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A temperaturas ambientales de más de 33°C, la alta mortalidad y las grandes pérdidas de producción son evidentes, pero a temperaturas menos extremas, a menudo pasamos por alto el estrés por calor como la causa de mal crecimiento o de pérdidas en la producción de huevo y en la calidad de la cáscara.
El exceso de calor corporal es eliminado por cuatro mecanismos diferentes:
La pérdida del calor corporal a través del aire frío circundante. Las aves aumentan la superficie del área expuesta bajando y extendiendo las alas. La convección se beneficia con el movimiento del aire creando un efecto de aire frío.
La sangre hincha las barbillas y las crestas sacando el calor corporal interno a la superficie, el cual se pierde en el aire frío circundante.
Las ondas electromagnéticas transfieren el calor a través del aire a un objeto distante. El calor corporal se irradia a los objetos más fríos en el galpón (por ejemplo: las paredes, el techo, el equipo).
La respiración rápida, poco profunda, con la boca abierta aumenta la pérdida del calor corporal aumentando la evaporación del agua de la boca y del tracto respiratorio. La disminución de la humedad del aire ayuda al enfriamiento por evaporación.
Pérdida del calor corporal a través de los objetos más fríos en contacto directo con las aves (por ejemplo: la cama, el piso de listón, el alambre de las jaulas). Las aves buscan lugares más frescos en el galpón. Las aves se acuestan en el piso o escarban la cama para encontrar un lugar más fresco.
La radiación, convección y conducción juntas se conocen como pérdida de calor sensible.
La zona termoneutral del ave generalmente es entre 18– 25°C. Dentro de este rango de temperatura, la pérdida de calor sensible es adecuada para mantener la temperatura normal del ave de 41°C.
Arriba de la zona termoneutral, disminuye la eficiencia de los mecanismos de la pérdida de calor sensible. En este punto, la evaporación del agua desde el tracto respiratorio se convierte en el mecanismo principal de la pérdida de calor del ave. La evaporación de un gramo de agua disipa 540 calorías de calor corporal.
A temperaturas más altas de la zona termo neutral, el ave gasta su energía para mantener una temperatura corporal normal y sus actividades metabólicas. Esto desvía la energía del crecimiento y de la producción de huevo, resultando en una pérdida de rendimiento.
A temperaturas ambientales altas, las aves comienzan a respirar con la boca abierta de una manera rápida y poco profunda, llamada reflujo gular, para aumentar la evaporación del agua del tracto respiratorio. Cuando el jadeo falla para mantener la temperatura corporal, el ave se vuelve letárgica, en estado de coma y puede morir.
Los lotes que no han sido aclimatados previamente a temperaturas altas generalmente sufren mayores pérdidas en producción y mortalidad.
Las aves jóvenes expuestas a temperaturas ambientales altas son térmicamente más tolerantes más tarde en su vida, debido a la producción de proteínas de choque térmico.
No es necesario tomar acción; es buen momento para prepararse para la temporada cálida del futuro.
Comience a tomar medidas para reducir el estrés por calor del lote; aumente la ventilación; aumente la velocidad de los ventiladores y utilice nebulizadores (los nebulizadores deben funcionar basándose en la humedad relativa). Monitoree el comportamiento de las aves para ver si hay señales de estrés por calor; asegúrese de que los sistemas de bebederos y de ventilación estén funcionando apropiadamente.
Existen condiciones de estrés por calor; tome medidas inmediatamente para reducir el estrés por calor del lote; aumente la ventilación en los galpones cerrados y utilice almohadillas de evaporación basándose en la humedad relativa; en los galpones abiertos, prenda los ventiladores y nebulizadores. Ajuste la densidad de nutrientes en la dieta de las aves para igualar cualquier disminución en el consumo de alimento. Mueva el aire sobre las aves a una velocidad máxima de 1.8–2.0 metros/segundo. Purgue las tuberías del agua periódicamente con agua fría. Monitoree de cerca el comportamiento del lote. Maximice el enfriamiento durante la noche.
Existen condiciones extremas de estrés por calor; evite manipular las aves para trasladarlas o vacunarlas. No las alimente durante los momentos calurosos del día. Disminuya la intensidad de la luz para reducir la actividad y la producción de calor de las aves.
«A temperaturas altas, las aves comienzan a respirar de manera rápida y poco profunda, con la boca abierta»
La temperatura efectiva se obtiene de la combinación de la temperatura y de la humedad relativa del aire. Según la conjugación de estos parámetros se puede alcanzar la situación de estrés por calor.
El aumento de la humedad del aire a cualquier temperatura aumentará las molestias en el ave y el estrés por calor.
Los productores deben monitorear cuidadosamente la temperatura y la humedad en sus instalaciones.
Generalmente, durante el día, la temperatura aumenta y la humedad relativa baja. El mejor método para refrescar durante los períodos de humedad baja es por medio del enfriamiento por evaporación (nebulizador, rociador o almohadilla húmeda).
Durante la tarde cuando baja la temperatura, y típicamente aumenta la humedad, el uso de nebulizadores para aumentar la humedad puede aumentar el estrés por calor. Cuando la humedad es alta, utilice únicamente ventiladores para aumentar el movimiento del aire y reducir el estrés por calor en los galpones abiertos por los lados.
El movimiento del aire produce un efecto de aire frío, y el cuerpo percibe una disminución de la temperatura debido al flujo del aire. Se ha desarrollado una tabla del índice de estrés térmico para ponedoras comerciales. (Figura 2)
«Los lotes que no han sido aclimatados previamente a temperaturas altas sufren mayores pérdidas en producción y mortalidad»
Los lotes de ponedoras bajo estrés por calor a menudo ponen huevos con cáscaras más delgadas y débiles debido a una interrupción de ácido/base que ocurre en la sangre como resultado del jadeo (hiperventilación, reflujo gular).
Cuando las aves hiperventilan para perder calor corporal, hay una pérdida excesiva de gas CO2 en los pulmones y la sangre. La disminución de gas CO2 en la sangre hace que el pH de la sangre se eleve o se vuelva más alcalino. Esta condición se conoce como alcalosis respiratoria.
El aumento en el pH de la sangre reduce la actividad de la enzima anhidrasa carbónica, lo que resulta en la reducción de iones de calcio y carbonato transferidos de la sangre a la glándula de la cáscara (útero). El aumento de calcio en la dieta no corregirá este problema.
Otro factor que contribuye a cáscaras de huevo delgadas es la disminución del consumo de calcio al bajar el consumo de alimento, y al aumento en la pérdida de fósforo.
El cloruro de potasio, cloruro de amonio o bicarbonato de sodio (2–3 kg/TM de alimento) pueden reemplazar los electrolitos perdidos durante el estrés por calor y motivar el consumo de agua. Estos tratamientos han demostrado ser útiles para disminuir la mortalidad en los lotes con estrés por calor agudo.
Durante los períodos de temperaturas ambientales altas, el lote tiene una alta demanda de consumo de agua. La proporción del consumo de agua-alimento normalmente es de 2:1 a 21°C, pero aumenta a 8:1 a 38°C.
«Los lotes de ponedoras bajo estrés por calor ponen huevos con cáscaras más delgadas y débiles por la alteración de ácido/ base en la sangre como resultado del jadeo»
Para mayor información, vea las guías de manejo de Hy-Line International
Agradecimientos: al Dr. Hongwei Xin, profesor del Departament