La técnica de lectura de Johnson & Reid nos permite conocer en cada momento qué nivel de coccidiosis tiene un lote
Diagnóstico de la coccidiosis: identificación, valoración y recuento de ooquistes
La cría de pollos a altas densidades de población en granjas intensivas favorece la infección, replicación de diferentes Eimerias y la aparición de casos de coccidiosis aviar. A pesar de los grandes avances en la prevención y control, la coccidiosis continúa siendo una de las principales enfermedades en las granjas avícolas -principalmente en la producción de broilers- por sus consecuencias tanto patológicas sobre la integridad intestinal como por su impacto económico
"Actualmente, la coccidiosis está bien controlada en la mayoría de las granjas avícolas intensivas, pero continúa siendo una amenaza importante donde las medidas de control no se aplican correctamente. Por este motivo, es fundamental implantar un “Sistema de Monitoreo de la Salud” -HTSi® – Health Tracking System- basado en necropsias periódicas y sistemáticas de animales representativos, para valorar la integridad intestinal y diagnosticar los eventuales casos de coccidiosis. Los cuales, si no se detectan y corrigen a tiempo, suponen grandes pérdidas económicas por la menor eficiencia productiva de las aves."
El diagnóstico de coccidiosis se hace en base a los signos y las lesiones intestinales macroscópicas características de cada especie, que se correlacionan con la observación microscópica de un gran número de ooquistes o formas parasitarias intermedias del ciclo del coccidio -esquizontes y gametocitos-.
No debemos olvidar que un cierto nivel de coccidiosis es deseable y necesario si queremos despertar la inmunidad del ave, sin que ello suponga una coccidiosis.
La técnica de lectura de Johnson & Reid nos permite conocer en cada momento qué nivel de coccidiosis tiene un lote
Diagnóstico Diferencial
La coccidiosis se debe diferenciar de otras enfermedades aviares que cursan con enteritis y diarrea: la enteritis necrótica, la enteritis ulcerativa, la disbacteriosis, las micosis digestivas, la salmonelosis cecal, la histomoniasis cecal y la capilariasis intestinal. En ocasiones la coccidiosis puede estar desencadenada por enfermedades inmunodepresoras como la enfermedad de Gumboro, la enfermedad de Marek, la anemia infecciosa del pollo, y otros
Generalmente, las características de las lesiones y su localización en el tracto intestinal nos indican las especies de Eimeria causantes de la coccidiosis. Sin embargo, ante la duda, una observación microscópica permitirá una identificación definitiva.
La coccidiosis se debe diferenciar de otras enfermedades aviares que cursan con enteritis y diarrea: la enteritis necrótica, la enteritis ulcerativa, la disbacteriosis, las micosis digestivas, la salmonelosis cecal, la histomoniasis cecal y la capilariasis intestinal.
En ocasiones la coccidiosis puede estar desencadenada por enfermedades inmunodepresoras como la enfermedad de Gumboro, la enfermedad de Marek, la anemia infecciosa del pollo, y otros.
Recuento de ooquistes
En ocasiones se recurre al recuento de ooquistes como un sistema fiable para validar el examen macroscópico de lesiones y evaluar la situación en que se encuentra una granja, zona o integración frente a la coccidiosis. • La realización de un recuento de ooquistes exige una toma de muestras correcta: se toman como mínimo 20 heces, -que sean representativas de las que hay en cada zona de la nave- en un recorrido en zigzag por la misma, de manera que al final tengamos heces tomadas en todos los puntos de la misma, incluyendo descargas cecales.
Debemos siempre comparar resultados de muestras obtenidas en los mismos días de vida, ya que, en el actual modelo de producción, los picos de excreción de ooquistes se producen normalmente entre los 23 y 28 días de vida independientemente del tipo de nave, concentración de animales, etc... El aumento y posterior disminución de ooquistes nos indica cómo se produce el pico en una granja o en una zona.
Entre los 23 y 28 días de vida se producen los picos de excreción de ooquistes
El número de ooquistes en las heces es algo que tiene que ser interpretado con mucha cautela.
Ante la sospecha de que podemos tener coccidiosis, lo más adecuado es visitar las naves y realizar una valoración de lesiones macroscópicas.
Cantidades superiores a 100.000 ooquistes/g tienen valor diagnóstico
En todo caso, la gravedad de la infección dependerá de:
En pollos y gallinas se han identificado siete especies de Eimeria -coccidias-:
Generalmente, las características de las lesiones y su localización en el tracto intestinal nos indicaran las especies de Eimeria que están presentes en el intestino.
En broiler joven son tres las especies de Eimeria más prevalentes capaces de provocar coccidiosis con las consiguientes pérdidas económicas: E. acervulina, E. máxima y E. tenella.
En animales de mayor edad -más de 54 días- E. necatrix puede producir coccidiosis acompañada de importantes pérdidas. Por otro lado también observamos en campo esporádicamente animales afectados por E. brunetti.
Eimeria acervulina
Es la más común en campo y la de mayor repercusión económica ya que los casos de mortalidad son muy extraños, afecta fuertemente al Índice de Conversión y también a la Ganancia Media Diaria.
Causa lesiones necróticas en el tercio anterior del tracto intestinal, aunque podemos encontrarla extendiéndose en tramos posteriores hasta el divertículo de Meckel.
E. acervulina es un patógeno de moderada gravedad que puede pasar desapercibida en forma de coccidiosis subclínica
Afecta las criptas del epitelio duodenal, situándose de manera descendente en las mismas. Inicialmente da lugar a lesiones blanquecinas en forma de punteado, placas o estriaciones que posteriormente evolucionan a forma de escalera.
Eimeria maxima
Causa enteritis moderada o grave con petequias en el tercio medio, a veces con marcada dilatación y engrosamiento de la pared intestinal.
Produce lesiones en el intestino medio -yeyuno-, alrededor del divertículo de Meckel, inicialmente las lesiones son hemorragias puntiformes con moco anaranjado, que evolucionan lentamente a intestino hemorrágico.
E. maxima es la más común en el campo, afectando de manera severa al índice de conversión y a la ganancia media diaria
Eimeria tenella
Causa una marcada inflamación de los ciegos -tiflitis- con ocasional implicación de las áreas adyacentes del intestino.
En los estadios iniciales de brotes de coccidiosis aguda hay mortalidad con lesiones muy graves en las que no hay presencia de ooquistes -pero sí esquizontes-; esto es debido a que la infección ha sido tan intensa que los animales mueren antes de que el coccidio haya finalizado su ciclo.
En estos casos, aunque pueda observarse sangre en las deyecciones, el número de ooquistes en las heces puede ser bajo y no indica la gravedad de la infección; pasados uno o dos días las aves restantes excretarán millones de ooquistes.
La E. tenella es un patógeno grave que causa anemia y elevada mortalidad
Eimeria necatrix
E. necatrix muy rara vez se observa en el pollo broiler, dado que el período actual de engorde, demasiado corto, no da el tiempo necesario para que manifieste su patogenicidad.
Causa grave enteritis en el tercio medio, pero en casos muy graves abarca todo el tracto intestinal. La enteritis a menudo se caracteriza por congestión, hemorragias, necrosis y heces sanguinolentas.
El tercio medio del intestino está marcadamente dilatado, inflamado y engrosado. En la serosa externa del intestino se observan petequias hemorrágicas y punteados blanquecinos -esquizontes- que le dan un aspecto de sal y pimienta característico.
En los raspados de la mucosa intestinal sólo se observa la presencia de grandes esquizontes; los ooquistes -20 x 17 micras de promedio- se detectan en el ciego y pueden no ser numerosos. La mortalidad puede preceder a la aparición de ooquistes en las heces.
El período actual de engorde del broiler no da tiempo necesario para que se manifieste la patogenicidad de E. necatrix
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