ratas y roedores.
• EXCELENTE CALIDAD MICROBIOLÓGICA Y FÍSICO-QUÍMICA DEL AGUA:
Especial énfasis en turbidez y niveles de hierro.
• VACUNAS: “USAR VACUNAS SEGURAS, EN FORMA SEGURA”.
Debe hacerse una evaluación cuidadosa de este tema para no incurrir en el error de incluir vacunas innecesarias o que contribuyan a empeorar la situación en las zonas afectadas.
• BARRERAS NATURALES – INTEGRIDAD INTESTINAL:
El mantenimiento de las barreras de defensa de las aves aportará un máximo de posibilidades de salir adelante ante un reto con microrganismos patógenos. Para la conservación de la integridad intestinal los conceptos que promueven la creación de un ambiente hostil para S.Gallinarum y la exclusión competitiva (uso de prebióticos, probióticos, ácidos orgánicos, vacunas vivas seguras; entre otros) son útiles en el control de S.Gallinarum y deben ser implementados desde el primer día de vida y continuarse en etapas posteriores con modificaciones de acuerdo a la edad, producción, tipo de alojamiento y nivel de reto.
• USO DE ANTIMICROBIANOS:
Debido al carácter intracelular de esta bacteria el uso de antimicrobianos no presenta resultados favorables. Adicionalmente en la mayoría de los casos S.Gallinarum se comporta como microorganismo multirresistente.
• AVES RESISTENTES:
El mejoramiento genético en general debe ir acompañado de buenas condiciones de bioseguridad con el objetivo de reducir microorganismos patógenos y con ello la posibilidad de infección.
• EVITAR LA ADAPTACIÓN Y SUPERVIVENCIA DE S.GALLINARUM:
Esta bacteria no debe ser subestimada, es un gran adversario que puede responder a nuevas situaciones y nuevos retos. Cada acción que se ejecute para el control es también una oportunidad para que ella se adapte mejorando sus habilidades para persistir en el ambiente de las granjas y en las aves.