Promueve la proliferación de microorganismos benéficos, los cuales actúan mediante exclusión competitiva por la materia orgánica que sirve de alimento a las bacterias patógenas y las larvas de mosca que habitan en las camas. Además, producen sustancias propias de su metabolismo como los ácidos orgánicos que controlan directamente las poblaciones de microorganismos patógenos.