Las estirpes comerciales de pollos tienen un rendimiento mucho mayor que sus antepasados. Sin embargo, sus sistemas inmunitarios se enfrentan a retos más grandes.
Estudios realizados en los años 90 sugieren que la selección genética realizada por la industria avícola moderna a favor de
parámetros productivos – como la mejora de la ganancia de peso, el incremento de la eficiencia alimentaria, etc. — podría tener un impacto involuntario sobre el sistema inmunitario de las aves.
Sin embargo, paralelamente al desarrollo de la producción avícola moderna, la industria también se ha beneficiado del descubrimiento y uso de las vacunas, reduciéndose significativamente la incidencia de multitud de enfermedades, incluyendo muchos que tienen impacto en la producción comercial.
Así, nos encontramos con el siguiente dilema:
No obstante, este dilema también representa una oportunidad — ayudar a las aves tener una función inmunitaria óptima con el fin de maximizar su potencial para alcanzar un rendimiento productivo superior.
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DESARROLLO NATURAL DEL SISTEMA INMUNITARIO
En condiciones no comerciales, los pollitos y aves jóvenes de otras especies nacen en las proximidades de sus madres, lo que les permite acceder al alimento poco después de nacer.
El sistema inmunitario de las aves cuenta con una serie de rasgos diferenciales, incluyendo la ausencia de nódulos linfáticos. En su lugar, se encuentran agregados linfoides a lo largo del TGI y otras superficies mucosas.
El tejido linfoide asociado al intestino (GALT, del inglés Gut-associated lymphoid tissue) representa aproximadamente el 70% del sistema inmunitario del ave. Por ello, además de sus funciones digestivas y de absorción, el TGI aviar es un órgano inmunitario vital.
EL RETO DE DEMORAR LA INGESTIÓN DE ALIMENTO Y AGUA
La producción avícola moderna ha sustituido a la gallina por sistemas de incubación sofisticados que permiten el nacimiento de grupos grandes y uniformes de pollitos de 1 día.
Una consecuencia de este sistema es el retraso en el desarrollo de la microbiota intestinal y del sistema inmunitario de los pollitos debido a la ausencia de la microbiota materna y la falta del estímulo para desarrollar rápidamente el sistema inmunitario.
Evidentemente, los pollitos tienen incorporada una reserva de nutrientes -el saco vitelino-, pero cualquier demora en acceso a alimento y agua en la granja puede suponer un retraso en la maduración de los sistemas digestivo y inmunitario.
El retraso en el establecimiento de un sistema inmunitario saludable y de la microbiota intestinal implicar abrir las puertas a la colonización por bacterias patógenas, como Salmonella, Campylobacter y otros patógenos que hacen que las aves jóvenes sean más susceptibles a las enfermedades, evitando que alcancen todo su potencial genético.
SOPORTE DE LA SALUD INTESTINAL Y FUNCIÓN INMUNITARIA
Para garantizar el éxito en la producción avícola comercial, es importante centrarse en lograr que las aves jóvenes tengan un buen comienzo, independientemente de todos los problemas de salud a los que se enfrenten.
El acceso temprano a nutrientes es crucial y si se combina con intervenciones de eficacia probada sobre el alimento y agua, se pueden lograr mejoras sustanciales en el desarrollo de la microbiota intestinal y del sistema inmunitario.
Para dar respuesta a esta necesidad, en la actualidad existe una amplia gama de productos en el mercado, con multitud de mecanismos de acción.
La mejor guía para determinar la eficacia de estos productos es la investigación científica.
Así, a pesar de que en la producción avícola moderna han ido surgiendo potenciales problemas, también suponen una oportunidad para encontrar nuevas soluciones que trabajan de forma natural junto con la biología de las aves.
Lograr un rendimiento y salud óptimos es posible si se cuenta con la combinación adecuada de genética, manejo e intervenciones tempranas apoyadas en investigaciones científicas centradas en la salud digestiva y la función inmunitaria.