El salto tecnológico que llega a la explotación de reproductoras

La nave de ambiente controlado supondrá un incremento sustancial de la producción, ya que por un lado permite aumentar la densidad de animales (5,7 gallinas/m2) con respecto a las otras naves (5 gallinas/m2), y por otro lado mejora los índices productivos de dichos animales, lográndose un % de puesta y de fertilidad más homogénea a lo largo de todo el período productivo. La nave de ambiente controlada, desarrollada por Agrogi tiene unas dimensiones de 115x14m, y con una capacidad de 9.000 gallinas.

El alojamiento de esta gran cantidad de aves es posible gracias al minucioso control ambiental, que permite regular todos los parámetros ambientales dentro de la sala. Esta monitorización se lleva a cabo a tiempo real desde el ordenador, o de forma remota, desde el Smartphone. La nave cuenta con sondas que miden la temperatura, niveles de CO2 y humedad y un sistema de alarma que notifica de cualquier desviación que surja en la nave. Adicionalmente, se han instalado cámaras, que permiten la observación directa de la sala, siendo posible acceder instantáneamente, incluso de manera externa y realizar las modificaciones pertinentes (ej.: iniciar la ventilación, cambiar la temperatura, etc.).

El sistema de ventilación es de túnel longitudinal, con dos paneles cooling de disposición lateral situados al inicio de la nave, los cuales se encuentran protegidos externamente por una valla metálica (que alarga la vida útil del cooling y funciona como barrera de bioseguridad). Estos paneles, a través de los cuales pasa el aire desde la calle, consiguen una disminución de temperatura de hasta más de 10 ºC.

La nave cuenta también con las ventanas dispuestas en la zona superior a lo largo de las paredes laterales y nos ofrecen la gran ventaja de ser desmontables. En el extremo de la nave se sitúan una serie de extractores con cono, gracias a los cuales se logra extraer un gran caudal de aire que ofrece la mejor relación rendimiento/consumo y se caracterizan por impedir la entrada de luz a la nave.

Josep nos comenta que la experiencia con la nueva nave ha sido muy positiva, y que “ya no concibe la explotación de gallinas en naves de ambiente natural”, ya que al hacer una comparación con las otras naves, salta a la vista la importancia de poder decidir sobre las condiciones ambientales de la nave.

Tal es su grado de satisfacción, que al preguntarle si repetiría la experiencia con Agrogi o si se lo recomendaría a otros productores, nos responde sin dudar afirmativamente. Asimismo, prevé que terminará por hacer una reforma de las otras naves con el fin de equipararlas con la nave nueva. Esta decisión viene respaldada por la comprobación en primera persona de las ventajas de este tipo de nave y de la tranquilidad que le ofrece trabajar con una empresa seria y comprometida con las necesidades de sus clientes, tanto durante el asesoramiento previo, como en la gestión posterior, de tal forma que Josep tiene la sensación de que trabaja en equipo con Agrogi.

La implementación de este tipo de nave implica que la consecución de los objetivos productivos ya no depende de factores externos como las condiciones climáticas, sino del manejo ejercido por el productor y su habilidad para gestionar el ambiente. Al tener una nave perfectamente aislada y toda la tecnología necesaria se pueden obtener el máximo rendimiento productivo en la explotación de reproductoras. Como sabemos, la gallina reproductora se ve fuertemente influenciada por factores ambientales y estresantes que afectan a la gallina, constituye una inversión de futuro que facilitará el trabajo diario y asegura que la explotación pueda alcanzar índices productivos muy superiores a los que se obtienen con las naves de ambiente natural.

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