La suplementación de las dietas con nutrientes traza, como son algunos minerales como el Zinc, es una práctica habitual en la nutrición de broilers. La necesidad de garantizar los niveles adecuados de este nutriente, combinada con su baja presencia en los ingredientes usados para la elaboración de las dietas, son los responsables de esta situación.
Esta inclusión de Zn en la dieta responde a las propiedades antioxidantes del mineral. La deficiencia de Zn produce estrés oxidativo por el efecto de radicales libres. Y si bien el mecanismo por el cual el Zn se comporta como antioxidante no ha sido bien explicado todavía, sí que se han expuesto algunos argumentos al respecto. Básicamente se ha sugerido que el Zn incrementa la síntesis de metalotionina, una proteína rica en cisteína que actua como quelante de los nocivos radicales libres.
LOS QUELATOS DE AMINOÁCIDOS YPROTEINADOS, UNA ALTERNATIVA A LAS FUENTES MINERALES. Pero más allá de las efectos sobre la salud del animal existen otros intereses, como es el de maximizar la vida de los productos cárnicos obtenidos, extender al máximo su fecha de caducidad. La degradación de la carne responde a distintos parámetros: tiempo, temperatura, presencia de oxígeno y efecto de la luz. Entre otros motivos, la carne se degrada porque se oxida. Así la forma de suplementación con Zn de los pollos podría tener efectos beneficiosos sobre la vida de los productos cárnicos derivados.
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De este modo, en los últimos años el uso de fuentes orgánicas de minerales traza, como son los quelatos de aminoácidos y proteinatos, ha ido ganando adeptos. Los motivos reivindicados son:
una mayor biodisponibilidad
una menor excreción fecal
por lo tanto, un menor prejuicio medioambiental
La cuestión es si los efectos beneficiosos del Zn sobre el animal se extienden a la carne.
Las fuentes orgánicas mejoran la absorción intestinal del mineral, por lo que se reducen tanto las necesidades de suplementación como el exceso que se pierde con las heces. La cuestión es si los efectos beneficiosos del Zn sobre el animal se extienden a la carne que se obtiene de él, y si este efecto depende de la forma de suplementación. Así, se han realizado algunos estudios al respecto, buscando el efecto de distintas formas y niveles de suplementación sobre distintos parámetros de calidad de la carne.
En general, Según el artículo publicado (Int. J. Poult. Sci., 11 (1): 28-32, 2012), no se observaron diferencias significativas en lo que se refiere a parámetros de crecimiento ni de calidad de la carne, comparando distintas formas y niveles de suplementación con Zn. Sólo quizás pudo señalarse una moderada mayor persistencia del color en los filetes de los animales que habían sido suplementados con más Zn.
Micropartículas de óxido de Zinc
Curiosamente, la forma orgánica de suplementación no supuso tampoco una mejora de la absorción intestinal, contraviniendo las suposiciones al respecto. Sin embargo, se corroboró la necesidad de suplementar Zn en la dieta en un nivel mínimo para asegurar una menor incidencia de problemas derivados del estrés oxidativo.
Pero más allá de las efectos sobre la salud del animal existen otros intereses, como es el de maximizar la vida de los productos cárnicos obtenidos, extender al máximo su fecha de caducidad. La degradación de la carne responde a distintos parámetros: tiempo, temperatura, presencia de oxígeno y efecto de la luz. Entre otros motivos, la carne se degrada porque se oxida. Así la forma de suplementación con Zn de los pollos podría tener efectos beneficiosos sobre la vida de los productos cárnicos derivados.
