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Los anticuerpos naturales y los indicadores de resiliencia podrían estar bajo el control poligénico

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Los resultados de un estudio de Wageningen University & Research, Animal Breeding and Genomics (WUR-ABG) publicado en Poultry Science sugieren que tanto los niveles de anticuerpos naturales (NAb) como los indicadores de resiliencia son hereditarios y están bajo control poligénico en una línea de gallinas marrones.

Sin embargo, la captura de la resiliencia va cogiendo cada vez más interés y su registro requiere de un mayor precisión para fines de manejo y reproducción.

Cría de ganado resistente a (enfermedades)

La resiliencia es la capacidad de un animal para verse mínimamente afectado por perturbaciones externas o la facultad para volver rápidamente al estado en el que se encontraba antes de la exposición a una perturbación.

Dado que las aves están continuamente expuestas a perturbaciones ambientales, por ejemplo, fluctuaciones de temperatura o patógenos, la cría de ganado resiliente (enfermedad) es importante para la sostenibilidad y la rentabilidad de la producción ganadera.

Medir la resiliencia general de los animales es un desafío. Sin embargo, la creciente disponibilidad de datos de producción longitudinal permite estimar indicadores de resiliencia basados ​​en desviaciones observadas de los niveles de producción esperados. Para evaluar la resistencia general a enfermedades de un animal, los niveles de anticuerpos naturales (NAbs) se pueden usar como un rasgo indicador.

Estudio de asociación del genoma completo para facilitar la mejora genética

Los investigadores realizaron un estudio de asociación del genoma completo (GWAS) para identificar las regiones genómicas que influyen en los NAbs y los indicadores de resiliencia en una línea de ponedoras de raza pura de Rhode Island.

Los resultados sugieren que tanto los indicadores de resiliencia como los NAbs son hereditarios y están bajo un “control poligénico“, lo que significa que están influenciados por muchos genes con un efecto mínimo. Esto contrasta, por ejemplo, con una línea de gallina White Leghorn, para la cual los investigadores de WUR encontraron una región importante con un gran efecto de IgM Nabs en 2018.

Estas observaciones proporcionan una mayor comprensión de la arquitectura genética que subyace a la resiliencia, que, a su vez, puede facilitar la mejora genética para la resiliencia en las líneas de ponedoras.

Resiliencia: un rasgo desafiante

Los hallazgos generales del estudio sugieren que tanto los niveles de NAb como los indicadores de resiliencia son hereditarios y tienen potencial para la mejora genética de la resiliencia (enfermedad). Sin embargo, ninguna interpretación de los indicadores de resiliencia es sencilla, como lo demuestran los autores. Por lo tanto, es importante perfeccionar y validar más estos indicadores para verificar su relevancia práctica e implementarlos en las prácticas de manejo y mejoramiento.

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