Reduciendo el uso de antibióticos a través de la salud intestinal
La nutrición y la formulación de alimento balanceado, incluyendo el uso de aditivos y la estructura del alimento pueden ayudar a mejorar el desarrollo gastrointestinal, la digestión, la absorción y el aprovechamiento de los nutrientes.
Dado que la mayoría de las células inmunitarias del pollo de engorde residen en el intestino en forma de GALT(tejido linfoide asociado al intestino), es de suma importancia mantener un intestino sano para promover la salud del pollo.
Las investigaciones muestran que una estrategia integral de cuatro pasos (Figura 1) que aprovecha la relación entre nutrición y microbiología, inmunología y fisiología puede ayudar a mejorar y mantener la salud intestinal, a la vez que se reduce el uso de los antimicrobianos.
[pie]Figura 1: Cuatro pasos para mejorar la salud intestinal y por ende, reducir el uso de antibióticos.[/pie]
A medida que los productores avícolas dejan de usar antimicrobianos promotores del crecimiento, se observa que hay menos desempeño del crecimiento. Además, hasta un 80% de antimicrobianos son utilizados en la producción por problemas intestinales. Sin embargo, el Sistema Nacional de Monitoreo de la Resistencia Antimicrobiana de EEUU., así como la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria y el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades reportan un incremento de los niveles de resistencia a bacterias aisladas provenientes de animales destinados a producir proteína y de la carne vendida al menudeo.
Evidentemente, se requieren de nuevas soluciones para proteger la salud animal, garantizar el desempeño animal y apoyar el sustento y rentabilidad de los productores.
Paso 1. Prevenir la ingesta de patógenos mediante el alimento y/o el agua
El agua y el alimento balanceado ofrecen oportunidades de proliferación de bacterias gramnegativas (como Escherichia coli y Salmonella) y bacterias grampositivas, hongos y micotoxinas. Las condiciones de higiene de las materias primas y del alimento en la planta de alimentos balanceados podría introducir riesgos de patógenos en la granja.
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Una auditoria de la planta puede detectar la prevalencia y los niveles de patógenos y micotoxinas para tomar una decisión fundamentada respecto al método de mitigación.
La dosis adecuada de ácidos orgánicos buferados y mezclas sinérgicas, aplicados junto con un tratamiento hidrotérmico, puede ayudar a reducir el riesgo de consumo de patógenos.
El agua también puede ser portadora de patógenos. Disminuir el pH del agua de bebida genera condiciones desfavorables para el crecimiento microbiano y ayuda a proteger contra el consumo de patógenos por esta vía.
El pH estomacal naturalmente bajo en animales monogástricos ayuda a reducir la supervivencia de los microbios ingeridos. Durante el consumo de alimento aumenta el pH en el estómago, lo que mejora las condiciones de crecimiento microbiano.
Al aplicar ácidos orgánicos en el alimento balanceado o el agua, se reducirá el pH estomacal en la presencia de alimento, con lo que se mantiene la barrera natural del animal en contra de las bacterias. También es importante un bajo pH estomacal para la eficiencia digestiva, ya que aumenta la activación de la enzima proteolítica pepsina.
Paso 2. Manejo de la microbiota
Mantener el equilibrio microbiano en el intestino delgado es importante, ya que una microbiota equilibrada:
Mejora la digestión de nutrientes,
Limita la colonización de patógenos oportunistas y
Promueve el funcionamiento adecuado del sistema inmune.
[container][cl12][/cl12][cl12]En la parte proximal del intestino delgado de las aves predominan las bacterias grampositivas. Sus paredes celulares cuentan con una capa de peptidoglucanos más gruesa en comparación con las bacterias gramnegativas, lo que las vuelve más tolerantes al ácido.
Uno de los métodos de manejo de la microbiota es el uso de ácidos grasos de cadena media (AGCM) específicos para desestabilizar la capa de peptidoglucanos de las bacterias grampositivas, lo que las vuelve permeables para que entren las moléculas del ácido orgánico.[/cl12][/container] [clear][/clear]
Los antimicrobianos usados con frecuencia, los promotores del crecimiento y/o los antibióticos profilácticos se utilizan para prevenir la abundancia de bacterias grampositivas, como el Clostridium perfringens y, por ende, prevenir la enteritis necrótica (una de las enfermedades subclínicas más costosas en la producción avícola). Para prevenir estos problemas existe la solución del uso de ésteres de ácidos grasos.
Estudios realizados con un ‘C12 de liberación lenta’, mediante la esterificación de ácido láurico, muestra que los ácidos grasos de cadena media no se absorben por completo en la primera parte del intestino (Figura 2). De este modo, los AGCM pueden desempeñar su efecto antimicrobiano en la parte distal del intestino en el que se muestra una reducción del conteo de Clostridium perfringens en el yeyuno.
[pie]Figura 2: Izquierda - Mayor nivel de C12 en el yeyuno con C12 de liberación lenta.
Derecha - Reducción del conteo logarítmico de Clostridium perfringens por el C12 de liberación lenta.[/pie]
Paso 3. Integridad intestinal
El deterioro de la integridad de la pared intestinal del animal conlleva al menor aprovechamiento de nutrientes y una mayor exposición a patógenos y toxinas. Al suplementar las dietas de pollos de engorde con una mezcla de ácidos de liberación dirigida y compuestos fenólicos, se altera la expresión de la proteína de la zona de oclusión, lo cual indica que ayuda a su rápida regeneración y restauración bajo condiciones de estrés.
Las vellosidades largas y anchas son capaces de absorber nutrientes que impulsan el crecimiento. Por ejemplo, los butiratos se consideran nutrientes para los enterocitos, que por lo general, los producen las bacterias benéficas del intestino. A su vez, los enterocitos absorben mejor los nutrientes, lo cual conlleva a una mejora del crecimiento.
La mejora en la longitud de las vellosidades lleva también a un aumento significativo en la absorción de pigmentos, incrementando la pigmentación de la piel del pollo significativamente.
En la producción sin antibióticos, parece que es más difícil la pigmentación del pollo debido a que hay una mayor presión de Clostridium perfringens y de los problemas de coccidiosis. La identificación de los ingredientes o productos que superan estos desafíos, es un ejemplo estratégico para mejorar la salud intestinal para reducir la necesidad de antibióticos mientras se mejora el desempeño.
Paso 4. Inmunomodulación
Los animales en situaciones de riesgo presentan diferentes requerimientos de aminoácidos y nutrientes, por lo que una solución única para todos los casos es poco realista. La nutrición de precisión es necesaria. Una combinación de alimento funcional y aditivos en el agua de bebida pueden ayudar a la respuesta inmunitaria, permitiendo a las aves usar más energía en la digestión. Este enfoque combinado sustenta una pared intestinal saludable y al sistema inmunitario.
Como el contenido del intestino se considera como un ambiente externo, casi no existen anticuerpos o células inmunitarias en el lumen. La barrera intestinal debe ser fuerte. Esta situación explica por qué no se pueden desarrollar fácilmente vacunas de salud intestinal e indica la complejidad de la microbiota del intestino, el sistema inmune y el tracto intestinal.
Tubo intestinal de las aves: corto, pero eficiente
El rápido paso por el sistema digestivo significa que el alimento debe ser alto en nutrientes y de fácil digestión. Si se quiere que el pollo de engorde maximice la disponibilidad de nutrientes, es necesario un funcionamiento y retención del alimento óptimos por parte de la molleja. Una molleja bien desarrollada es un procesador de alimento más efectivo, pues mejora la molienda y tiene una mayor retención.
Se puede utilizar un método eficiente de evaluación del intestino para evaluar el estado de la salud gastrointestinal y definir los principales problemas e identificar las razones que justifiquen el tratamiento antibiótico. La evaluación de salud intestinal indica si el animal puede digerir el alimento y usar los nutrientes para un crecimiento eficiente.
La evaluación de salud intestinal se enfoca en todo el tracto gastrointestinal, con la separación entre calidad y desarrollo de la molleja, del proventrículo y de las partes proximales y distales del intestino.
Se aconseja un enfoque específico para las partes proximales y distales del tubo gastrointestinal, para aumentar la capacidad de digestión y la salud intestinal. Esto optimiza la disponibilidad de nutrientes, aumenta el desempeño y reduce la necesidad de utilizar antibióticos (de prevención).
Conclusión
[container][cl12]La eficacia de cualquier enfoque se comprueba en el ambiente de producción. Un buen ejemplo de este enfoque es el integrado avícola de Of Tov en Israel, que implementó la producción sin antibióticos y aumentó el desempeño por arriba de los niveles en los que se usaban antibióticos. Adoptando un programa que integra el manejo del alimento, de la granja y de la salud, aumentó a un 98.8% el porcentaje de parvadas de pollos producidos sin antibióticos (inclusive sin coccidiostatos).[/cl12]
[cl12]El enfoque integrado ayudó también a mejorar en más del 4% la conversión alimenticia en comparación con la producción tradicional con inclusión de antibióticos.
La nutrición y la formulación de alimento balanceado, incluyendo el uso de aditivos y la estructura del alimento pueden ayudar a mejorar el desarrollo gastrointestinal, la digestión, la absorción y el aprovechamiento de los nutrientes.
Esto mejorará el desempeño y sustentará el estado de salud, lo que conlleva a la reducción en el uso de antibióticos en las granjas.[/cl12] [/container]