
El Dr. Moquet comenzó la investigación de su doctorado en el grupo de nutrición animal de Wageningen (WUR, por sus siglas en inglés) para investigar un problema importante relacionado con el uso del butirato como aditivo en el pienso destinado al consumo animal: por un lado, a esta molécula se le prestó mucha atención debido a su potencial para mejorar la salud intestinal y el rendimiento de los animales, mientras que, por otro lado, los mecanismos que sustentan estos efectos fueron descritos como muy variados y en apariencia menos consistentes.
Junto a un compañero de clase del doctorado en la Universidad de Gante, el Dr. Moquet propuso examinar este tema en el marco de un proyecto de investigación que fue cofinanciado por el fabricante de aditivos para piensos Nutriad y por la agencia gubernamental Flanders Innovation & Entrepreneurship agency (VLAIO). El Dr. Tim Goossens, director de desarrollo de negocio de la división de mejora de la digestión en Nutriad, organizó la financiación del proyecto.
El Dr. Goossens explicó lo siguiente: «El Dr. Moquet encontró evidencia que respalda su hipótesis de que al menos parte de esta variación se puede atribuir al hecho de que diferentes productos liberan butirato en distintas partes del tracto digestivo (GIT, por sus siglas en inglés). Estos diversos perfiles de liberación provocan determinadas reacciones digestivas, microbianas e inmunológicas».
Por ejemplo, cuando los niveles de butirato aumentaron únicamente en la parte proximal del GIT, o específicamente en el intestino delgado, se ajustó la manifestación de los péptidos de defensa del huésped y aumentaron los niveles de determinados anticuerpos en la sangre. Sin embargo, estos tratamientos también desencadenaron disbacteriosis microbianas cecales y respuestas inflamatorias. En cambio, cuando se usaron los aditivos para aumentar el butirato no solo en la parte proximal del GIT, sino también en el intestino posterior, no se observaron signos de inflamación del intestino, mientras que mejoró la aparente digestibilidad de la metionina, al igual que el índice de conversión de pienso.
«En resumen, los datos sugieren que el butirato efectivamente tiene el potencial de desencadenar importantes mecanismos estimulantes de la salud intestinal», concluyó el Dr. Goossens, «pero no se trata de un producto beneficioso en todas las circunstancias. Más bien, es importante destacar una vez más la importancia de la exactitud de la liberación de esta molécula. Esto es muy importante para los productores de butirato si piensan proporcionar soluciones prácticas e inteligentes para los productores del sector animal».
Nutriad comercializa sus productos y servicios en más de 80 países, con el apoyo de cuatro laboratorios de aplicaciones y cinco fábricas en tres continentes distintos.
Puede encontrar más información en www.nutriad.com.
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