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Por Ignacio Dominguez
Elanco
La integridad intestinal puede definirse como la funcionalidad óptima del aparato digestivo. Es el principal impulsor del rendimiento de las aves y la rentabilidad.
En este artículo mostraremos cómo puede producirse la disfunción y cómo ésta puede tener un impacto negativo en el rendimiento y el bienestar del broiler.
La integridad intestinal es la funcionalidad óptima del tubo digestivo y el principal impulsor del rendimiento y rentabilidad de las aves1. Está relacionada con el revestimiento del intestino y su capacidad para realizar las funciones metabólicas: digestión, secreción, absorción y transporte de nutrientes.
Prevenir la inflamación del aparato digestivo (enteritis) es esencial para proteger la integridad intestinal.
Las aves cuya integridad intestinal está intacta convierten mejor los nutrientes en energía para el crecimiento y no tan sólo para su mantenimiento o la lucha contra la enfermadades, con lo que disponen de más energía que posibilita un mayor crecimento de manera más eficiente
Figura 1. La integridad intestinal afecta al rendimiento
Cuando no hay integridad intestinal, las proteínas que normalmente se utilizan para el desarrollo muscular son redirigidas para reparar el tejido del intestino.
Las investigaciones demuestran que un mal control de la coccidiosis reduce la producción y produce una mayor variación de peso2. Además, las infecciones intestinales y parasitarias deterioran la capacidad del ave para absorber los pigmentos de su dieta3.
La seguridad alimentaria puede ser un problema debido a la transferencia de patógenos a través del intestino.
Por último, la pododermatitis y una mala calidad de la cama alterarán también el bienestar del ave.
La integridad intestinal está equilibrada por la flora microbiana y puede verse influida por varios factores infecciosos y no infecciosos.
La enteritis bacteriana, la coccidiosis o los virus pueden causar un desequilibrio del aparato digestivo. Una disfuncionalidad causada por factores no infecciosos se debe principalmente a:
Un mal manejo y la falta de higiene y medidas de bioseguridad desencadenan una pérdida de integridad intestinal. Todas las enfermedades inmunodepresoras (por ejemplo, la enfermedad Gumboro o Marek) crean un entorno favorable para la pérdida de integridad intestinal.
Figura 2. Impacto de una mala integridad intestinal
La enteritis bacteriana es un problema mundial creciente, en particular allí donde se han retirado los promotores del crecimiento, se usan vacunas anticoccidiales, los tiempos de retirada de los anticoccidiales se han ampliado y se utilizan dietas sin maíz.
En un estudio que llevó a cabo Elanco en todo el mundo se demostró que el 94% de los veterinarios entrevistados ven en la actualidad por lo menos una forma de enteritis bacteriana. La enteritis bacteriana no es una sola enfermedad, hay tres formas diferentes.
A medida que los coccidios se multiplican en las células intestinales las van destruyendo, produciendo una enfermedad clínica y aumentando el riesgo de desequilibrio microbiano y de proliferación de patógenos (entre ellos C. perfringens)-4-.
La vacunación con cepas vivas no atenuadas puede causar brotes clínicos, en particular cuando hay una mala gestión o cuando las aves están inmunodeprimidas-2-.
También aumenta el riesgo de enteritis bacteriana:
Figura 3. Impacto de una integridad intestinal alterada
La respuesta fisiológica a una enfermedad intestinal conduce a un desequilibrio entre la absorción y la secreción de líquidos. La secreción neta es superior a la capacidad de absorción.
Por último, induce diarrea y una cantidad excesiva de agua en las heces, excrementos húmedos y camas húmedas.
Figura 4. Desequilibrio entre la absorción y la secreción de líquidos afecta a la integridad intestinal
Otro factor que pone en riesgo la integridad intestinal son las infecciones víricas con tropismo intestinal y que se replican en el intestino.
Los virus pueden amenazar la integridad intestinal-4- porque…
… destruyen las células intestinales maduras que absorben los nutrientes, pero no las células que segregan líquidos
… aumentan la multiplicación de las células inmaduras con menos capacidad de absorción
… se pueden complicar con bacterias secundarias que aumentan la secreciones digestivas
Figura 5. Diferentes formas de una enteritis bacteriana
Los factores no infecciosos que dañan la integridad intestinal incluyen interrupciones en la alimentación, cambios de dieta, desequilibrios nutricionales, estresores alimentarios como los polisacáridos solubles distintos del almidón (xilanos, glucanos, mananos), dietas ricas en sal, aminas biógenas, grasa de mala calidad, endotoxinas y micotoxinas.
Como producto secundario de la industria panadera, los carbohidratos complejos son resistentes a las enzimas digestivas y aumentan la viscosidad en el intestino. Alimentos de riesgo típicos son los que contienen cebada, centeno, trigo y otros ingredientes.
Mientras que la mayoría de los factores no infecciosos desencadenan diarrea, un aumento de masa en el intestino causa una ralentización del tránsito, indicado por excrementos húmedos y pegajosos.
¿Cuáles son las consecuencias de la pérdida de integridad intestinal?
La pérdida de integridad intestinal en las aves tiene un impacto negativo en varios aspectos:
En la Gráfica 1 se muestra el impacto económico de una mala integridad intestinal.
La coccidiosis y la enteritis bacteriana pueden costar a los productores hasta 9,2 cts € por ave de 2 kg.
Una reducción de la conversión alimenticia, del rendimiento y de la eficiencia en el procesado son algunas de las consecuencias de una mala integridad intestinal
Figura 6. Diversos factores no infecciosos dañan la integridad intestinal
Gráfica 1. Impacto económico de la coccidiosis y la enteritis
La integridad intestinal es la funcionalidad óptima del tracto digestivo.
El tracto digestivo impulsa el rendimiento y la rentabilidad aviares.
Los factores infecciosos y los compuestos antinutricionales (ß-mananos) afectan a la integridad intestinal.
Prevenir la inflamación del aparato digestivo (enteritis) es esencial para proteger la integridad intestinal.
Una mala prevención de la coccidiosis puede provocar una enteritis bacteriana.
Una mala integridad intestinal puede provocar pérdidas de 9,2 cts € por ave o más.
Bibliografía
1. Eckman, M. and Elam, T. Potential effects of the withdrawal of anticoccidi- als in Japan. Unpublished.
2. Eckman et al. Comparative evaluation of Monteban® vs. Coccivac®-B. Unpublished, 2001.
3. Tyczkowski et al. Measurement of malabsorption of carotenoids in chickens with pale-bird syndrome. Poultry Science, 70, 1991.
4. Hoerr, F. Intestinal integrity and the impact of losing it. World Poultry, 17 (7), 2001.
5. Bilgili, S., Heskett, E. and Willinghan, E. 2006. “Physiology of growth and yield.” Elanco Animal Health.
6. McDougald, L. 2003. “Protozoal infections: Coccidiosis.” Diseases of Poultry, 11th ed. 974-985.
7. Williams, R. 1999. “A compartmentalized model for the estimation of the cost of coccidiosis to the world’s chicken production industry.” Int. Journ. for Parasitology. 29(8):1209-1229.
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9. Saki, A.A. et al. 2005. Effect of Mannanase on Broiler Performance, Ileal and In-vitro Protein Digestibility, Uric Acid and Litter Moisture in Broiler Feed- ing. Intl. J. Poultry Sci. 4(1): 21-26