Cría sostenible de aves siguiendo un uso responsable de antibióticos

Actualmente, las aves comerciales se alimentan a base de dietas que contienen distintos aditivos alimentarios funcionales en bajas concentraciones, que generan respuestas más allá de su valor nutricional.

Recientemente, la exploración de métodos para optimizar la eficacia de este tipo de aditivos  ha captado la atención de la comunidad científica, así como la de los productores.

El butirato de sodio es una sal del ácido butírico, producto final de la fermentación de los carbohidratos por parte de las bacterias anaerobias en el intestino posterior.

Tanto las investigaciones realizadas como la experiencia de campo confirman que el butirato solo o en combinación con otras estrategias dietéticas reduce la incidencia de la enteritis necrótica. Diversas bacterias y tipos de células diferentes que se pueden encontrar a lo largo de todo el tracto gastrointestinal (TGI) responden al butirato.

La medida en la cual se produzcan los efectos beneficiosos del butirato  depende de la ubicación intestinal donde se deposite el butirato tras la ingesta oral, siendo importante recordar que, este compuesto, cuando se consume sin protección, se absorbe y metaboliza fácilmente en la parte superior del TGI, a nivel gástrico.

Las compañías de aditivos alimentarios producen una forma protegida butirato  para evitar la absorción gástrica, permitiendo una mayor absorción a nivel del TGI distal, observándose resultados positivos, ya que los animales se benefician del butirato depositado directamente en la mucosa intestinal.

El butirato recubierto generalmente se compone de perlas que contienen butirato, dentro de una matriz protectora de grasa vegetal. Para los productos con un mayor contenido graso (<50 %), solo tras la segregación de  lipasa en el duodeno, que rompe la matriz lipídica protectora, se liberará gradualmente el butirato al tracto intestinal.

A través de experimentos in vitro e in vivo, se ha demostrado que estas moléculas, como triglicéridos de cadena corta, no son absorbidos a nivel gástrico, sino que los enlaces laterales del glicerol deben ser escindidos por  la lipasa pancreática, con lo que se libera butirato en la parte proximal del intestino delgado.

Más adelante en el tracto digestivo, el butiratoel sirve de  fuente de energía para las células colónicas y es un precursor importante para la síntesis de lípidos que son  incorporados a las membranas celulares.

Gracias a su papel estructural en la  membrana celular, el butirato contribuye al mantenimiento de funciones de barrera y de transporte en el intestino. Se ha demostrado asimismo, el importante rol que tiene en la regeneración de lesiones, gracias a su su efecto positivo sobre las uniones estrechas (gap-junctions) y el mantenimiento de la  integridad intestinal.

Los aditivos alimentarios botánicos empleados en la producción moderna de aves de corral suelen consistir en una mezcla variada de componentes, concretamente, hierbas deshidratadas, extractos de plantas y aceites esenciales, a los que se atribuyen efectos benficiosos sobre la digestión, la presión arterial, la protección hepática y actividad antiinflamatoria.

Por ello, surge el reto de desarrollar una mezcla de aditivos alimentarios botánicos con ingredientes que provocan diversas respuestas fisiológicas, con el objetivo de mejorar la salud y el rendimiento animal.

Así, el enfoque más fiable se basa en la selección de ingredientes en función de los efectos de los componentes botánicos a la concentración más baja, que logre el control de la actividad bacteriana, mejorando la salud intestinal.

Uno de los  potenciales mecanismos de acción estos aditivos es su efecto sobre la percepción de quórum (PQ): Las bacterias liberan señales de PQ constantemente, lo cual les permite sincronizar su comportamiento. Cuando la cantidad (el quórum) de una especie o grupo bacteriano aumenta en el entorno, aumenta la concentración de señales de PQ. Al alcanzar estas moléculas un umbral específico, se activan las rutas de señalización dependientes de PQ dentro de las bacterias, generando respuestas bioquímicas que suelen ser asociadas a la patogenicidad, tal como la producción de toxinas.

Con el objetivo de encontrar compuestos que puedan interrumpir la PQ, la Medicina Humana se está centrando en la búsqueda de alternativas a los antibióticos, que gracias a su eficacia a bajas concentraciones, y a las reducidas probabilidades de desarrollar resistencias contra estas moléculas no letales. A este respecto, hemos de recordar el papel que tiene la PQ en el ámbito veterinario, ya se encuentra implicado en la patogénesis de agentes infecciosos y zoonóticos, como Clostridium perfringens, Yersinia pseudotuberculosis, Campylobacter jejuni y Salmonella enterica subesp. enterica.

La salud intestinal es esencial para la salud y el desempeño de los animales de producción.