EE.UU. duplica importaciones de huevos brasileños ante la crisis de precios

• Este desabastecimiento ha impulsado la inflación en los alimentos, mientras que las disputas comerciales de Trump amenazan con interrumpir las cadenas de suministro y elevar los costos de los productos frescos y otros bienes.

Para mitigar la crisis, en febrero, el gobierno anunció un plan de mil millones de dólares para reducir los precios de los huevos. Este plan incluye medidas para prevenir la propagación del virus en las granjas avícolas e investigar opciones de vacunas. Además, se han impulsado las importaciones de huevos de países como Turquía, Brasil y Corea del Sur, los cuales históricamente enviaban pocos huevos a Estados Unidos, y se ha solicitado a Europa que envíe más.

• En febrero, las importaciones de huevos provenientes de Brasil aumentaron un 93% respecto al año anterior, según la Asociación Brasileña de Proteína Animal, ABPA.

La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA) está revisando una solicitud del Consejo Nacional del Pollo, que busca permitir la venta de huevos puestos por gallinas que se destinaban a pollo de carne. Actualmente, esos huevos se destruyen debido a la falta de refrigeración adecuada para cumplir con los estándares de seguridad alimentaria de la FDA.

En 2023, la FDA rechazó una solicitud similar debido al riesgo de salmonella. Sin embargo, la industria avícola espera que ahora la agencia apoye la iniciativa, alineándose con el objetivo de Trump de reducir las regulaciones innecesarias, según Ashley Peterson, vicepresidenta del consejo.

Cada año, las gallinas ponen alrededor de 360 millones de huevos que no son aptos para la cría de pollitos. Algunos se utilizan para fabricar vacunas, se exportan o se destinan a otros fines, pero la mayoría se destruye.

Desde Wayne-Sanderson Farms, uno de los principales productores de carne de pollo en EE.UU., se calcula que desecha aproximadamente 500.000 huevos a la semana que no cumplen con las especificaciones.

Antiguamente, estos huevos se vendían para su pasteurización en plantas de procesamiento de alimentos. Sin embargo, una normativa de la FDA de 2009 exige que el huevo sea refrigerados a 7 grados Celsius (45 grados Fahrenheit) dentro de las 36 horas posteriores a su puesta, lo cual es incompatible con la forma en que los productores de pollos de engorde almacenan estos huevos.

El consejo argumenta que los huevos no representan un riesgo para la salud pública, ya que estos eran pasteurizados, y destaca que no han tenido problemas de seguridad antes de la normativa de 2009. No obstante, los expertos en seguridad alimentaria advierten que una refrigeración insuficiente podría permitir el crecimiento de patógenos, lo que haría que la pasteurización no fuera completamente efectiva.

En enero, la administración Trump permitió la importación de huevos brasileños para ser procesados en productos alimenticios destinados al consumo humano, después de que inicialmente solo se permitiera su uso en alimentos para mascotas. Brasil ya había demostrado que cumplía con los requisitos de EE.UU. para exportar huevo para procesamiento.

Sin embargo, Brasil enfrenta un brote de la enfermedad de Newcastle, un virus que afecta a las aves, lo que impide que el país exporte huevos frescos para venta en supermercados o como líquidos pasteurizados para consumo humano.

Además, en estados como Nevada y Arizona se han suspendido algunas políticas de bienestar animal que exigían que los huevos provinieran de gallinas criadas en libertad, con el fin de abordar la escasez y los altos precios de estos. En Nevada, una ley de 2021 que exigía que todos los huevos fueran de gallinas libres de jaulas fue suspendida en febrero. Mientras, en Arizona, los legisladores están considerando derogar una norma similar debido a la crisis de la Influenza Aviar.