Equipos e instalaciones

Eficiencia Energética en granjas de puesta

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El consumo energético es una cuestión cada vez más importante a la hora de controlar los costes de producción y asegurar la competitividad de la granja. Además, hay que considerar que la producción de energía es una actividad con costes medioambientales. Así pues, tanto por razones ecológicas como económicas, es interesante el estudio de las formas en que podemos reducir el consumo energético de la granja.

Prácticamente todo el consumo energético de las granjas avícolas de puesta en España corresponde a la electricidad utilizada en las mismas. Es poco frecuente que las granjas cuenten con sistemas de calefacción (sólo cuentan con ellos el 15% de las granjas españolas) y las que tienen, su uso es muy residual respecto al consumo energético total de la instalación.

El consumo eléctrico anual aproximado del sector asciende a 42 Gwh. Como media, puede considerarse que el consumo energético típico en una granja avícola de puesta es de 2,88 Wh/ave/día, repartida en alimentación (43%), conservación y transporte de huevos (23%), ventilación (17%) e iluminación (17%). El consumo energético de una granja se concentra en los meses de verano debido al uso de los equipos de refrigeración y ventilación. La parte del consumo de electricidad, dedicada a la iluminación y la alimentación se mantiene, por el contrario, constante a lo largo del año.

A continuación analizamos qué medidas de ahorro pueden tomarse en cuanto a iluminación, climatización y aislamiento térmico, exponiendo sus costes de implementación, ahorro potencial y tiempo de retorno de la inversión.

Iluminación

  • Adecuar el nivel de iluminación de la instalación (no encender luces innecesarias). El coste de la medida es nulo y su retorno es inmediato.
  • Limpiar las luces con regularidad. Permite hasta un 3% de ahorro sobre el consumo energético total de la granja.
  • Sustituir los tubos fluorescentes de 38 mm por tubos de 16 ó 26 mm, pues a menor tamaño mayor eficiencia (a misma luminosidad, los de 26mm consumen un 8% menos que los de 38mm, y los de 16mm un 7% menos que los de 26mm). La inversión requerida es de unos 15-20 euros por cada 10 tubos, y el retorno es a los siete meses, con una potencial reducción del consumo total del 2%.
  • Instalar sensores de presencia allí donde no sea necesario mantener las luces encendidas (se recomienda que estas luces no sean fluorescentes). La instalación de cada sensor nos costará unos 60 euros, el ahorro potencial es del 0,2% del consumo total (un sensor para dos bombillas incandescentes), por lo que el retorno de la inversión es a los 10 años.
  • Sustituir las bombillas incandescentes por lámparas fluorescentes compactas (LFC) allí donde deban mantenerse encendidas por periodos prolongados. Estas consumen un 80% menos de electricidad y duran hasta 12 veces más. Esta medida supone una inversión de unos 160 euros por cada 10 bombillas (de 100W incandescentes a 25W LFC), con un ahorro potencial de hasta un 7% y un retorno de la inversión a los 7-8 meses. Cabe recordar que las bombillas LFC es preferible no apagarlas si se van a volver a encender en menos de 30 minutos, pues así su vida se alarga y se compensa el gasto energético.
  • Instalar balastos electrónicos en las lámparas fluorescentes. Los balastos encargados de estabilizar la descarga en el interior del tubo, si son electrónicos son algo más caros que los tradicionales, pero ahorran hasta un 25% del consumo y alargan la vida del tubo fluorescente unas 12.000 horas (un 50% más). Esto supone una inversión de unos 300 euros por cada 10 reactancias, con un potencial ahorro de hasta el 4%, por lo que el retorno de la inversión lo tenemos a los 4-8 años.

En resumen, deben mantenerse los niveles de iluminación adecuados (con la limpieza regular de las lámparas y evitando su número excesivo), además de sustituir las bombillas incandescentes por bombillas LFC.

Ventilación

En cuanto a la ventilación climatización:

  • Para optimizar la ventilación, mantener los caudales de ventilación al mínimo requerido para el bienestar de las aves y mantener los equipos en óptimo estado de limpieza y funcionamiento.
  • Sustituir las lámparas de calefacción de propano por otras que funcionen con gas natural, por ser este segundo de combustión más limpia.
  • Sustituir las lámparas de calefacción eléctricas por otras que funcionen con gas natural. Esta fuente energética es más eficiente para la calefacción.
  • Instalar y mantener regularmente (cada mes) los sensores de control de temperatura. Esto supone una inversión de unos 300 euros cada 6 sensores, con un potencial ahorro de hasta el 2%, lo que conlleva un retorno de la inversión en menos de 2 años.
  • Instalar reguladores de frecuencia en los ventiladores para poder asegurar su funcionamiento óptimo. Esto supone una inversión de unos 600 euros por cada 6 reguladores y un potencial ahorro de hasta el 5% del consumo total, por lo que el retorno de la inversión es al año.
  • Instalar ventiladores trifásicos, pues aunque son más potentes y requieren una instalación eléctrica especial, consumen un 40-45% menos electricidad que los monofásicos, permiten variación de velocidad y la energía consumida es proporcional a los caudales extraídos. Esto supondrá una inversión de 900 euros por cada ventilador de 1,5 kW, y permitirá un ahorro de hasta el 5% del consumo total, por lo que el retorno de la inversión será a los 4 años.
  • Lo más interesante es la instalación de sensores de temperatura y reguladores de frecuencia en ventiladores.

Aislamiento

En cuanto al aislamiento térmico, se recomienda:

  • La orientación y localización de la granja considerando el clima y la geografía locales (evitar el sol de la tarde en verano, considerar vientos dominantes, la orografía del terreno…). Esto es sólo considerable para nuevas instalaciones.
  • La mejora del aislamiento (con materiales como la fibra de vidrio, el poliuretano y el poliestireno), más importante en la cubierta que en las paredes, por ser la superficie de mayor pérdida energética. Y reducir la incidencia de los rayos solares (disponer porches amplios que den sombra sobre las paredes exteriores, plantar hierba y árboles en las proximidades y pintar de blanco el exterior).
  • Invertir en ahorro energético puede ser más o menos costoso. Pero lo realmente importante es el retorno que se obtiene de esta inversión, en términos económicos y medioambientales.

Calcular el retorno económico y medioambiental es la clave de una buena inversión

La información expuesta ha sido extraída del Manual de eficiencia energética en granjas avícolas de puesta, realizado por el Ministerio de Medio Ambiente y la Fundación Entorno, con el apoyo de Soluziona y Aseprhu.

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