Para leer más contenidos de aviNews América Latina Septiembre 2016
Para leer más contenidos de aviNews América Latina Septiembre 2016
Contenido disponible en:
English (Inglés)
Cuando se considera el proceso integral de formular, producir y entregar un alimento para satisfacer los requerimientos nutricionales de las aves, se generan tres tipos diferentes de alimentos:
La forma más apropiada para que lo que esté comiendo el ave se aproxime a la formulación que le hemos diseñado es conociendo muy bien las materias primas que se están comprando; teniendo un buen manejo del almacenamiento de esos ingredientes; una manufactura adecuada y una proceso eficiente de alimentación
La compra de materias primas y especialmente de aditivos debe realizarse bajo la supervisión técnica permanente que oriente correctamente al personal de compras.
Debido a la escasez y consecuentemente al alto costo de las materias primas en los últimos años, es más frecuente encontrar lotes de inferior calidad debido a diluciones de la composición nutritiva por un exceso de humedad o por adulteraciones, que muchas veces conllevan una contaminación fúngica que puede derivar en intoxicaciones por la presencia de micotoxinas.
Todavía existen problemas con lotes de harina de soya mal procesados que generan graves problemas de desempeño junto con camas húmedas y deterioro del cojinete plantar cuando la cocción no se realizó adecuadamente.
Debido al enorme aumento del consumo de alimento del pollo actual, se ha observado que la presencia de niveles relativamente bajos de inhibidores de tripsina en la dieta son capaces de ocasionar problemas de tránsito rápido o de disminución de la digestibilidad del alimento. Esta situación sugiere que niveles mayores de 0,1 de actividad ureásica o de 3 mg de inhibidores de tripsina por gramo de soya afecten desempeño en pollitos. En el caso de sobrecalentamiento en la cocción de la soya, que es menos común, la situación no es tan seria y se puede contrarrestar adicionando una cantidad extra de lisina o de lisina y metionina a la ración.
La calidad de los ingredientes nunca mejora a través del tiempo; por lo tanto durante el almacenaje se debe tratar de minimizar su deterioro.
Para una formulación adecuada es imprescindible conocer el producto o los productos finales de venta, los desafíos normales que enfrenta el ave para decidir correctamente los aditivos preventivos a utilizar en la ración y tener la mejor estimación de sus requerimientos nutricionales en cada etapa productiva.
Aunque parezca increíble, no conocemos a ciencia cierta más que el 30% de las necesidades de las aves; de tal manera que para la mayoría de los nutrientes es sencillamente la mejor estimación que podemos tener en nuestras propias condiciones.
La digestibilidad de los principales ingredientes proteicos usados en la alimentación avícola es de alrededor de un 85%; sin embargo la utilización de los aminoácidos para formar proteína corporal muchas veces es menos eficiente debido a imbalances aminoacídicos provenientes de excesos de proteína.
La contaminación con micotoxinas suponen el principal problema durante el almacenaje de los ingredientes del alimento
Niveles excesivos de proteína en la ración no sólo significan un costo adicional de la fórmula, sino que, además pueden afectar el desempeño productivo de las aves. Este efecto negativo es particularmente notorio en aves que se encuentran en condiciones de estrés calórico. Las aves no tienen un requerimiento de proteína cruda como tal; sólo necesitan una cantidad que asegure la suficiente reserva de nitrógeno para la síntesis de los aminoácidos no esenciales.
Sin embargo, debido al limitado conocimiento que aún existe sobre los requerimientos exactos de aminoácidos indispensables y sus interrelaciones, no se ha podido establecer claramente el límite mínimo confiable de proteína.
La adición de glicina ha resultado necesaria para recuperar el desempeño en pollos cuando se reduce demasiado la proteína y se depende exclusivamente de los aminoácidos esenciales. Sería recomendable comenzar a formular con un mínimo de glicina + serina
Si se dispone de valores suficientemente confiables de aminoácidos digestibles en los ingredientes y se establecen adecuadamente los requerimientos mínimos de aminoácidos digestibles indispensables necesarios para una eficiente productividad de las aves, es posible formular dietas de aves con niveles reducidos de proteína cruda.
La propuesta en relación a la nutrición proteica es formular en base a niveles sugeridos de aminoácidos digestibles de acuerdo a un patrón ideal que los relacione. En los últimos años se ha generado suficiente información como para sugerir una relación ideal confiable para cada etapa de los pollos de engorde. En la Tabla 1 se muestra el rango actualizado de niveles sugeridos de aminoácidos digestibles con el objetivo de maximizar el desempeño productivo.
Tabla 1. Relación sugerida de aminoácidos digestibles en pollos de engorde. Adaptada y Actualizada de Douglas Zaviezo 2012. Puntos críticos en la nutrición de pollos. Memorias VIII Seminario Internacional en Ciencias Avícolas. Santa Cruz, Bolivia
Los niveles sugeridos de arginina digestible debieran aumentarse a por lo menos 110% de la lisina digestible cuando los pollos están expuestos a estrés calórico y también si se desea maximizar la respuesta inmune
El potencial genético y el costo actual de la formulación hacen más crítico mantener una óptima integridad intestinal para maximizar la productividad.
Es necesario reducir o eliminar la presencia de hongos y la exposición a las micotoxinas, tener una prevención adecuada y segura de las coccidias, junto con mantener una población estable de la microflora intestinal.
UTILIZACIÓN DE ENZIMAS
Las enzimas son proteínas con funciones muy específicas y su nombre proviene del sustrato al cual hidrolizan y que el ave no puede digerir o no lo hace en forma adecuada, reduciéndolo a partículas absorbibles con valor nutritivo para el animal. Las enzimas aumentan la digestión y absorción de nutrientes y deben estar debidamente evaluadas para que se considere su utilización. Es imprescindible que sean termoestables cuando se usen en dietas texturizadas.
La mayor controversia en el uso de enzimas se ha producido con la respuesta variable que tienen las diferentes carbohidrasas en las dietas a base de maíz y soya. Esta respuesta variable se debe a diferentes factores:
Es siempre recomendable compartir con el personal técnico encargado de la fabricación del alimento los puntos críticos de la manufactura que pueden afectar a las aves como por ejemplo que las balanzas estén descalibradas y no exista un programa establecido de calibración o encontrar que las balanzas son inadecuadas para el peso requerido; creando ambas situaciones deficiencias en el pesaje de materias primas. También el diseño, mantenimiento y limpieza de la mezcladora son fundamentales para producir un alimento adecuado.
La gran ventaja de un tamaño de partícula entre 0,8 a 1,0 mm es una molleja funcional más desarrollada que promueve el reflujo alimenticio y una mayor motilidad intestinal lo que aumenta la digestibilidad general del alimento
MOLIENDA Y TEXTURA
El tamaño de partícula es de gran importancia en las aves, pues su capacidad gustativa y olfativa es muy limitada. El consumo de alimento en las aves, además del estímulo visual, depende de mecanoreceptores ubicados en el pico que se estimulan con un cierto tamaño de partícula.
HARINA: Los mejores resultados se obtienen con una molienda que genere partículas entre 0,8 a 1,0 mm, sobre todo cuando el alimento es en harina.
ALIMENTO PALETIZADO: En el alimento peletizado también se recomienda que los granos no tengan una molienda muy fina (0,6 mm), porque en caso de que se desarme el pelet, difícilmente el pollo va a comer los finos.
Idealmente la textura del alimento debiera ser mini-pelet o quebrantado en el pre-inicio, quebrantado en el inicio y peletizada en las siguientes dietas. La peletización mejora ganancia de peso y eficiencia alimenticia (5-10 %) dependiendo de la calidad del pellet, grasa adicional y el uso o no de ingredientes de baja densidad. Si se logra llegar con una dieta 100% pellet al plato del comedero, su efecto en el desempeño productivo del pollo equivale a 180 kcal/kg adicionales de energía metabolizable a la misma dieta en harina.
Un alimento puede perder su calidad durante el traslado desde la fábrica de piensos hasta el comedero por mal almacenaje en la granja o por destrucción de su textura debido a inadecuado manejo del sistema de comederos. Durante la crianza del pollo de engorde tenemos que decidir el número de dietas que le vamos a proporcionar, lo que dependerá en gran medida del peso de mercado y de la capacidad de la fábrica de alimento.
El criterio utilizado para cambiar las dietas tiene una repercusión productiva interesante; resulta más beneficioso cambiar las dietas por consumo que por edad, pues afectamos menos a los lotes de pollos pequeños y favorecemos a lotes con pollos de mayor peso.
Existen prácticas de manejo alimenticio orientadas a reducir el costo de producción con mejora en la conversión alimenticia, donde se utilizan raciones óptimas de pollos y después de los 21 días de edad se comienza un sistema de restricción diario de alimento correspondiente al 95% de lo que el pollo comería diariamente ad libitum.
Es prácticamente imposible saber con absoluta certeza que están comiendo las aves; por lo tanto tenemos que conocer muy bien las materias primas con las que estamos formulando, cuidarlas durante su almacenaje, formular adecuadamente, manufacturar el alimento lo más cercano a la formulación y alimentar eficientemente a las aves para tener una mejor idea de lo que realmente están comiendo.
Con las actuales estirpes de alto rendimiento productivo, se ha hecho necesario suministrar suficientes nutrientes para poder conseguir que manifiesten todo su potencial genético. Sin embargo, se debe considerar que la respuesta máxima en términos de producción no necesariamente corresponde a los resultados más rentables.
Es imprescindible que un buen análisis de las condiciones del mercado y del costo del alimento acompañen las decisiones sobre los niveles específicos de nutrientes a utilizar.
