Se trata de un proyecto familiar en el que se ha tenido que acometer una reforma integral de dos naves que se estaban quedando obsoletas, y que ahora conviven con otra de nueva creación.
Justo en el centro de una finca de fruta, se encuentran unas de las últimas naves avícolas realizadas por Exafan, que gestionan Manuel y Joaquín Cabós –padre e hijo-, continuando el negocio que iniciaron anteriores generaciones y que ya va por la tercera, si bien ha sido necesario adaptarse, actualizarse y modernizar las instalaciones para continuar siendo competitivos en un mercado que exige las últimas tecnologías para la cría del pollo de engorde.
En sus inicios, esta explotación se dedicaba al porcino, pero cuando falleció el padre de Manuel, se decidió cambiar la orientación del negocio, primero compaginando los dos tipos de producciones y finalmente enfocándolo al sector avícola en exclusiva. Actualmente tienen 55.000 pollos en una integración con SADA, y tienen pensado ampliar hasta los 65.000.
Reformas Vs naves nuevas
Han podido comprobar que cuanto más avanzada está la nave desde el punto de vista tecnológico y constructivo, más se reduce la mano de obra en el manejo de las aves y mayor es el rendimiento obtenido de los animales, así que la modernización de las instalaciones siempre es una buena inversión.
En esta explotación de 4 naves –tres de ellas son de planta y piso, estando en una de éstas sólo en producción la planta baja- una nave ha quedado completamente en desuso, mientras que en las otras dos se puso en marcha un proceso de reforma.
Los trabajos de acondicionamiento han sido llevado a cabo los propios avicultores, siguiendo en todo momento las directrices de Exafan; el equipamiento utilizado es también de Exafan: ordenador SCA, ventilación y entradas de aire, panel sándwich y falso techo.
La reforma de estas naves se culminó hace tres años, y han notado la diferencia.
“Decidimos apostar por hacer la cuarta nave, toda nueva, porque vimos que sacábamos mejor peso y menos bajas con las naves reformadas respecto a la que ha quedado en desuso, y esto nos animó.
Ahora hemos visto los resultados de la primera crianza, y los resultados son espectaculares. En las naves reformadas el pollito se encuentra bien, pero en la nueva todavía está mejor”, explica Joaquín Cabós.
La cuarta nave de nueva creación es un proyecto llave en mano para el que también han elegido a Exafan, y que ya está en funcionamiento con la segunda crianza en marcha.
«En un proyecto de estas características, resulta muy importante elegir una empresa especializada en la construcción de naves, que sea una garantía de calidad y excelencia, así como cumplidora de las normativas existentes en este ámbito».
No en vano, estos avicultores tienen la experiencia de que en el pasado, una nave de planta y piso se les hundió, cayendo los pollos en la zona de los cerdos. Ahora están satisfechos con el trabajo realizado por Exafan, que incluso han llevado a cabo estudios geotécnicos para valorar la calidad del terreno y así actuar en consecuencia.
«Sabíamos que Exafan nos daba garantías totales en el proyecto de nueva construcción«.
Hay que tener en cuenta que para evitar incidencias, se debe cumplir con las normas de seguridad vigentes (redes de seguridad, líneas de vida, etc.). Así como la normativa europea de construcción, cumpliendo los requisitos estructurales de sobrecargas de nieve y viento, según el código técnico de edificación, la seguridad estructural de acero, sobrecargas de cubierta y aislamiento, además de las cargas producidas por los productos suspendidos.
Tenemos que esperar para valorar bien los resultados obtenidos, pero estos avicultores ya tienen claro que “en este sector no puedes despistar. Cada vez se están haciendo más granjas nuevas, y las integradoras nos exigen estar a la última».
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