Empecemos por la definición de anamnesis: “Conjunto de datos que se recogen en la historia clínica de un paciente con un objetivo de diagnóstico”.
En el caso de la avicultura, el paciente es el conjunto de aves que comparten un espacio, que conocemos como manada o lote.
Disponer de datos, mediante la anamnesis en el ejercicio del diagnóstico veterinario es mucho más complejo que en humana, los animales no hablan. No obstante, en muchos casos es imprescindible para un rápido y correcto diagnóstico, disponer de la información correcta que a lo largo de este artículo se irá detallando.
CANALES DE COMUNICACIÓN
UNA HERRAMIENTA IMPRESCINDIBLE
Hoy en día la mayoría de las empresas avícolas están muy verticalizadas y compartimentadas en departamentos, muchas veces estancos.
En ocasiones la información no existe y en otros esta información existe, pero no se transmite entre departamentos por falta de método, política de empresa o intereses personales, perdiendo en algunos casos la trazabilidad y el acceso a la misma de personas a las que sería útil para el correcto ejercicio de sus funciones.
En otras ocasiones la información puede ser muy extensa y no se gestiona ni procesa de forma adecuada.
Es imprescindible crear canales de comunicación (grupos de whatsapp, archivos, etc.) y espacios de trabajo (reuniones presenciales, videoconferencias, de forma sistematizada u ocasional donde se comparte la información).
La responsabilidad, acceso y participación en cada una de estas áreas de comunicación deberá estar bien definida.
Lo ideal es que la empresa disponga de un PROGRAMA DE GESTIÓN de la INFORMACIÓN TÉCNICA -VETERINARIA.
Esta información debe provenir:
Del origen de las aves (incubadora, recría.)
De la granja (granjero, analíticas, ordenador)
Del proveedor de alimentos.
De otros compañeros veterinarios
Una parte importante de la información debe acompañar a la documentación de los propios animales, procedente de su origen (recría, incubadora, etc.) emitida por los técnicos responsables de estas instalaciones.
Otros datos los debe aportar el propietario de las aves o el granjero, aquí dependemos de su capacidad de observación y criterio del mismo, en muchas casos son subjetivas e incluso interesadas, creando confusión más que ayuda.
Aquí entra la habilidad del veterinario de explotación para conseguir la mayor cantidad de información (datos) fiable.
No debemos olvidar la información relativa a los alimentos que consumen los animales, agua y pi...