Una técnica menos habitual por su dudosa garantía de éxito es el intra-spiking.
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La introducción de machos jóvenes en lotes de reproductoras adultas se conoce con el termino inglés de “spiking” y se utiliza para compensar la posible caída de nacimiento que ocurre a partir de las 40-45 semanas de vida.
Los machos reproductores con la edad pierden capacidad de fertilización debido a:
Esta pérdida de fertilidad de los lotes de reproductoras con la edad es susceptible de empeorar en función del manejo de los machos y de la granja en general.
Los mejores resultados de fertilidad se consiguen con un mayor control del peso corporal de los machos mediante una mayor restricción de pienso, pero esto a veces provoca que el ratio de machos baje incluso por debajo del 8% por una mayor pérdida por mortalidad y por descarte de machos sin actividad de monta.
En estos casos la introducción de machos jóvenes es necesaria para recuperar el porcentaje de machos necesarios en la granja.
Cuando se introducen machos nuevos en un lote de reproductoras, sean estos jóvenes o provenientes de otra nave de la misma edad, se rompe el orden social y la jerarquía existente en esa población.
El objetivo de romper el orden social es estimular la actividad sexual de los gallos, pero a veces desencadena un aumento de agresividad y en lugar de aumentar la actividad sexual disminuye.
Técnicas de introducción de machos
Los gallos utilizados para cualquier método de spiking deben marcarse para poder observar cómo se distribuyen y se comportan en el gallinero.
Introducción de machos de un lote joven en el momento del traslado
Al final del periodo de recría suele haber excedente de machos. Estos machos jóvenes sobrantes son los que se utilizan para reintroducir en las granjas de reproductoras ya en plena producción.
Los machos jóvenes no se pueden introducir directamente en el lote de reproductoras de más edad, ya que todavía no han recibido estímulo lumínico, o si lo han recibido en recría no ha transcurrido tiempo suficiente para que hayan madurado sexualmente.
Si se introducen estos machos en el lote de reproductoras, los gallos más adultos van a competir con ellos y no les dejaran desarrollarse para alcanzar la madurez sexual.
Existen dos formas de alojar los machos hasta su introducción en la nave de las reproductoras.
1)Granjas que disponen de una nave pequeña, denominada nave de machos, que precisamente es donde se alojan estos machos más jóvenes hasta alcanzar la madurez sexual.
En esta nave deben disponer del mismo tipo de comedero y bebedero que van a encontrar en la nave de las reproductoras. Los bebederos deben situarse encima de una pieza de aseladero, del mismo modo que los van a encontrar en la granja de las reproductoras, y así cuando se introducen no tengan problemas de adaptación al equipamiento.
La densidad debe ser entre 3 y 4 gallos /m2, ya que el desarrollo testicular va acompañado de la producción de testosterona que va a conferir el carácter competitivo y de agresividad aumentando las peleas entre ellos e incluso la mortalidad.
Estos machos no tienen experiencia de montar y deben estar suficientemente maduros para que las gallinas más viejas les acepten y nos los rechacen. Normalmente la introducción se hace sobre las 25 a 27 semanas de vida.
2)En caso de no disponer de nave de machos, tiene que hacerse un parque para alojar estos gallos hasta que maduren. El parque puede posicionarse al fondo de la nave o haciendo un pasillo en uno de los laterales de la nave.
El apartado al fondo de la nave es lo más frecuente y deben colocarse comederos y bebederos durante el tiempo que estén apartados.
Este sistema tiene la ventaja que los machos jóvenes están en el mismo ambiente de la nave donde se van a introducir.
Hay que comprobar que la densidad no sea mayor de 4 machos/m2.
Cuando estos machos sean soltados, deben mantenerse los bebederos del apartado por un periodo de al menos dos semanas para facilitar su adaptación.
Introducción de machos de un lote joven con al menos 25 semanas de vida
Otra posibilidad antes de introducir los machos jóvenes en un lote de reproductoras en producción es trasladar con sus hembras todos los machos disponibles y esperar hasta que hayan madurado antes de llevarlos a la granja de destino.
1)Cuando se alojan todos los gallos con las hembras, el porcentaje de machos suele ser mucho más alto del conveniente, normalmente sobre el 12% en lugar del 9-10% que es lo aconsejable.
Este mayor número de gallos puede provocar exceso de agresividad, que a veces puede prolongarse incluso después de haber sacado los gallos sobrantes.
Los gallos hay que trasladarlos sobre las 25 semanas de vida, no antes porque los machos no estarán suficientemente maduros, pero tampoco más tarde porque puede provocar agresividad e incluso aumento de mortalidad en las hembras de lote joven.
Lo machos que se trasladarán deben ser los que muestran mayor desarrollo de los signos sexuales secundarios y un peso aconsejado de 3,7-4,0 kg, lo que significa elegir los machos más pesados.
Se debe hacer un parque en la granja de reproductoras y parte de los gallos acoplarlos con las gallinas y parte mantenerlos en el apartado, esto tiene la ventaja que se puede retrasar una o dos semanas el traslado de los machos que se van a introducir en el lote más viejo para que estén más maduros, e ir aumentando el porcentaje de gallos con las gallinas en dos o tres veces, evitando:
En ambos casos, los gallos estarán perfectamente adaptados al equipamiento de la granja de reproductoras y además tendrán cierta práctica de montar.
Al trasladar los machos más desarrollados serán los que mejor puedan competir y adaptarse a la granja donde serán introducidos.
Una técnica menos habitual por su dudosa garantía de éxito es el intra-spiking.
Consiste en el intercambio de machos entre dos naves de la misma granja y por lo tanto de la misma edad.
Sería un último recurso en el caso de una caída importante de nacimiento, y no se disponga de gallos jóvenes para reponer.
Porcentaje de machos para introducir
El porcentaje de machos jóvenes que debe introducirse en un lote de reproductoras más viejo no debe ser mucho mayor del 20-25% de los machos existentes, debido a que mayor número puede provocar peores resultados que no introducir machos jóvenes.
El ratio de machos/hembras en un lote de reproductoras después del acoplamiento suele ser del 9-10%, pero este porcentaje suele ir disminuyendo por la mortalidad o a medida que se van triando los machos que no tienen actividad.
Cuando se introducen machos jóvenes no se debe superar este 10% total de machos ya que:
Cambio de 100% de machos. Experiencia propia
Entre las técnicas de introducción de machos jóvenes en un lote de mayor edad, se encuentra la sustitución de la totalidad de los machos del lote por machos nuevos.
Esta es una práctica difícil de realizar y rara vez llevada a cabo, debido a que en la mayoría de las ocasiones no se dispone de un volumen de machos suficiente para hacerlo.
Sin embargo, no deja de ser interesante poder disponer de información sobre el grado de efectividad de este método.
Por ello, Cobb Española, llevó a cabo en una de sus instalaciones, una prueba experimental consistente en la retirada de todos los gallos y su sustitución por machos procedentes de un lote más joven.
En cuanto a los resultados obtenidos, pudo observarse que el peso, y por tanto el fleshing de los animales del tratamiento experimental fue superior al de los machos nuevos liberados en el tratamiento control (Figura 1).
Esto es probablemente debido a la competencia en el tratamiento control con los machos más viejos.
En cuanto a los resultados de fertilidad y por tanto de nacimiento (Figura 2), se observó que los huevos procedentes de la prueba experimental presentaron mejor fertilidad que los procedentes del grupo control.
La fertilidad se vio acompañada por los resultados de comportamiento de los machos (Figura 3), observándose una mayor actividad de monta, así como mayor agresividad en el grupo de los animales del tratamiento experimental.
Es posible que la presencia de machos de mayor edad y con una jerarquía establecida en el grupo control, minimice el efecto y actividad de los machos jóvenes introducidos.
Según los resultados obtenidos en este ensayo, realizar la introducción del 100% de machos jóvenes en un lote de mayor edad, resulta lo más efectivo para mejorar la fertilidad, probablemente debido a lareducción de estrés y competencia que les generan los machos viejos existentes en el lote.
Dos semanas antes de sacrificar el lote se liberó a los machos del parque, para ver cómo sería la adaptación con los machos más viejos del resto de la nave.
La primera conclusión es que se produce un aumento de competencia y agresividad entre los machos como manifiesta la pérdida de peso después de soltarlos, aunque luego se recuperaron rápidamente.
Al analizar la distribución de los machos del parque dos semanas después de soltarlos, el 50% de los gallos se mantenían en el mismo lugar donde se había colocado el parque.
Selección de machos para descartar
Cuando no ha habido mortalidad ni se ha realizado un descarte suficiente de machos poco activos en la granja donde se van a introducir los machos jóvenes se deben eliminar machos para que el ratio no supere el 10%.
El orden de prioridad para retirar los machos que no están activos es:
Control de bioseguridad
Cuando se definen las medidas de bioseguridad para una granja de reproductoras pesadas, se da por hecho uno de los pilares de la avicultura actual, el “todo dentro-todo fuera”.
Al realizar la técnica del spiking, se quebranta unos de los “sancta santorum” de la bioseguridad.
Por ello, es sumamente importante tomar las medidas preventivas adecuadas para evitar que, una herramienta que sirve para solucionar un nacimiento bajo, se convierta en la causa de un problema sanitario.
Dos son los aspectos sanitarios que deben tenerse en cuenta para los machos:
Es fundamental un adecuado monitoreo de los machos a trasladar, como máximo 5-7 días antes del traslado mediante pruebas de PCR frente a mycoplasma y microbiológica frente a Salmonella. Cualquier resultado positivo o sospechoso detendría el traslado hasta un nuevo análisis.
Se debe documentar detalladamente el protocolo de bioseguridad para el traslado de machos a una nueva granja especificando el procedimiento a seguir.