Introducción
Desde una perspectiva clínica y económica, las infecciones por Mycoplasma siguen siendo un reto importante, aunque a menudo subestimado, en la producción avícola. Dos especies principales, Mycoplasma synoviae (MS) y Mycoplasma gallisepticum (MG), son responsables de pérdidas económicas considerables en lotes de ponedoras y en reproductoras de pollos de engorde.
Mientras que MG se asocia más comúnmente con la enfermedad respiratoria crónica (CRD), MS se vincula con frecuencia a infecciones subclínicas, problemas en la producción de huevos e infecciones secundarias que desencadenan la necesidad de tratamientos antibióticos.
A pesar de la existencia de cepas más virulentas, las formas más leves que circulan actualmente en muchos países europeos siguen teniendo relevancia económica debido a sus efectos inmunosupresores crónicos y su impacto en la productividad (Feberwee et al., 2021).
Mecanismos de evasión inmunitaria de Mycoplasma – ¡Es como un camaleón!
Una de las razones clave por las que las especies de Mycoplasma persisten en las parvadas es su capacidad para evadir el sistema inmunitario del hospedador.
A medida que MS y MG alteran continuamente sus proteínas de superficie y experimentan variaciones antigénicas, actúan como camaleones: escapan del mecanismo de defensa específico del sistema inmunitario.
Además, estos patógenos de tipo bacteriano pueden desplazarse entre el espacio extracelular e intracelular, lo que complica aún más su reconocimiento y eliminación por parte del sistema inmune.
Estos comportamientos únicos permiten a Mycoplasma establecer infecciones persistentes y, al mantener al sistema inmunitario ocupado, favorecen la proliferación de otras infecciones bacterianas y víricas, lo que conlleva un aumento en el uso de antimicrobianos y una disminución de la eficiencia productiva (Cisneros-Tamayo et al., 2020).
Es importante destacar que las infecciones por Mycoplasma casi nunca permanecen confinadas al tracto respiratorio.
Frecuentemente se diseminan a través del torrente sanguíneo (bacteriemia), lo que permite la colonización de diversos órganos internos, incluido el sistema reproductor.
La investigación ha demostrado que M. synoviae puede invadir y persistir en tejidos como el hígado, bazo, cerebro y músculos esqueléticos, provocando con frecuencia vasculitis (Lysnyansky et al., 2005).
La capacidad de Mycoplasma para diseminarse por vía hematógena subraya la necesidad de estrategias de vacunación que ofrezcan una pro...