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Por Andrés Ortíz, Nutega
Las especies aviares seleccionadas bajo un criterio de crecimiento rápido tienen un desarrollo precoz del sistema digestivo, llegando a ser un fenómeno prioritario durante los primeros diez días.
La digestión y la absorción son poco eficaces en el pollito recién eclosionado, desarrollándose rápidamente a medida que comienza su alimentación sólida exógena.
Se producen entonces, cambios en la morfología del tubo digestivo (longitud y peso del intestino delgado, crecimiento de enterocitos, vellosidades y criptas), así como en las secreciones enzimáticas intestinales y pancreáticas.
La longitud y el peso del intestino (duodeno, yeyuno, ileon), hígado, páncreas, molleja y proventrículo aumentan significativamente la primera semana de vida, teniendo cada órgano un modelo de crecimiento propio. Páncreas, duodeno y yeyuno se desarrollan, en proporción, más rápidamente que el hígado y el ileón.
En cuanto a la longitud y el peso del intestino delgado, se observa un incremento de 3,9 a 5,3 g y de 13,4 a 16,8 cm (expresado por 100 g de peso corporal) al dar dietas poco digestibles. Exactamente lo mismo que ocurre con dietas enzimáticamente pobres y altamente fermentables, lo que está fuertemente correlacionado con la viscosidad del quilo.
Tabla 1. Valores normales de parámetros gastrointestinales en aves (Van der Klis y Jansman, 2002)
Al nacimiento, la reserva enzimática del páncreas en el pollito es débil (tripsina, quimotripsina, amilasa y lipasa). Su secreción se estimula rápidamente la primera semana de vida y cada una de ellas presenta un perfil propio (Nitsan et al, 1991a).
La actividad amilásica hasta el segundo día de vida es prácticamente nula, probablemente ligado a la ausencia de carbohidratos en el vitelo, correspondiendo el retraso de la adaptación a la ingesta sólida exógena de carbohidratos. La presencia de lípidos y proteínas en el saco vitelino provocaría una actividad enzimática intestinal más precoz de las correspondientes enzimas.
Podemos concluir que la edad y el estado nutricional influyen sobre la secreción y la actividad de las enzimas pancreáticas, la lipasa podrá ser limitante en la digestión de la grasa de la dieta durante las dos primeras semanas de vida del pollo. Además las secreciones biliares en pollos de carne son limitadas.
Otra actividad enzimática a tener en cuenta en el concepto salud intestinal y que, además liga los dos criterios que venimos manejando hasta el momento “morfología – tamaño” y “desarrollo enzimático”, es la que se desarrolla en el denominado borde en cepillo de los enterocitos.
Los trabajos de Uni (1.999) correlacionan estrechamente los niveles de las enzimas sucrasa y glucosiltransferasa, producidas en el borde del cepillo de los enterocitos (implicados en el transporte de aminoácidos) y el número de enterocitos por vellosidad en el duodeno. (Ver figura 2)
Finalmente, el mismo autor correlaciona también estrechamente el peso vivo del pollito a los doce días con la actividad enzimática de la mucosa en cepillo (sucrasa, maltasa y glutamiltransferasa)
Fig. 2 Actividad enzimática en el enterocito
Fig. 3 Mucosa intestinal en cepillo
En broilers, la altura de las vellosidades intestinales y la profundidad de las criptas (Ver figura 3) se incrementan rápidamente tras la eclosión, alcanzando un máximo a los cuatro – seis días en duodeno y a los diez días en yeyuno e ileón. Es por ello que se incrementa la superficie de absorción, aumentando así la capacidad de absorción de nutrientes, además de la puesta en marcha de sistemas activos de transporte a través de la membrana.
Así pues, la capacidad de absorción de duodeno y yeyuno va aumentando con la edad.
Sabido es que la glucosa y un gran número de aminoácidos se absorben a través de un transporte dependiente del sodio.
La medición de este electrolito es un buen indicador de la absorción por las mucosas intestinales, así como su presencia durante los primeros días de vida.
Los enterocitos situados en la parte superior de las vellosidades son los encargados de la digestión y la absorción. Además son las posibles puertas de entrada de patógenos (virus, bacterias, toxinas, lectinas, …).
La regulación de su proliferación y diferenciación es complicada, ya que están involucrados varios componentes, como son la especie animal, la edad, la genética y las influencias ambientales, como los componentes de la dieta o la propia microbiota residente y los patógenos.
En concreto, los ácidos orgánicos, especialmente aquellos de cadena corta, juegan un papel importante en el status fisiológico del enterocito. Los ácidos grasos de cadena corta, como el fórmico, el propiónico y el butírico incrementan el tejido mucoso intestinal, tanto en intestino delgado como en grueso.
El butirato es el combustible elegido por el enterocito para su mantenimiento fisiológico. La adición de butirato a células intestinales tiene un efecto significativo sobre la estimulación de dichas células.
A la eclosión, el tracto intestinal del pollito está libre de bacterias y como hemos visto, es relativamente inmaduro en términos de capacidad de absorción. Inmediatamente después de salir del cascarón, ingiere gérmenes ubicuos que provocarán el desarrollo de la microbiota intestinal en el pollito.
Así pues, además de estar cambiando la estructura y funcionalidad del intestino delgado con la edad del ave, también cambiará la microbiota y su actividad metabólica en respuesta a la ingestión de organismos, algunos de ellos patógenos y a la ingestión de carbohidratos y sus tipos.
En la primera semana de vida, enterococos y lactobacilos predominan en el buche, duodeno e ileon de los pollitos, mientras que en el ciego se encuentran en proporciones similares ambas especies junto a las enterobacteriaceas. Posteriormente en el ciego dominarán las especies anaeróbicas y los lactobacilos en buche, duodeno e íleon. (van der Wielsen, datos no publicados)
Debemos ser capaces de controlar la colonización del intestino en el pollito de un día y mantener una “microbiota ideal” para el resto de la vida del ave, ya que, sin duda será beneficioso para la salud y el bienestar del pollo y para la producción.
Figura 4. Órganos linfoides primarios y secundarios del pollo
Aproximadamente el 75% de las células inmunitarias del ave (3% del peso vivo) están localizadas en el intestino delgado, asociadas al tejido linfoide.
En las aves, bolsa de Fabricio y timo, son los órganos linfoides primarios; y el bazo divertículo de Meckel, glándula de Harderian, placas de Peyer y amígdalas son los secundarios.(Ver figura 4)
A la eclosión, el sistema inmunitario es inmaduro y evoluciona más lentamente que el sistema digestivo anteriormente descrito, por lo que durante la primera semana de vida, el pollito depende en gran medida del ambiente en que se encuentra.
La presión genética sobre velocidad de crecimiento, tiene un impacto negativo sobre el sistema inmunitario. La capacidad de producir anticuerpos es menor en el transcurso de generaciones sucesivas.
El butirato es una sustancia natural presente en los líquidos y tejidos biológicos. El butirato no puede ser detectado en la sangre periférica, lo que indica metabolismo rápido en la pared del intestino y / o en el hígado.(Ver figura 1)
En condiciones fisiológicas, el aumento en el rendimiento en animales por consumo de butirato exógeno se podría explicar por:
En el tracto digestivo, el butirato puede actuar directamente (tracto gastrointestinal superior o intestino grueso) o indirectamente (intestino delgado) en el desarrollo y reparación de tejidos.
Efectos tróficos directos se han demostrado mediante estudios de proliferación celular, lo que indica una renovación más rápida de áreas necróticas. Se cree que las acciones indirectas del butirato involucran al sistema hormono-neuro-inmuno.
El butirato también está implicado en la regulación por disminución de la virulencia de bacterias, tanto por efectos directos sobre la expresión de genes de virulencia como actuando sobre la proliferación celular de las células huésped.
Para mostrar el efecto reparador de BS protegido y aceites esenciales sobre las células intestinales y el control sobre la flora patógena realizamos una infección clínica con coccidios en pollos de carne a los 15 días , mostrando las aves un mejor peso corporal frente a la dieta control con coccidiostatos en el arranque y en la fase final post-infección. Esta mejora en la última fase tras un fuerte desafío nos da pie para elucidar que BS protegido+ EO puede ser un complemento para las vacunas anticoccidiales, así como una herramienta para mejorar los crecimientos en esta última fase.
En animales de producción, el butirato es un aditivo para alimentación animal útil , sobre todo cuando se ingiere poco después del nacimiento, ya que mejora el rendimiento y controla los trastornos de la salud del intestino causadas por patógenos bacterianos.(Guilloteau y col, 2010).
Diferentes pruebas en diferentes circunstancias y países nos han llevado a considerar el empleo de butirato sódico protegido como una herramienta indispensable en la alimentación del pollo de hoy en día (Tabla 1).
Su actividad antimicrobiana frente a determinados patógenos como Clostridium perfringens (Tabla 2) y Salmonella spp (Gráfica 1) , así como su contribución a mantener el pH intestinal en el rango adecuado para la proliferación de Lactobacillus spp, nos hace contar con una herramienta práctica a la hora de modular la flora bacteriana.
El mayor crecimiento observado en pollos en las primeras fases de crecimiento del pollo se explica en gran parte por el mayor desarrollo de las vellosidades intestinales observado en presencia de butírico(Galfi, 2011 datos no publicados).
Por otro lado los trabajos de Katoh han demostrado la eficacia del butirato a la hora de estimular las secreciones pancreáticas ,
Dada la importancia que en el pollito tiene el páncreas por su desarrollo los primeros días, nos va a permitir aumentar las enzimas endógenas y hormonales (insulina, glucagón, somatostatina), incrementando el consumo en el ave los primeros 15 días y el aprovechamiento del alimento al existir mayor concentración enzimática proveniente del páncreas e igualmente del intestino, por el papel trófico que sobre el enterocito ejerce el butirato, y el papel del borde en cepillo del enterocito en la producción de enzimas endógenas.
En condiciones de campo el butirato sódico protegido es una herramienta nutricional para mantener el confort intestinal con múltiples aplicaciones en esta área de la alimentación aviar tan cambiante día a día.Su valor como nutriente precoz así como en situaciones de desafío, sólo o en sinergia con otros aditivos, es cada día más aceptado.
Sólo implicando TODO en un concepto global de la nutrición que contemple a la salud intestinal como otro “nutriente” más a la hora de elaborar dietas de avicultura de carne en sus diferentes fases tendremos éxito.
Butirato sódico protegido hace referencia a la protección que necesita el butirato sódico para no liberarse en la molleja por efecto de la acidez existente y ser capaz de llegar al tramo intestinal que es lo que interesa para que desarrolle su actividad nutricional y sanitaria.