HUÉSPEDES Y RESERVORIOS VIRALES
Salud Animal
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La enfermedad de Newcastle (ENC) es una enfermedad viral altamente contagiosa que afecta a la avicultura comercial, aves domésticas y de traspatio. Causada por el virus de la enfermedad de Newcastle que puede provocar pérdidas significativas en las aves de corral, que en muchos casos incluyen pollos y gallinas, pero también se sabe que afecta a pavos, patos, gansos y otras aves
En esta segunda parte del artículo continuaremos conociendo mejor el virus de la enfermedad de Newcastle (VEN) y revisando qué medidas de prevención, bioseguridad y vacunación existen para controlar esta enfermedad que sigue siendo un problema en muchos países del mundo.
HUÉSPEDES Y RESERVORIOS VIRALES
Se conoce que el virus tiene un amplio rango de huéspedes, siendo susceptibles al menos 236 especies clasificadas en 27 de 50 órdenes de aves (Kaleta EF and C Baldauf. 1988), sin embargo, el mayor impacto de la enfermedad es sobre las aves domésticas, pollos y gallinas, tanto de crianza tecnificada como de traspatio y riña en donde la enfermedad puede ocasionar grandes pérdidas económicas (Miller y Koch, 2020).
Las cuatro panzootias descritas por el Dr. Alexander desde 1926 en que se reconoció por primera vez a la ENC, han involucrado en la diseminación del virus en el mundo, a palomas silvestres y psitácidas de importación (Figura 2).
Estos hallazgos resaltan la importancia que representan en la propagación de las cepas patógenas del virus, no solo las aves psitácidas y columbiformes, sino las aves silvestres en general, especialmente en aquellos países libres de vvVEN (Figura 2).
Por otro lado, aun cuando se conoce que las aves silvestres generalmente albergan cepas de tipo lentogénico, mientras que los brotes en aves domésticas son causados por cepas meso o velogénicas (Sahoo et al., 2022), los registros históricos y de análisis filogenéticos de secuencias disponibles en el banco de genes también sugieren que:
Si bien, múltiples estudios han atribuido a las aves silvestres la responsabilidad de brotes, considerándolas reservorios naturales del virus, el análisis de la casuística del Laboratorio de Patología Aviar (LPA) de la Facultad de Medicina Veterinaria de la UNMSM, y estudios recientes realizados con los aislados obtenidos durante cerca de 20 años, han mostrado que:
La vía de transmisión del virus es horizontal, las aves se infectan por inhalación o ingestión de aerosoles o material contaminado;
El periodo de incubación varía de 2 a 15 días, con un promedio de 5 a 6 días.
Los signos neurológicos incluyen torticolis, opistotónos, parálisis de patas y alas;
En aves en producción, disminución o cesación de la postura y alteraciones en la calidad externa e interna de los huevos, sea decolorados a blancos, en fárfara o cáscara débil (Miller y Koch, 2020; Koffi X et al, 2021) esto último incluso en aves con múltiples vacunas (Figura 8 y 9).
Las aves sin protección inmune infectadas con cepas virulentas;
Lesiones macroscópicas
Los vvVEN ocasionan lesiones hemorrágicas en los agregados linfoides del tracto gastrointestinal: mucosa del párpado, tonsilas cecales, placas de peyer, proventrículo y bursa de fabricio (Figuras 9, 10 y 11).
En aves adultas en producción puede observarse peritonitis por huevo atrofia de folículos ováricos y degeneración del oviducto;
DIAGNÓSTICO
Las herramientas de diagnóstico principales incluyen:
Comparando los métodos de diagnóstico de la ENC:
El aislamiento viral es la estrategia estándar considerada como la prueba “Gold standard” para el diagnóstico del virus, siendo usado universalmente desde los inicios de 1960 (Alexander DJ. 2003).
Es necesario el diagnóstico rápido para implementar medidas de control inmediatas, una prueba de RT-PCR utilizando primers altamente conservados como son los genes de las proteínas M y L, puede detectar todos los genotipos virales permitiendo tener resultados inmediatos (Hoffmann B et al. 2009).
Esto significa que el análisis genómico que no debe faltar cuando se tienen aislados positivos es el análisis del gen completo de fusión.
El secuenciamiento y el análisis filogenético se han convertido en el método de elección para caracterizar las cepas circulantes en el campo, mostrando una diversidad genética y una constante emergencia de nuevos genotipos en el mundo (Dimitrov et al., 2019).
BIOSEGURIDAD
El principal objetivo es impedir la introducción del virus a la granja, para evitar la exposición de las aves al virus patógeno.
La mayoría de veces no es posible el aislamiento, por ello, deben ser implementados estrictos protocolos de bioseguridad que incluyan:
El hombre y los vehículos son los principales portadores del virus al interior de la granja, por ello son imprescindibles los protocolos de limpieza y desinfección, concientización del personal, y facilitando la vestimenta y materiales exclusivos necesarios para que se cumplan las medidas básicas de bioseguridad como son: el baño, cambio de ropa, zapatos etc.
Por otro lado, la infraestructura de la granja debe contemplar la protección del galpón, equipo, agua y alimento para evitar el acceso de aves silvestres, principalmente columbiformes que podrían ser portadoras del virus tipo paloma.
VACUNACIÓN
La vacunación es la segunda herramienta más importante de prevención, no evita la infección, sino que tiene tres principales objetivos:
Al disminuir la eliminación viral, se controla la diseminación del virus en los lotes infectados (Miller y Koch, 2020).
En Perú y en muchos países de Latinoamérica donde la enfermedad es endémica, existen reglamentos de control y prevención de la enfermedad, que obligan a la vacunación de todas las aves domésticas de crianza industrial y de traspatio, principalmente pollos y pavos (SENASA, 2003; OIRSA, 2015; ICA, 2012).
Vacunas a virus vivo y/o inactivado
Las vacunas a virus vivo y/o inactivado se han usado durante muchas décadas para el control de la enfermedad de Newcastle, las vacunas más usadas son las vacunas vivas preparadas con cepas de baja virulencia como la cepa B1, La sota, C2 o las de tropismo entérico como son la VG/GA y PhLMV-42 entre otras.
Rocha et al., 2022, compararon la reacción post vacunal ocasionada por la cepa La sota y una de tropismo intestinal, demostrando que a los 14 y 21 días post vacunación la cepa La sota ocasionó severas lesiones histopatológicas que incluyeron un infiltrado inflamatorio multifocal y moderada deciliación traqueal en comparación a la cepa intestinal que no ocasionó tales lesiones.
Vacunas vectorizadas
Una buena opción actual, es el uso de vacunas vectorizadas contra la enfermedad de Newcastle que son aplicadas al primer día de edad, estas tienen insertado el gen de fusión en un vector viral como es el virus Herpes de Pavo (HVT).
-En un estudio en pollos de engorde desafiados con una cepa vvVEN del genotipo XII, se obtuvo menor mortalidad (2%) con una vacuna vectorizada HVT/ND que con dos vacunas vivas conteniendo cepas entéricas (12,5% y 18%), así como una menor frecuencia de signos clínicos (p<0.05).
Una desventaja del vector HVT, es su incompatibilidad de uso con otras vacunas HVT, esto crea un problema principalmente para aves ponedoras comerciales que requieren ser vacunadas al primer día de edad contra otros agentes, como Laringotraqueitis (HVT-LT) o Influenza aviar (HVT-IA).
Otro aspecto relacionado con la inmunoprotección, es que aun cuando las cepas del VENC han sido clasificadas en genotipos, estas pertenecen a un solo serotipo. Por esto, las cepas lentogénicas del genotipo II, son ampliamente usadas como vacunas.
Muchos estudios han demostrado la protección de la vacuna con cepa La Sota, controlando la mortalidad y signos clínicos causados por las cepas virulenta;
Lo cual, contribuye a un mejor control de brotes de la enfermedad de Newcastle al reducir la diseminación horizontal del virus que eliminan las aves infectadas (Miller PJ et al, 2007).
En un estudio, se comparó la protección en pollos de engorde, de una vacuna con una cepa homóloga genoptipo XII, viva e inactivada, desarrollada por genética reversa, y una vacuna con cepa La sota, viva e inactivada.
Estos resultados confirman una vez más, que las vacunas con cepas homólogas controlan mejor la eliminación viral al medio ambiente (Cribillero CH Nelly G. 2019).