CINCO PATOTIPOS EN FUNCIÓN DE LOS SIGNOS CLÍNICOS
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La Enfermedad de Newcastle (EN) está causada por cepas virulentas del paramixovirus aviar tipo 1 (APMV-1), un serotipo del género Avulavirus perteneciente a la subfamilia Paramyxovirinae, familia Paramyxoviridae. Se han identificado un total de 15 serotipos de paramixovirus aviares (APMV-1 a APMV-15) en diferentes especies de aves silvestres y domésticas.
CINCO PATOTIPOS EN FUNCIÓN DE LOS SIGNOS CLÍNICOS
Las cepas presentan una elevada variación respecto a la patogenicidad en los pollos. Así, se agrupan en cinco patotipos en función de los signos clínicos observados en los pollos infectados (Alexander y Senne, 2008b).
Velogénico viscerotrópico. Patotipo muy patógeno en el que se observan lesiones intestinales hemorrágicas.
Velogénico neurotrópico. Presentación con mortalidad elevada, tras la aparición de signos respiratorios y nerviosos.
Mesogénico. Se observan signos respiratorios y signos nerviosos ocasionales pero baja mortalidad.
Lentogénico o respiratorio. Presentación respiratoria leve o subclínica.
CASO ENFERMEDAD DE NEWCASTLE EN POLLOS DE ENGORDE
El Laboratorio Central de Veterinaria de Algete confirmó la detección del virus de la Enfermedad de Newcastle (EN) en una explotación de broilers localizada en el municipio de Huércal-Overa, provincia de Almería, el pasado 29 de junio de 2022.
La sospecha de la enfermedad vino derivada por la detección de los primeros síntomas el pasado 24 de junio, seguido de un aumento de mortalidad en los días siguientes.
Se confirmó que se trata de una cepa de alta patogenicidad de esta enfermedad, descartándose asimismo la presencia del virus de Gripe Aviar.
Se trata del primer foco de Enfermedad de Newcastle en aves de corral en España desde noviembre de 2009 cuando se detectó en una explotación de aves cinegéticas en la provincia de Guipúzcoa.
Posteriormente, se confirmaron dos focos de enfermedad de Newcastle en dos explotaciones de broilers localizadas en el mismo municipio el 7 de julio de 2022, ambas en el radio de los 3 km del foco declarado el pasado 29 de junio.
La sospecha de la enfermedad de Newcastle vino derivada por la detección de los primeros síntomas los pasados 4 y 5 de julio, seguido de un aumento de mortalidad en los días siguientes.
El posible origen de los focos se mantiene bajo estudio.
El presente caso corresponde a la explotación de mayor censo, ubicada en paraje la Morena, término municipal de Huércal Overa (Almería).
El lote se alojó el pasado 20/05/2022, estirpe Ross mixtos, con clareo para asador el 22/06/2022, restando en granja 26.900 aves en el momento de la declaración del foco. La clínica sospechosa inició a los 46 días de vida con un repunte de mortalidad brusca (0,78% mortalidad diaria tras clareo).
Las aves tenían un peso aproximado de 2,95kg en día de la inmovilización y mostraron notable depresión y reducción del consumo de pienso (no de agua, quizá por situación estival que disparaba consumo de agua como estrategia de termorregulación), cuadro febril notable con postración y cama húmeda, en especial en el último tercio de la nave (zona próxima a la extracción de aire, en orientación oeste) que fue avanzando por la misma a lo largo de los días.
De la misma manera se describieron cuadros respiratorios con blefaritis, conjuntivitis serosa y edema facial, junto con leves toses y secreción mucosa que agudizaron con el transcurso de los días.
Resultados
Se llevó a cabo una necropsia reglada con EPIs, con el siguiente resultado:
Edema palpebral y presencia de moco (Imagen 2)
Hemorragias en los proventrículos (Imagen 3) y tonsilas cecales (Imagen 4)
Además, se tomaron muestras de heces, cama, hisopos traqueales y cloacales para en análisis de IA y EN por PCR de transcripción inversa en tiempo real (RRT-PCR).
Este tipo de PCR ofrece la alta sensibilidad que la RT-PCR (PCR en tiempo real), con la ventaja de que se evita un paso en el proceso de la PCR, permitiendo un ahorro de tiempo y obteniendo resultados en la mayor brevedad posible (Wise et al., 2004).
Los hallazgos de la necropsia, la anamnesis y el resultado de la PCR orientan el diagnóstico hacía EN. Por la sintomatología observada, el patotipo compatible sería velogénico viscerotrópico.
DISCUSIÓN
La EN es una de las enfermedades aviares más importantes que afectan significativamente la producción avícola en todo el mundo.
La enfermedad de Newcastle se define como una infección de aves de corral causada por un virus del serotipo 1 del paramixovirus aviar (PMVA-1) que cumple uno de los criterios siguientes de virulencia:
Se han demostrado en el virus múltiples aminoácidos básicos en el extremo C-terminal de la proteína F2 y fenilalanina en el residuo 117, la cual está en el extremo N-terminal de la proteína F1. El término “múltiples aminoácidos básicos” se refiere a que existen al menos tres residuos de arginina o lisina entre las posiciones 113 y 116.
La imposibilidad de demostrar el modelo característico de residuos de aminoácidos como se ha descrito anteriormente requeriría la caracterización del virus aislado mediante una prueba de ICPI.
Debido a la amenaza constante de introducción del virus mediante las aves salvajes, resulta determinante la bioseguridad en las explotaciones avícolas.
De acuerdo a lo establecido el Reglamento de Ejecución (UE) 2020/2002 de la Comisión, de 7 de diciembre de 2020, por el que se establecen normas de desarrollo del Reglamento (UE) 2016/429 del Parlamento Europeo y del Consejo relativas a la notificación a la Unión y al envío de informes a la Unión sobre enfermedades de la lista, al sistema informático de información, así como a los formatos y los procedimientos de presentación y envío de informes relacionados con los programas de vigilancia y erradicación de la Unión y con la solicitud de reconocimiento del estatus de libre de enfermedad, la detección de Infección por el virus de la enfermedad de Newcastle, es de notificación inmediata excepto cuando se diagnostica en:
las Columbiformes, a menos que se guarden como aves de corral, o
animales silvestres de las especies de la lista.
La etiología es un virus de ARN de cadena negativa cuyo genoma no segmentado de 15,2 kb está organizado en seis genes que codifican seis proteínas estructurales: NP, P, M, F, HN y L, así como como dos proteínas no estructurales, V y W.
Entre estas proteínas, la F generalmente se considera un marcador molecular de la virulencia de este virus. Desafortunadamente, esta no es una regla general, ya que se ha demostrado que algunas cepas adaptadas en aves silvestres como las palomas son mínimamente patógenas a pesar de poseer el llamado sitio de escisión polibásico F.
Además, se ha informado que algunos de estos paramixovirus de paloma manifiestan un aumento en la virulencia después de algunos pases en pollo, sin los cambios de nucleótidos que los acompañan en toda la región codificante de F.
Asimismo, el intercambio de los genes F del virus adaptado a palomas avirulentas con el de una cepa virulenta o viceversa no condujo al cambio en la virulencia de los virus quiméricos generados.
Por lo tanto, cabe preguntarse si la evaluación del sitio de escisión F sigue siendo un indicador molecular fiable de la virulencia del virus o si se requiere un análisis del genoma completo para predecir adecuadamente el potencial de virulencia de los aislamientos de este virus.
Está presente en el aire exhalado, en descargas respiratorias, heces, huevos y aves muertas en la fase de viremia.
Por lo tanto, una vez introducido el virus dentro de una explotación se ha de tener presente que la difusión entre los animales se produce como consecuencia de la inhalación de aerosoles o por la ingestión de material infectivo, principalmente las heces.
El virus se inactiva por formalina y fenol.
La enfermedad de Newcastle puede presentar un cuadro clínico muy similar al de la influenza aviar, por lo que se requiere el apoyo laboratorial para confirmar el diagnóstico.
El periodo de incubación es breve, entre 2 y 12 días (media de 5 días), de tal forma que la aparición de la enfermedad se produce simultáneamente en todo el lote de aves tras la exposición. La mortalidad puede llegar al 100% en lotes de aves jóvenes.
Las muestras a recoger para el diagnóstico de esta enfermedad son:
Muestras de sangre (suero).
Los análisis que se realizan para el diagnóstico son:
Análisis serológico: ELISA e Inhibición de hemaglutinación.
EN está en constante evolución
Las evidencias epidemiológicas indican que la EN está en constante evolución, y la inmunidad inducida por cualquier cepa de EN debería poder brindar protección cruzada contra el desafío con cualquier otra cepa virulenta, debido a las propiedades antigénicas bastante similares compartidas por todos los aislamientos de este virus.
Las vacunas vivas son conocidas por su historial de alta eficacia, debido a su capacidad para replicarse de manera eficiente e inducir una respuesta inmunitaria sólida.
Desafortunadamente, no pueden bloquear la replicación del virus heterólogo virulento a pesar de proteger contra la enfermedad clínica manifiesta.
Como resultado, las aves vacunadas con esas vacunas pueden servir como reservorios de EN virulento, liberando virus infeccioso al medio ambiente, lo que lleva a posibles brotes entre las aves en contacto no protegidas.
Estas deficiencias de las vacunas convencionales exigen colectivamente la necesidad de mejorar las estrategias de vacunación actuales contra las cepas de EN prevalentes en todo el mundo.
Se permite el uso de vacunación profiláctica y de emergencia.
La vacunación profiláctica se aplica a gran escala en la UE y en otras partes del mundo. Todos los estados miembros excepto Suecia, Finlandia y Estonia aplican una política de vacunación profiláctica.
EN en humanos
No supone ningún riesgo desde el punto de vista de seguridad alimentaria y aunque el potencial zoonótico es limitado, este virus puede ser un agente patógeno de los humanos y el signo de infección más frecuente es la conjuntivitis, que aparece en un plazo de 24 horas tras la exposición al virus por vía ocular (Swayne y King, 2003).
Los síntomas que con mayor frecuencia se han señalado en las infecciones humanas son la infección ocular, que normalmente consiste en enrojecimiento de uno o de los dos ojos, lagrimeo excesivo, edema palpebral, conjuntivitis, y hemorragia subconjuntival.
No existe evidencia de contagio entre humanos.
Dado que el virus de Newcastle se reproduce en las células cancerosas del hombre más rápidamente que en la mayor parte de células humanas normales y puede eliminar estas células huésped, ha sido usado experimentalmente como un tratamiento del cáncer.