Hay que ser claro y decir sin miedo lo que se quiere hacer. En caso contrario nos encontramos con problemas para el resto de la existencia de la nave.
¿Qué debemos evitar en las naves llave en mano?
No hay problema en contactar con una empresa ubicada fuera de España para un proyecto de naves llave en mano, pero es bueno que tenga una representación en el país para que pueda hacer un seguimiento del proyecto
Ya hemos tomado una decisión: haremos una granja nueva y, para ir rápidos, aceptamos un proyecto nave llave en mano, pero cuando estamos empezando a trabajar en ella ésta no cumple los rendimientos que es esperaba… ¿Por qué?
No es la situación usual. La mayoría de problemas radica en el inicio de todo, cuando estamos escogiendo la instalación y un error inicial desencadena un inesperado desenlace: rentabilidad muy baja o directamente pérdidas económicas.
En primer lugar es básico el escoger a qué empresas vamos a seleccionar para que nos hagan presupuestos. La proximidad es un argumento importante, pero hoy en día poco preciso. Es evidente que un desplazamiento de 600 km para una empresa moderna no genera ningún problema logístico, por tanto cualquier empresa ubicada dentro de España puede garantizar una buena actuación sin mayores problemas, incluso en distancias superiores de hasta 1.000 km de distancia.
Sin embargo cuando observamos grandes ofertas de proyectos nave en mano, se visualizan empresas ubicadas a distancias, no sólo inabarcables, sino increíbles (ojeando por la web se ven ofertas desde China… Eso sí, poco claras). No hay problema en contactar con una empresa ubicada fuera de España, pero que tenga una representación en el país, para poderla contactar y responsabilizar de la ejecución del proyecto.
No es frecuente, pero se han vivido situaciones de faltar un par de comederos o bebederos y al estar la empresa (en el caso concreto que viví) ubicada en Italia, no hubo manera humana de conseguirlos, pues siempre “ya te los enviaré” en el próximo camión era una barrera de imposible solución, teniendo que adaptar comederos de otras marcas al final. Por ello es importante que la empresa de sensación de proximidad, si no en la ubicación, sí en el contacto.
También hay que investigar un poco previamente y conocer lo que se quiere hacer en realidad. Contactar con veterinarios o técnicos de las empresas con las que vamos a trabajar para que orienten el estilo de nave e instalación más adecuado para la zona es una premisa necesaria y que aporta un conocimiento real de campo muy valioso. Es igualmente aconsejable que avicultores con mucha experiencia se informen también, aunque sólo sea para refrescar ideas y comparar novedades.
Una vez hemos contactado con una o varias empresas que nos ofrezcan granjas “llaves en mano”, debemos definir lo que deseamos de forma clara. Aquí es donde se viven las situaciones más paradojales que al final acaban en incomprensiones.
La principal causa de conflicto es el propio importe del presupuesto: “bueno, bonito y barato”. Pues no es tan sencillo, ya que no siempre lo barato funciona con el mismo rendimiento que lo caro, pero no por ello lo caro es mejor que lo barato.
Una premisa necesaria es hacer un diseño de la granja completa, con todo lo que queremos que esté incorporado en la nave al final del proyecto y, a continuación adaptar el diseño al presupuesto, pero dejando todo preparado para poder añadir el equipamiento de forma posterior.
Este es el fundamento de la mayoría de errores que posteriormente arrastrará la instalación durante su vida útil, y que por su vicio inicial no permitirá la rentabilidad económica para poder solucionarlo más tarde.
No se puede ahorrar en el aislamiento. El aislamiento dependerá en gran medida de la ubicación de la granja, dependiendo de la temperatura externa. En condiciones climáticas extremas no se puede ahorrar en aislamiento, sino que hay que invertir más en él, mientras que en zonas temperadas al lado del mar puede colocarse un menor aislamiento. Querer ahorrar en este apartado significa un aumento de los costes en calefacción y refrigeración a lo largo del año y, por supuesto, en todos los años, lo que monetariamente supone un mayor quebranto económico a medio plazo.
El control ambiental es otro de los puntos que más repercusión tienen. Instalar un ordenador de control ambiental sencillo con una potencia de renovación de aire insuficiente se ve con relativa frecuencia. No se debe optar por esta línea de trabajo, sino que debemos invertir lo suficiente para asegurarnos que el sistema funciona a pleno rendimiento sin problemas.
Un ambiente oscilante en temperatura y humedad, corriente de aire excesiva y aumento de amoníaco repercute en el crecimiento y rendimiento productivo de los animales, por ello volveremos a hipotecar el funcionamiento futuro por culpa de una mala inversión inicial.
La orientación de la nave, que implica a menudo la orientación del diseño de renovación de aire, suele estar condicionada por la finca. En la gran mayoría de situaciones no revierte mayor importancia, ya que en cierta medida se puede solucionar el problema, pero en ocasiones es de muy difícil solucionar y se acaba asumiendo que el sistema será suficientemente inteligente para compensar.
Puede ser que así se vaya sobrecargando el funcionamiento de los equipos implicados en el control ambiental o colocando deflectores en los extractores y protecciones en los coolings, pero ya empezamos la singladura con el sistema al límite, dejando poco margen de maniobra cuando la situación ambiental externa sea muy agresiva (vientos muy fuertes, canículas intensas, fríos intensos con gran humedad, etc. Un estudio previo de la orientación es necesario tenerlo presente, aunque el conocimiento práctico del propietario del terreno da una información de primerísima importancia que suele ser instructiva y suficiente para decidir tomar medidas en cuanto a la orientación de la nave.
La bioseguridad en el diseño también suele tener alguna deficiencia, si no se observan adecuadamente los preceptos básicos a tener en cuenta.
Los silos deben ubicarse de forma que los camiones de pienso no deban entrar dentro de la valla perimetral para rellenarlos. Es un error de bioseguridad muy frecuente por motivos de espacio o de ubicación, pero de ninguna forma debería un camión de pienso entrar dentro de la valla perimetral.
Desde el exterior de la valla perimetral debe ser posible el acceso de los camiones a los silos. A menudo encontramos comentarios de que para eso está el vado sanitario, pero en realidad el vado sanitario es un perfecto caldo de cultivo de virus y bacterias: agua sucia (después del paso de un camión, y más si hay un trozo de camino de tierra), temperatura por el sol que da directo y desactivación de las moléculas desinfectantes por el efecto de los rayos del sol.
Es decir, un vado sanitario solo sirve, si hemos de ser éticos, para el primer camión que pase y debería vaciarse, desinfectarse y limpiarse antes del paso del siguiente camión. Esto no se realiza, por tanto debería restringirse su uso al necesario (carga de animales hacia sacrificio por ejemplo) y diseñar la valla perimetral para permitir el acceso a los silos de pienso (si hace falta se desplazan hacia la valla) desde el exterior.