Para asegurar la salud y el bienestar de los animales, las explotaciones deben garantizar el aporte de agua en cantidad suficiente y con una calidad microbiológica y fisicoquímica adecuada.
El agua es un nutriente esencial para los animales, siendo el componente mayoritario de su organismo. El agua posee funciones que permiten el desarrollo de los procesos biológicos necesarios para la vida, y aunque se conoce el papel fundamental que ejerce en ganadería, en ocasiones no se le presta la atención necesaria.
Para asegurar la salud y el bienestar de los animales, las explotaciones deben garantizar el aporte de agua en cantidad suficiente y con una calidad microbiológica y fisicoquímica adecuada.
Si no se cumplen estas premisas, se pondrá el peligro el estado sanitario de los animales y, se verán afectados los parámetros zootécnicos de la explotación.
Disponer de agua de calidad y en cantidad suficiente puede parecer sencillo, pero no siempre resulta fácil. Este objetivo debe estar claro en el momento del diseño de la explotación ganadera, y con la elección del tratamiento de potabilización más adecuado.
El suministro de agua siempre debe considerarse un punto de control en todas las explotaciones y formar parte del plan de bioseguridad. Esto implica que es dinámico y estará influido por las actividades del día a día de la explotación.
En primer lugar, conviene recordar que cualquier tratamiento de potabilización, aunque sea automático, debe ser ajustado y revisado periódicamente. La presencia de materia orgánica en el agua y la temperatura ambiente influyen en la efectividad de los productos utilizados para el tratamiento de agua. Por ejemplo:
Si el agua nos llega más turbia de lo habitual, porque ha llovido mucho en los últimos días, es necesario aumentar la dosificación para obtener niveles de desinfectante óptimos a final de línea.
Si tratamos a la entrada de un depósito, puede ser necesario ajustar las dosis dependiendo de la temperatura ambiente y teniendo en cuenta los consumos diarios (tiempo de permanencia del agua en el depósito).
Si las tuberías acumulan mucha materia orgánica, el desinfectante reaccionará con ella y no tendremos una concentración adecuada en la línea para inactivar los microorganismos.
Por otro lado, el sistema de producción actual tiende cada vez más a la administración de productos vía agua (medicamentos, piensos complementarios, etc.), por lo que el mantenimiento del sistema de distribución ha cobrado mayor relevancia.
La administración de productos vía agua es rápida y eficaz, pero estos productos pueden dejar restos y residuos en las conducciones, depósitos y bebederos, por lo que se debe prestar especial atención a la aparición de obstrucciones y la formación de biofilms
Los biofilms tienen un impacto sanitario muy elevado ya que pueden servir de reservorio de microorganismos patógenos como Salmonella spp., Escherichia coli o Clostridium spp. y vehicularse vía agua a los animales.
El agua puede ser potable a la entrada de la explotación o a la salida del depósito de tratamiento, pero sin un adecuado mantenimiento del sistema de distribución, el agua puede recontaminarse y poner en riesgo el estado sanitario de los animales. Además, la presencia de restos medicamentosos puede reducir la eficacia de otros fármacos por interacciones entre ellos. Por ello, es vital realizar la limpieza de las líneas tanto durante la crianza como en el vacío sanitario.
Las limpiezas en vacío sanitario, independientemente del producto que utilicemos, siempre van a ser más agresivas y efectivas que en presencia de animales.
Estas limpiezas son más seguras, puesto que no hay riesgo de que los animales puedan ingerir los restos de suciedad y biofilm presentes en la tubería. Generalmente, para este tipo de limpieza se llenan tuberías con la mezcla de agua y producto a alta concentración. El procedimiento a seguir más habitual es el siguiente:
1. Vaciado de las conducciones.
2. Accionar de forma manual las tetinas para vaciar el agua remanente.
Es recomendable vaciar el circuito previamente para asegurarnos de que el producto utilizado llega a todos los puntos, sin necesidad de utilizar ningún colorante o indicador.
3. Introducir la mezcla en las tuberías hasta que la solución salga por el punto final y posteriormente, accionar las tetinas manualmente.
4. Dejar actuar durante las horas que indique el protocolo.
5. Vaciado de las conducciones. Se comienza por el punto final de mayor diámetro para así tener mayor efecto de arrastre mecánico por la acción del agua y, finalmente, a través de las tetinas. Si acompañamos este proceso con la circulación de agua con presión o una recirculación, eliminaremos mayor cantidad de los restos presentes en la tubería.
Realizar este tipo de limpieza es altamente recomendable con cada vacío sanitario.
Los depósitos y balsas de las explotaciones también deben ser limpiados periódicamente con los productos indicados.
Las limpiezas en presencia de animales se realizan con el producto a menor concentración, puesto que no nos interesa que se desprenda gran cantidad de biofilm y suciedad que pueda ser ingerida por los animales y generar algún tipo de problema sanitario. Para este tipo de limpiezas, podemos utilizar el medicador tras cada medicación o bien, depósitos intermedios.
En este caso, serán los animales los que extraigan el agua por las tetinas, a diferencia de la limpieza en ausencia de animales. Para evitar que ingieran parte del biofilm, se recomienda abrir puntos finales, a poder ser con presión, y así extraer gran parte de la suciedad por estos puntos.
En la práctica diaria, la gran mayoría de las explotaciones disponen de sistemas de medicación que nos permiten introducir la mezcla de limpieza en las tuberías. En caso de no disponer equipo de medicación, será necesario adaptar el protocolo para cada caso concreto.
En el mercado encontramos distintos productos para la limpieza de la red de distribución de agua. Es importante un asesoramiento previo con una empresa especializada para elegir el producto que mejor se adapte a las necesidades y características de la explotación. Estos productos deben poder ser utilizados tanto en ausencia como en presencia de animales y contar con los registros correspondientes.
En base a su composición, distinguimos dos tipos de productos:
En función de las necesidades de la explotación, se puede optar por el uso de uno u otro producto, o ambos.
Por ejemplo, se puede plantear hacer una limpieza básica seguida de una limpieza ácida durante el vacío sanitario, o bien, hacer limpiezas con productos básicos después de cada medicación y, realizar una única limpieza ácida durante el vacío sanitario. Puesto que las opciones son muy variadas, es recomendable contar con asesoramiento técnico especializado, de forma que no haya dudas sobre:
Qué producto vamos a utilizar
Cómo vamos a llevar a cabo el tratamiento
A qué concentración vamos a utilizar el producto
Cuál es el tiempo de tratamiento recomendado
En nuestro día a día, nos encontramos con explotaciones muy diferentes entre sí, no existiendo una solución única para todas. Por ello, es importante contactar con una empresa especializada en tratamiento de agua en ganadería, como AQUAGAN BIOCIDAS, ya que proporcionamos un asesoramiento integral y ofrecemos soluciones adaptadas a las necesidades de nuestros clientes.
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