Los bacteriófagos son un tipo de virus que infectan únicamente a las bacterias. Esta característica hace de ellos una herramienta muy eficaz como terapia dirigida para el control de microorganismos resistentes a los antibióticos o desinfectantes, como Salmonella.

Salmonella, es el segundo patógeno causante de toxiinfecciones en Europa y en la mayoría de los países industrializados, siendo los productos de origen avícola la principal fuente de infección.
Desde la implementación de los Programas Nacionales de Control de Salmonella (PNCS) la casuística de salmonelosis en personas ha disminuido, sin embargo, existe una preocupación por la creciente aparición de resistencias a antibióticos y a procedimientos de limpieza y desinfección (L+D).

Imagen 1. Bacteriófago

Salmonella infantis y las resistencias

Este hecho se evidencia más en algunos serotipos, como es el caso de Infantis, ya que se ha observado que es capaz de permanecer en el ambiente aún tras la limpieza y desinfección de las instalaciones.

De hecho, los últimos datos que ha publicado la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria muestran que el 93,1% de las cepas de Salmonella aisladas y serotipadas en granjas de pollo de engorde son Infantis.
Por este motivo en los últimos años los bacteriófagos, o fagos, han emergido como una prometedora medida complementaria para eliminar Salmonella a nivel de campo.

¿Qué son los bacteriófagos?

Los bacteriófagos son la entidad más abundante del planeta e infectan exclusivamente a las células procariotas.

Los fagos se definen como parásitos para las bacterias, puesto que sin ellas son incapaces de completar su ciclo vital y por tanto multiplicarse.
Para hacerlo, estos se adhieren a la pared de las bacterias e incorporan su material genético.
Posteriormente este se leerá y se empezará a producir copias del fago, hasta el punto en que la bacteria se destruya y libere al exterior todas las réplicas de fago generadas. Así se establece una característica muy interesante desde el punto de vista terapéutico, la capacidad de autorreplicación.

Imagen 2. Bacteriófago adherido en la pared de la bacteria

Los fagos son muy específicos

A diferencia de la mayoría de los antibióticos, los fagos son muy específicos, es decir, su actividad lítica suele ser efectiva contra la bacteria diana, sin alterar el resto de las bacterias comensales beneficiosas.

Esta especificidad que poseen los fagos los convierte en una buena herramienta profiláctica y terapéutica para la el...

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