Luis Ángel García Marín / Director técnico- AN Avícola Mélida
Llega el invierno y todos salimos de casa con la bufanda puesta. ¿Y qué ocurre en nuestras granjas de pollos? Que en cuanto llega el frío, una de las mayores preocupaciones de nuestros avicultores (la única en algunas granjas) se podría resumir en: cómo reducir el gasto en calefacción. El veterinario responsable de la explotación también se preocupa de eso, pero con condicionantes: mantener en óptimas condiciones el estado de las camas, la calidad de la canal, el bienestar animal, la salud de las aves, y todo esto, con el mínimo coste de producción posible.
Una herramienta que puede ser muy útil para mejorar nuestras explotaciones en invierno es la cámara termográfica, la cual detecta los rayos infrarrojos que emite cualquier objeto por encima de 0º Kelvin /273ºC), y los convierte en impulsos eléctricos que visualizamos en forma de “fotografía termográfica”.
Las aplicaciones que puede tener en nuestras explotaciones son múltiples por la gran variedad de análisis que podemos hacer, y factores que podemos controlar. Con respecto a la estructura de las naves, nos permite localizar zonas de la granja que por su baja capacidad aislante ocasionan grandes fugas de calor.
(Puentes térmicos. Ver imagen izquierda).
Todo lo que perdemos hacia el exterior es dinero que tiramos a la basura (o regalamos a las compañías petrolíferas). Además, sirve para valorar el deterioro de la capacidad aislante de los materiales constructivos ayudándonos a la hora de decidir cuál es la reforma más urgente. Toda mejora que realicemos en el aislamiento de nuestras granjas se amortiza rápidamente, tanto por el ahorro de combustible, como por la mejoría en los resultados zootécnicos y calidad del pollo.
En el manejo diario, la termografía nos ayuda a localizar zonas de condensación que inciden directamente en el estado de las camas. Sabiendo la temperatura exterior y la temperatura y humedad relativa interior, podemos detectar las diferentes zonas de condensación de una nave. A veces nos llevamos sorpresas como que la propia yacija sea una zona de condensación, con los graves problemas que eso supone. Una zona que siempre genera conflictos de este tipo es la entrada de agua a la nave, llegando incluso a generarse condensación en la propia línea de tetinas, mojando la cama debajo de la misma.
En cuanto al arranque de pollito, la guerra habitual suele estar en el precalentamiento de la nave. Para nosotros los técnicos, siempre e...