Producir más y más con menos alimento tiene que traer aparejado ajustes nutricionales que son fundamentales para garantizar una gallina sana y solo una gallina sana podrá llegar a tales niveles productivos.
Llamar a nuestras ponedoras “maratonistas” puede parecer una exageración, pero ¿qué decir de una gallina que produce por más de 100 semanas, alcanzando cerca de los 500 huevos?
Hay que mirar hacia atrás en el tiempo para tener la visión de la grandeza de los números y de la evolución de nuestras heroínas, donde en 50 años han avanzado en más de 200 días en la vida productiva, produciendo más, por más tiempo y con menos alimento (gramos de alimento por huevo producido).
Sí ¡podemos llamarlas maratonistas!
Sin embargo, estos números fantásticos, fruto de un largo trabajo de selección genética, no son sencillos de conseguir y requieren una gran preparación al igual que para cualquier gran deportista.
Producir más y más con menos alimento tiene que traer aparejado ajustes nutricionales que son fundamentales para garantizar una gallina sana y solo una gallina sana podrá llegar a tales niveles productivos.
En este universo productivo el calcio es uno de los principales protagonistas debido a su gran importancia en la formación de la cáscara de los huevos y del esqueleto de la gallina.
Cuando una gallina empieza su producción, la demanda del mineral se eleva fuertemente, lo que hace que los niveles de calcio en la dieta y su adecuada absorción sean fundamentales.
En la dieta, los niveles de calcio pasan de valores en torno al 1% en el levante al 4% en la producción.
La gallina necesita aportes continuos de calcio que solo se garantizan a partir de la absorción activa del mineral.
La calbindina es la proteína directamente involucrada en la absorción del calcio y se produce a partir de la acción genómica de la forma activa de la vitamina D, la 1,25 dihidroxixolecalciferol (1,25(OH)2D3).
El calcio absorbido se deposita en los huesos medulares, donde puede ser utilizado siempre que sus niveles en la sangre se reduzcan.
La capacidad de generar 1,25(OH)2D3 a partir de la vitamina D requiere de hígado y riñones sanos.
Factores como micotoxinas, infecciones bacterianas y virales, situaciones de estrés, trastornos digestivos, entre otros, pueden afectar la funcionalidad de dichos órganos, reduciendo la producción de la 1,25(OH)2D3 que a niveles más bajos reduce la absorción de calcio.
En este complejo y perfectamente regulado metabolismo, el calcio almacenado en los huesos va a ser utilizado para la formación de la cáscara, pero un déficit continuo puede generar no solo huevos, sino también huesos frágiles.
A su vez, dificultad de locomoción, cuadros de osteoporosis y elevación de la mortalidad suelen presentarse en cuadros crónicos.
Riczu, en su trabajo de 2004, demostró que el número de ponedoras que llegan con alguna fractura a la faena puede ser muy elevado.
Dichas fracturas pueden indicar un déficit importante en los mecanismos del metabolismo de calcio y que esto puede no solo traer pérdidas visibles al proceso, sino también pérdidas subclínicas.
Las pérdidas subclínicas tienen un potencial de causar perjuicio aún mayor, ya que reducen la rentabilidad de las empresas silenciosamente.
Otro actor fundamental en este proceso del metabolismo del calcio son las hormonas sexuales, hormonas que participan directamente en la producción de la enzima CYP27B1 que actúa en los riñones en la formación de la 1,25(OH)2D3.
A medida que avanza la edad de las aves, las hormonas sexuales disminuyen y todo el proceso sufre una pérdida efectiva.
Esta pérdida se puede observar a partir de la reducción de la fuerza de ruptura de los huevos y de la consiguiente elevación de los huevos rotos y fisurados que ocurre de acuerdo a la edad.
Considerando todos los factores que actúan y reducen la producción de la 1,25(OH)2D3, hacer la suplementación de esta 1,25(OH)2D3 a partir del producto Panbonis se presenta como una importante estrategia productiva.
Panbonis, producto herbal que presenta la molécula 1,25(OH)2D3, eleva los niveles de calcio en la sangre,produciendo huesos y huevos más fuertes.
El esqueleto de las ponedoras es su gran reserva de calcio y esta reserva se utilizará a diario en el proceso de mantenimiento de los niveles de calcio en la sangre, garantizando la calidad de la cáscara del huevo.
Pero ¿en qué período se forma el esqueleto? En el levante.
Hay que preparar esta máquina de producción para que esté en condiciones de producir hasta 30 kg de huevos y esa preparación con certeza empieza muy temprano.
Es en este período de preparación, el período de levante, cuando tiene lugar la formación del esqueleto de la gallina y la adecuada conformación de sus huesos, con especial importancia el “hueso medular”.
Es precisamente esta parte de “hueso medular” la que sirve de reserva del Calcio, De modo que una buena formación de esta parte ósea durante el período de levante va a determinar también la longevidad de la gallina: no hay gallina vieja, con esqueleto mal conformado.
En los datos del trabajo (Tailandia, 2014) haciendo uso de Panbonis de tres formas diferentes – 80g/ton –
entre las 5 y 20 semanas para el tratamiento “Levante”,
entre 20 y 32 semanas para el tratamiento “Producción” y
entre 5 y 32 semanas para el tratamiento ”Levante y Producción”.
Se pudo observar que las gallinas que recibieron Panbonis en el levante y la producción tuvieron mejores valores en los parámetros medidos
Estos números demuestran que empezar la preparación de la gallina en el levante puede generar ganancias más expresivas.
Como en la vida de los grandes deportistas, no hay buenos resultados sin un gran entrenador a su lado.
Sea el gran entrenador de sus maratonistas.
Piense de una manera estratégica.
No sea inmediatista.
Invierta en su atleta para tener mayores ganancias.
¡Un buen levante es fundamental para su maratonista!
Materias Primas
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AUTORES
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