La mejor herramienta de la que dispone el avicultor para la disipación del calor es el movimiento de aire
Equipos e instalaciones
Para leer más contenidos de aviNews LATAM SEP-2019
Contenido disponible en:
Português (Portugués, Brasil)
La gran cantidad de calor generada a nivel del suelo hace que fácilmente la temperatura del aire a esta altura esté 2,8ºC o más grados por encima de la temperatura cercana a la cubierta. El reto para los avicultores en climas calurosos es retirar este aire cálido de entre las aves para evitar que la temperatura del aire sea excesivamente elevada y, lo que es más importante, retirar el calor de las aves para evitar que su temperatura corporal se eleve en exceso.
La mejor herramienta de la que dispone el avicultor para la disipación del calor es el movimiento de aire
Cuanto mayor sea el movimiento de aire a nivel del suelo, más calor disiparán las aves, de modo que estarán más frescas. El nivel de enfriamiento de las aves que se puede lograr a través del movimiento del aire está determinado, en parte, por la superficie que está expuesta al aire.
Por ejemplo, un ave que se encuentra de pie aislada tendrá movimiento de aire prácticamente por todo su cuerpo (zona dorsal, cabeza, flancos y zona ventral), maximizando la disipación de calor y favoreciendo su enfriamiento (Figura 1). En contraste, un ave que se encuentra en un grupo de alta densidad de aves sólo tendrá movimiento de aire por encima de la cabeza y la zona dorsal (Figura 2). Dado que la superficie corporal del ave expuesta al movimiento del aire es significativamente menor, la disipación de calor es mucho menor y la temperatura corporal del ave aumentará
Si bien criar aves a las densidades comerciales dificulta el movimiento adecuado del aire sobre toda su superficie cuando llegan a la edad de sacrificio, resulta aún más difícil cuando se produce una migración hacia el extremo donde se encuentran los paneles evaporativos. Para garantizar la máxima disipación de calor en relación a todas las aves de la nave, es crucial instalar la cantidad correcta de vallas antimigratorias en el momento y de la forma adecuada, de modo que se logre una distribución uniforme de las aves por toda la nave.
Incluso en las naves con el mejor manejo, la superficie del ave que suele estar expuesta a menos movimiento de aire es la zona ventral o de la pechuga Los pollos de engorde suelen permanecer sentados o acostados durante gran parte del día, especialmente cuando tienen más edad
Cuando el ave está sentada, no sólo se anula el movimiento de aire debajo de ella, lo cual es una porción significativa de su superficie total, sino que la cama sobre la que está sentada actúa como aislante, evitando la disipación de calor. Cuanto más tiempo permanezca sentada, más aumentará la temperatura de la pechuga del ave y la cama que hay debajo. Únicamente cuando se ponga de pie, comenzará a moverse el aire por debajo, ayudando a la disipación del calor de la zona de la pechuga y de la cama.
La Figura 3 ilustra cómo la temperatura subcutánea de la pechuga cambia conforme las aves cambian de posición, pasando de estar sentados a estar de pie y viceversa. Cuando el ave estaba sentada, la falta de movimiento y el carácter aislante de la cama condujo a un lento incremento de la temperatura del aire durante un periodo de 30 minutos a 1 hora. Cuanto más tiempo permanecía sentada, más se aproximaba la temperatura subcutánea de la pechuga a la temperatura corporal profunda (42,2ºC). El hecho de que la temperatura subcutánea de la pechuga aumente indica la disipación de poco o nada de calor a nivel de la pechuga. Al ponerse en pie, la temperatura de la pechuga tendía a caer rápidamente de 40,5ºC a 39,4ºC. La buena noticia es que, mientras que la temperatura de la pechuga tarda 30 minutos o más en aumentar hasta 1,7ªC, puede disminuir al nivel inicial en pocos minutos después de que el ave se ponga en pie.
Caminar entre las aves en épocas de calor. ¿Sí, o no?
Las aves tienden a levantarse cuando se pone en marcha el sistema de nebulización, proporcionando un breve momento para que se enfríe la cama y la pechuga de las aves. Además, mediante el sistema de nebulización se puede lograr que las aves se levanten varias veces a lo largo de 1 hora sin tener que preocuparse por su amontonamiento contra las vallas antimigratorias, como ocurre cuando se camina por la nave.
Aunque la idea parece buena, la cuestión es determinar si ¿el sistema de nebulización realmente logra reducir la temperatura de las pechugas en épocas calurosas?
Se llevó a cabo un estudio en una granja de pollos de engorde para determinar la relación entre el uso de los nebulizadores y la temperatura subcutánea de la pechuga en aves en edad de sacrificio en épocas calurosas.
El sensor de temperatura de alta sensibilidad no solo demostró ser un método para medir la temperatura de la pechuga, sino que también fue útil para monitorizar la actividad de las aves
Cuando un ave se encuentra sentada tranquilamente, la temperatura de la pechuga tiende a aumentar lentamente, con pocas variaciones en la temperatura. Una vez que el ave se pone de pie o simplemente se reposiciona, la temperatura de la superficie de la pechuga desciende rápidamente con respecto a la temperatura de la cama debido a la exposición al aire fresco. Cuanto más tiempo permanezca de pie, mayor será el descenso de temperatura a nivel de la pechuga. Dado que la temperatura de la pechuga se registró a intervalos de 1 minuto, la actividad de las aves, especialmente en respuesta a los nebulizadores, se pudo monitorizar durante cada minuto.
Sistema de nebulizadores
El sistema de nebulizadores funcionó durante la mayor parte del tiempo de acuerdo con las indicaciones del fabricante.
Los paneles evaporativos de las naves estaban programados para operar +12,1ºC por encima de la temperatura establecida como deseada en la nave. Idealmente, el sistema de paneles evaporativos solo funcionaba si la temperatura de la nave excedía los 31ºC, pero debido a las limitaciones del sistema de control ambiental de las naves, durante los últimos 10 días del lote, los sistemas evaporativos operaron cuando la temperatura estaba por debajo de los 30ºC.
Habitualmente, cuando se realiza un estudio de campo se trabaja con una nave de prueba y una nave control. El problema de este método es que no sólo se asume que ambas naves son totalmente idénticas, sino que también lo son las aves. Sin embargo, todos los avicultores saben que, aunque todas sus naves parezcan idénticas y tengan las “mismas” aves, la actividad y el rendimiento de las aves rara vez son idénticas.
Para contrarrestar el “efecto nave”, el sistema de nebulización se puso en funcionamiento en cada una de las naves en días alternantes con un intervalo de 3 días. Concretamente, los nebulizadores funcionaron en una de las naves durante 3 días y permanecieron apagados en la otra nave durante este tiempo.
Al finalizar el periodo de 3 días, se intercambió el funcionamiento de los nebulizadores de ambas naves. De este modo, se pudo comparar el consumo de agua por parte de las aves, no sólo entre las naves, sino también dentro de la misma nave en los días con y sin el funcionamiento de los nebulizadores.
Las Figuras 4 y 5 muestran la temperatura subcutánea promedio de la pechuga, así como las tasas de consumo de agua por parte de las aves y el sistema de nebulización a intervalos de 1 minuto en cada una de las naves durante los 11 días que duró el estudio.
Aunque es difícil discernir los patrones precisos de la temperatura de la pechuga a partir de una gráfica a largo plazo, está claro que las temperaturas más altas corresponden con las horas de oscuridad (10 pm a 4 am), cuando las aves dejan de beber y se sientan.
Dado que el sistema de nebulización sólo es capaz de disminuir la temperatura ligeramente, es lógico pensar que la temperatura de una nave en la que funcionan únicamente los nebulizadores tiende a ser significativamente más alta que la de una nave enfriada mediante paneles evaporativos
Las Figuras 6 y 7 muestran las temperaturas subcutáneas individuales de las pechugas y la temperatura de la nave, así como el consumo de agua por parte de las aves y el uso de agua por el sistema de aspersión en un día concreto del estudio (8 de agosto).
En la Figura 6, se puede observar el funcionamiento del sistema de nebulización a lo largo del día, comenzando con el modo de estimulación (nebulización una vez por hora), después progresando hacia el modo suave de enfriamiento a las 9:30 am (una nebulización cada 15 minutos) y finalmente pasando al modo fuerte de enfriamiento poco después de las 5 pm (una nebulización cada 5 minutos).
Debido a que los paneles evaporativos estaban programados para entrar en funcionamiento al llegar a 27,8ºC en ambas naves, la temperatura del aire fue similar en las dos. Tal y como se ha señalado anteriormente, en una situación típica con el funcionamiento de los nebulizadores, los paneles evaporativos se habrían puesto en marcha a partir de los 32,2ºC y únicamente el sistema de nebulización estaría funcionando en modo de enfriamiento por debajo de 27,8ºC.
Las Figuras 8 y 9 muestran las mediciones individuales de la temperatura de la pechuga, así como el consumo de agua por parte de las aves y por los nebulizadores durante las seis horas de la tarde del 8 de agosto. En la nave con el sistema de nebulización activado, parece haber una variación ligeramente mayor en el consumo de agua por parte de las aves a media tarde cuando el sistema funcionaba en modo suave de enfriamiento (una vez cada 15 minutos) en comparación con la nave en la que el sistema de nebulización estaba inactivo. Los pequeños picos en el consumo de agua ocasionalmente corresponden con el funcionamiento de los nebulizadores.
Las temperaturas subcutáneas de la pechuga fueron muy similares en ambas naves, oscilando de 38,9ºC a 41,1ºC. Algunas veces la temperatura subcutánea de la pechuga de aves individuales (p. ej., Ave a las 1:50 pm y a las 2:05 pm – Figura 8) descendía cuando el animal se ponía de pie, aparentemente en respuesta al funcionamiento de los nebulizadores, pero otras veces no parecían responder a la nebulización. Aunque parece que hay una cierta variación en la temperatura subcutánea de la pechuga en relación al funcionamiento del sistema de nebulización, no hubo un descenso significativo de la temperatura general de la temperatura cuando se comparó con el de la nave con el sistema de nebulización inactivo.
Las Figuras 10 y 11 muestran la temperatura de las aves, así como el consumo de agua por parte de las aves y el uso de agua por el sistema de nebulización durante la noche del 8 de agosto. En ambas naves, la temperatura de las pechugas aumentó al apagarse la luz a las 10 pm y las aves estaban menos activas. Hubo diferencias a nivel de la actividad aparente al apagarse las luces. La temperatura de la pechuga de algunas aves (p. ej., Aves d y e) indica que se levantaron un par de veces entre las 10 pm y la medianoche (p. ej., Aves a y b) se levantaron con un poco más de frecuencia y parecían estar inquietas al posarse, lo que viene reflejado por las ligeras fluctuaciones en la temperatura de la pechuga.
El nivel exacto de actividad de las aves individuales por la noche varió de un día a otro y no parecía estar asociado al uso del sistema de nebulización durante el día. Lo que queda claro al observar estas gráficas es que las aves de ambas naves tenían un nivel de actividad similar durante el día y un nivel de inactividad similar durante las horas de oscuridad. Es posible que hubiera una variación ligera en la temperatura subcutánea de la pechuga, lo que podría indicar más movimiento por parte de las aves, pero se deduce que la activación de los nebulizadores no provocó un descenso significativo en la temperatura de las pechugas.
Las Figuras 12 y 13 muestran las temperaturas subcutáneas diarias promedio (8 am – 9 pm) de la pechuga para cada una de las aves en ambas naves durante todo el estudio. Los días sombreados son aquellos en los que se utilizó el sistema de nebulización. En estas gráficas es difícil observar que los nebulizadores tuvieran efectos significativos a la hora de disminuir la temperatura de las pechugas.
En ambas naves, la temperatura de las pechugas fue similar los días en los que el sistema de nebulización se encontraba activo en comparación con los días en los que estaba inactivo.
Conclusiones