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Existen ciertas prácticas para aumentar la eclosabilidad en la incubación que, en la mayoría de los casos, no elevan la calidad del pollito y, de hecho, muchas veces reducen de manera comprobada la calidad de ese neonato.
Así, la vacunación in ovo juega un papel importante en la eclosabilidad y el desempeño del pollo, ya que, como se sabe, además de facilitar el manejo, la vacunación in ovo hace que el pollito comience su proceso de inmunización por lo menos 2 días antes de nacer, a diferencia de las vacunaciones realizadas al nacer o en el campo. Sin embargo, si se hace en el momento incorrecto, puede perjudicar tanto la eclosabilidad como el desempeño del pollo en el campo.
Otro de los aspectos más importantes, además de elegir el momento correcto para la vacunación in ovo, es que muchas veces no se tiene en cuenta la calidad de los huevos para la incubación. Esto afectará directamente la calidad del pollito porque, como se sabe, los pollitos de buena calidad nacen de huevos de buena calidad y están influenciados, entre otros factores, por la genética, la nutrición, el tamaño, la calidad de los huevos y de la cáscara, la proporción de clara y yema, y, en particular, si está libre de patógenos.
Desde las últimas décadas, la industria avícola atraviesa un gran cambio de tendencia: las vacunaciones, que antes se realizaban en el campo por medio de agua de bebederos, ahora se efectúan en la incubadora, in ovo o de forma subcutánea. Actualmente, en casi el 80 % de las incubadoras del mundo, independientemente de la cantidad de pollitos producidos, la vacunación se realiza en la planta, con el método subcutáneo o in ovo. Esta tendencia se explica por algunos aspectos que maximizan la protección en el campo:
Analizando en detalle la vacunación en la incubadora, actualmente las incubadoras con mayor capacidad del mundo vacunan con el método in ovo.
Además, se aplica cierto nivel de automatización para optimizar el tiempo y el trabajo de los colaboradores a lo largo del proceso de vacunación. Con los años, se ha demostrado que la vacunación en la incubadora tiene un impacto positivo en la precisión de la vacunación y, por ende, en la protección que se le brinda al embrión con la vacuna. Sin embargo, para que la vacunación en la incubadora tenga éxito, es necesario contar con lo siguiente:
Desde que se empezaron a usar vacunadoras in ovo, observamos que el proceso se realiza de forma muy automática, es decir, sin observar si el embrión se encuentra en el momento ideal para que la vacunación resulte eficaz.
En los últimos días de incubación, ocurren cambios importantes en el embrión, como el metabolismo y el posicionamiento para picotear.
La yema se internaliza progresivamente en el abdomen, se ingiere el líquido amniótico y el embrión pasa de tener la cabeza entre las piernas a la posición de incubación con la cabeza bajo el ala derecha.
En consecuencia, la proporción de los distintos compartimientos dentro de los huevos varía y, según el tiempo de inyección in ovo, también puede cambiar la probabilidad de aplicar la vacuna a un compartimiento u otro.
Sabemos que:
Si el embrión recibe la vacuna en el líquido amniótico o en el cuerpo, esta será eficiente, mientras que,
Si se coloca en la yema, el líquido alantoideo o incluso en la cámara de aire, no inmunizará adecuadamente al pollito.
En otras palabras, cuánto más heterogéneo sea el desarrollo de los embriones en una población, más alto será el riesgo de que la vacuna se aplique de manera indeseable y no proteja al embrión. Por lo tanto, uno de los puntos clave para garantizar la eficacia de la vacunación es que el desarrollo de los embriones sea homogéneo.
Las empresas responsables por las máquinas de vacunación in ovo recomiendan vacunar:
Ya que los embriones que no alcancen o superen el desarrollo embrionario ideal presentarán un riesgo más alto de recibir la vacuna en el lugar incorrecto.
Si son muy precoces, existe el riesgo de que la vacuna se aplique en el fluido alantoideo; en el caso de los tardíos, huevos donde el pollito ya picoteó la cáscara, es posible que al vacunarlos los embriones ya no estén en la posición ideal para recibir la vacuna, con lo cual no se la aplicaría en el lugar adecuado y el embrión quedaría desprotegido.
De todas formas, independientemente del horario predeterminado, lo más importante es monitorear el desarrollo del embrión evaluándolo visualmente momentos antes de vacunarlo y abriendo algunos huevos en distintas partes de la incubadora para identificar si la edad cronológica y la fisiológica están lo más cerca posible entre sí, ya que esa diferencia puede afectar directamente el lugar de aplicación y el éxito de la vacuna in ovo.
Para aumentar la efectividad, hay que prestar mucha atención a ciertos aspectos y a la uniformidad de los embriones, que puede verse afectada por los siguientes aspectos:
Tampoco olvidemos que hay una alta correlación entre la prevalencia de huevos contaminados y la eclosabilidad y la calidad de los pollitos.
Cabe señalar que la explosión de los huevos aumenta la carga bacteriana:
Por eso, en primer lugar, es necesario disminuir la prevalencia de los huevos contaminados “podridos” y evitar la incubación de los huevos de piso. En ese sentido, es indispensable clasificar los huevos para maximizar la calidad de la incubación.
Además, si durante el proceso de transferencia todavía se observan huevos “podridos”, es importante retirarlos manualmente para tratar de reducir el impacto in ovo y durante el nacimiento.
Al vacunar in ovo, es fundamental asegurarse de aplicar la vacuna en el lugar correcto, porque esta tendrá diferentes efectos según la parte del huevo donde se coloque.
Para una protección in ovo exitosa y eficaz, se puede aplicar la vacuna en el líquido amniótico o en el mismo embrión.
En resumen, al vacunar in ovo es fundamental aplicar la vacuna en la parte correcta del embrión, lo que depende del desarrollo y de la homogeneidad del lote al momento de la inyección. El promedio de desarrollo embrionario definirá el momento adecuado para la vacunación in ovo y la homogeneidad del lote definirá la calidad de la vacunación. Por eso, el monitoreo adecuado de la edad del embrión antes de la vacunación in ovo es uno de los puntos más críticos para obtener un proceso controlado y eficaz y, por ende, garantizar la protección precoz para el pollito.