Para leer más contenidos de Avinews Febrero 2016
La colibacilosis es una enfermedad producida por la ubicua Escherichia coli. La patología se desarrolla cuando ésta se multiplica en los organismos de forma incontrolada, ya sea por la elevada patogenicidad de la cepa implicada, ya sea por situaciones en que los animales se encuentran inmunodeprimidos, generalmente debido a episodios de estrés.
En cualquier caso el resultado son graves pérdidas, las cuales pueden ser directas y visibles con mortalidad asociada, o indirectas por retrasos en el crecimiento, pérdidas en la uniformidad del lote, caídas de la puesta, predisposición a otras enfermedades, etc.
La colibacilosis aviar tiene una historia muy antigua, pero aún sigue teniendo una gran importancia; una de las principales razones de ello es el hecho de que E. coli es una de las bacterias con mayor presencia en la microbiota normal del aparato digestivo de los animales, por lo que su presencia es constante.
Al encontrarse en el aparato digestivo, su difusión mediante las heces es tremendamente efectiva. De hecho, son numerosos los estudios que centran principalmente a las cepas cloacales como el origen de las cepas patógenas causantes de septicemias en aves, describiéndose que hasta el 15% de la población colibacilar intestinal pertenece a cepas con potencial patogénico.
HASTA EL 15% DE LA POBLACIÓN COLIBACILAR INTESTINAL PERTENECE A CEPAS CON POTENCIAL PATOGÉNICO
Por ello debemos separar claramente las cepas saprófitas o comensales de las cepas patógenas, ya sean de alta, baja o escasa patogenicidad.
La gran diferencia entre ellas es la capacidad que tienen de diseminarse, llegando a formar aerosoles a partir de las heces contaminadas en el ambiente pulverulento y multiplicarse en las células del aparato respiratorio superior, donde inician su actividad patógena.
Los síntomas por tanto variarán dependiendo de la cepa de E.coli y de su potencial para causar enfermedad, así como de la localización de la infección.
En cualquier caso en ponedoras, siempre cursa con una disminución de la producción de huevos y de su incubabilidad, con los costes productivos que se derivan de ello.
Es evidente que la colibacilosis aviar, ya sea primaria o secundaria, es un problema muy frecuente con un importante componente multifactorial en su presentación.
Las cepas APEC (E. coli patógenos aviares) están presentes en la microbiota normal del intestino, donde pueden aprovechar periodos de inmunosupresión del animal para manifestar su potencial patógeno.
Siempre hay que tener claro, a pesar de que los síntomas y lesiones son principalmente respiratorios o asociadas a una entrada por el aparato respiratorio, que E. coli es una bacteria que habita en el digestivo.
Además debemos considerar que suele ser una enfermedad secundaria originada por un estado de inmunodepresión, generalmente asociada a otras enfermedades o a otros factores no infecciosos que son capaces de disminuir esta inmunidad.
El tratamiento y la prevención siempre pasan por un control de las enfermedades inmunosupresoras en primera instancia, así como las mejores en el ambiente donde viven los animales. Pues de lo contrario todos los tratamientos serán únicamente paliativos y tendremos recaídas por la deficiente sanidad de la instalación.
TODO PLANTEAMIENTO PREVENTIVO DEBE TENER EN CONSIDERACIÓN QUE EL RESERVORIO DE LA BACTERIA ES EL APARATO DIGESTIVO
Los tratamientos dirigidos contra las colibacilosis tienen notables limitaciones, ya que la incidencia de problemas de resistencias a antimicrobianos ha aumentado de forma considerable. Sin embargo, la colistina es una de las pocas moléculas con bajos índices de resistencias en las gallinas ponedoras.
[mks_icon icon=»fa-cogs» color=»#2f7cbf» type=»fa»] Existen estudios que demuestran que las poblaciones de E. coli procedentes de gallinas ponedoras no manifiestan resistencias significativas (hay numerosos estudios con porcentajes de resistencias inferiores al 1% de las muestras testeadas).
LAS TIPIFICACIONES ANTIGÉNICAS DE E.COLI PERMITEN ESTABLECER UNA MEJOR PLANIFICACIÓN DEL TRATAMIENTO
Actualmente, para la identificación de E. coli, se cuenta con varios sistemas, todos ellos encaminados para identificar la cepa colibacilar y determinar su capacidad patogénica, siendo las que están más en auge, por su gran efectividad, las tipificaciones antigénicas mediante electroforesis. Luego, las tipificaciones por patrón de resistencia a antimicrobianos, permiten establecer con mayor probabilidad de éxito la planificación del tratamiento en función del patrón de sensibilidad a los antimicrobianos.
ACCIONES QUE CONTRIBUYEN EN GRAN MEDIDA AL CONTROL DE LA ENFERMEDAD
FORMAS DE PRESENTACIÓN MÁS FRECUENTES DE LA COLIBACILOSIS EN LAS AVES
CONTROL DEL AGUA
Aunque es el polvo la vía mediante la cual es más habitual la infección respiratoria dentro de una instalación, siempre hay que revisar el agua y sus conducciones, pues son el medio de entrada, transmisión y reservorio más habitual en las instalaciones.
CONTROL DE ROEDORES
El control de plagas es otro elemento fundamental en el control de la enfermedad. Pues estas cuentan con un papel importante como vectores y portadores de la enfermedad, siendo ésta una de las vías de transmisión más importantes y de reinfección en naves donde se han realizado vacíos sanitarios.
Las enfermedades inmunosupresoras como la coccidiosis y otras numerosas de origen vírico, requieren un adecuado plan vacunal que proteja de forma correcta a los animales durante toda su vida productiva. Por lo que en numerosos casos se recomienda la utilización de sustancias inmunoestimulantes, para alcanzar niveles adecuados de protección inmunitaria.
El uso de vacunas colibacilares es una buena alternativa, pero siempre hemos de tener en cuenta que sólo protegen eficazmente frente a las cepas homólogas y no frente a las cepas heterólogas (de otros serotipos), y que debido al gran número de serotipos existentes el programa vacunal debe considerarse de forma individual para cada instalación.
La terapia antimicrobiana es una medida de combate indispensable ante un brote para reducir las pérdidas económicas. Podemos descuidar la presencia de abundantes plásmidos circulando en las cepas aviares, que confieren protección frente a determinados antibióticos. Por este motivo los tratamientos deben realizarse siempre a sus correspondientes dosis terapeúticas. Los tratamientos subdosificados conllevan un mayor riesgo de aparición de resistencias
COLISTINA
Algunos productos comerciales con base de colistina están registrados como tratamientos en:
Su mecanismo de acción, consistente en la alteración de la permeabilidad de la membrana externa de las bacterias, induce la muerte bacteriana con una baja probabilidad de aparición de resistencias, por el momento.
Su eficacia y precisión hacen que este antibiótico sea el de elección en primera instancia actualmente.
El sulfato de colistina no se absorbe en el tracto gastrointestinal, lo que favorece una actividad selectiva y específica frente a las enterobacterias en la luz intestinal.
TRANSMISIÓN DE LA COLIBACILOSIS
FACTORES PREDISPONENTES PARA LA COLIBACILOSIS AVIAR EN GALLINAS
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
Es conveniente realizar análisis laboratoriales para descartar otros agentes infecciosos como:
IDENTIFICACIÓN MEDIANTE TÉCNICAS ANTIGÉNICAS
Antígenos somáticos. Son los antígenos «O», de pared celular y son polisacáridos termoestables que forman parte del lipopolisacárido de membrana externa de la pared celular.
Antígenos capsulares -K- o de superficie Corresponden con el polisacárido capsular que envuelve la pared celular y enmascara el antígeno «O» inhibiendo su aglutinación
Antígenos flagelares -H Son proteínas termolábiles de los flagelos bacterianos
Antígenos fimbriales -F Permiten la adhesión de las bacterias a las células aviares