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- Si queremos garantizar un correcto engorde de nuestros pollos, debemos comenzar por una correcta recepción de los mismos en la nave de engorde
El tiempo que transcurre desde que el pollito nace hasta que es depositado en la granja es importante, sobre todo si los pollitos provienen de madres jóvenes.
- Los pollitos deben llegar a la descarga en la nave en correctas condiciones y eso se puede valorar testando por ejemplo su agilidad – poniendo un pollito sobre su espalda debe ponerse en pie en 3 segundos – o midiendo su temperatura cloacal.
- Lo ideal es que esta temperatura cloacal esté entre 40,4 ºC – 40,8 ºC. Las aves jóvenes con menor temperatura cloacal pueden necesitar uno o dos grados más de sensación térmica.
Son normales las pérdidas de peso en el transporte de un 0,24 % / hora. Sin incidencias esto puede cifrarse en 1 gramo por pollito y en condiciones anómalas pueden llegar a ser de 4 a 5 gramos por pollito.
¿Y cómo llegan desde la incubadora?
Las variaciones entre los pollitos de eclosión temprana y tardía en la ventana de nacimiento representan una desventaja para los primeros.
- Si la ventana de nacimiento se alarga, el número de pollitos en ayuno durante un tiempo extenso aumenta, disminuyendo la calidad del pollito y aumentando el riesgo de desigualdad del lote.
Si los pollitos no vienen pesados de la incubadora es recomendable hacerlo antes de efectuar la descarga en la nave.
- Se toman como mínimo 4 cajas de pollitos por lote de reproductoras que se vayan a alojar y se pesan.
- Después de la descarga se pesan las bandejas y se destara. Así fácilmente se tendrá el peso medio de al menos
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