Jose Luis Valls, director técnico de la revista aviNews España, nos expone todo lo que debes saber sobre las granjas avícolas y qué cuestiones nos permiten conseguir el máximo potencial productivo de nuestras aves.
La producción de carne de ave, indistintamente de la especie de que se trate, sólo se puede llevar a efecto en una granja avícola, cuyas instalaciones tienen que estar adecuadas para conseguir llevar a término la producción de las aves.
El clima exterior de la zona en la que se encuentren las naves condiciona el tipo de construcción y el sistema de control ambiental más adecuado que tienen que tener.
- Por tanto, es importante escoger un emplazamiento en una zona geográfica adecuada y, dentro de esta, situar las naves en la mejor situación posible de los vientos y de la dirección del sol.
El techo es la parte más importante de una nave, para ser aislada de la mejor forma posible, pues es la que va a recibir el mayor impacto de las incidencias climáticas del exterior, tanto frío como calor.
- Además, también va a soportar la presión del calor del interior de la nave y evitar que se pierda, pero tiene que compaginar las diferencias térmicas entre exterior e interior para evitar condensaciones que provoquen un exceso de humedad dentro de las naves.
En la actualidad, las naves para albergar aves son de una calidad innegable y están provistas de los comederos y bebederos adecuados a la especie a criar.
- Asimismo, en estas naves se han instalado los medios necesarios para ayudar a controlar el medio ambiente durante la producción de las aves.
Estos medios (ventanas, extractores, persianas, paneles evaporativos, etc.) son controlados de manera automática por un ordenador que hace cumplir las indicaciones que técnicos y avicultores establecen.
- Cuando todos los automatismos instalados y controlados por el granjero y técnico funcionan correctamente, las aves crecen a una velocidad adecuada, pero siempre que la genética, la nutrición y la sanidad lo permitan.
Hay unos requisitos imprescindibles para que el crecimiento y la producción avícola sean los correctos.
Uno de ellos es disponer de una temperatura y humedad óptima en el interior para que las aves se encuentren en su zona de confort y puedan desarrollar todo su potencial genético.
- La velocidad del aire en el interior de la nave es de vital importancia para conseguir ese confort ambiental que necesitan las aves.
Este confort ambiental deberá controlarse a través de un ordenador que tenga conectados los suficientes sensores para comunicarle cualquier desviación de los parámetros introducidos.
La diferencia con los parámetros requeridos tiene que ser comunicada mediante unas alarmas que nos indiquen que algo no va bien.
- Sin embargo, hay que estar seguros de que las alarmas tienen que ser capaces de comunicarnos cualquier incidencia y en cualquier situación en que se encuentren por caótica que pueda resultar.
El sistema de calefacción que se escoja para conseguir el confort térmico de las aves tendrá que ser el adecuado y proporcionado a la zona térmica en que se encuentren instaladas las naves de la granja avícola.
En zonas frías puede ser interesante dotar a las naves de intercambiadores térmicos que permitan conseguir el ambiente idóneo con un menor gasto energético.
Importantísimo hoy en día es conseguir la mejor eficiencia energética posible en las granjas, pues en ello puede ir la viabilidad de la propia granja.
Para ello es necesario que desde el inicio en la construcción de las naves se tomen las decisiones adecuadas sobre el material aislante a utilizar y se planifique hasta el tipo de motores que deben hacer funcionar los aparatos instalados, siendo estos lo más eficientes posibles.
Una vez puesta en funcionamiento la granja, en las naves avícolas es muy difícil ahorrar gasto energético y siempre que se haga será a costa de perjudicar el ambiente.
- Lo cual afectará a la cama de las aves y finalmente a la salud, pero por supuesto al crecimiento y producción de las aves.
El consumo de agua durante la producción es un parámetro excepcionalmente importante que nos indica muchas cosas, entre ellas la evolución del crecimiento del ave.
- Por la importancia que tiene este consumo de agua, deberá comprobarse periódicamente que reúne los mínimos necesarios de potabilidad, tanto de calidad microbiológica como química.
Es necesario mantener las condiciones adecuadas en el agua de bebida para que se mantenga su calidad durante toda la crianza o fase productiva.
- Por tanto, será necesario evitar que en las tuberías, que conducen ese agua, se formen biofilms que inicien el deterioro de su calidad. Además, pueden provocar una contaminación que produzca una enfermedad en las aves.
Los comederos deben ser bien elegidos y adecuados al tipo de producción que la granja va a ser destinada.
- Es importante que permitan en todo momento alcanzar la cantidad necesaria de pienso a las aves y que eviten el desperdicio de dicho pienso por la acción de las propias aves.
El sistema de iluminación también tiene su importancia para conseguir la velocidad adecuada de crecimiento y producción de las aves.
- Cabe recalcar que se debe escoger el sistema adecuado de luces y su tipo, así como su distribución en la nave. De esta manera las aves tendrán el bienestar animal adecuado.
No se debe olvidar antes de la construcción de una nave avícola que hay que tener en cuenta el suelo de esta nave, pues va a ser elemento que aisle a las aves del suelo de tierra.
- Asimismo, si el suelo es liso y pulido, la retirada de la cama y la limpieza del suelo una vez terminado el lote, se podrá efectuar de forma más rápida y sobre todo de forma mucho más higiénica.
Sin lugar a dudas, después del momento de llevarse los animales, el trabajo se centra en los tiempos de vacío sanitario con la limpieza, la desinfección y la desinsectación, incluyendo el hecho de rematar el tratamiento continuo contra roedores.
Son momentos claves en los que hay priorizar para hacer bien cada fase y en el menor tiempo posible.