Las bacterias del género Salmonella más importantes en avicultura se pueden dividir en dos grandes grupos.
Las adaptadas al huésped e inmóviles como S. entérica serovar Pullorum (SP)/Gallinarum (SG), han sido mayormente erradicadas en los países industrializados. A pesar de que son identificadas con un solo serovar, son diferentes desde el punto de vista genético y bioquímico.
El segundo grupo, es de mayor importancia y se conocen como Paratiroides, e incluye decenas de especies en su mayoría móviles, que representan un serio problema para la salud animal y pública. S. Enteritidis (SE) y Typhimurium (ST) son muy conocidas dentro de este grupo y pueden sobrevivir con mayor facilidad en el medio ambiente.
Generalmente las infecciones ocurren de manera asintomática y la respuesta inmune es limitada en aves jóvenes que se convierten en portadoras.
La complejidad del origen de las infecciones causadas por este grupo ha provocado que varios sectores avícolas
hayan realizado un esfuerzo mancomunado para su prevención y control. La reacción de las compañías genéticas y de las plantas de procesamiento ha consistido en producir aves reproductoras, huevos y carnes libres de contaminación.
PATOGENIA
La patogenia de las paratifoideas se divide en dos fases denominadas intestinal y sistémica.
En la intestinal, después de la ingestión oral, la Salmonella tiene que sobrevivir en presencia del pH ácido en la primera porción del sistema digestivo antes de llegar a los intestinos donde el pH (menos ácido) resulta más favorable para su crecimiento.
Una vez localizada en los ciegos, se adhiere a las células del epitelio intestinal y se ubica intracelularmente para reproducirse mejor. Como respuesta a la infección, el ave produce macrófagos que ingieren las bacterias presentes en la pared intestinal, lo que representa el inicio de la fase sistémica.
Después de la fagocitosis, el patógeno puede sobrevivir en el interior de los glóbulos blancos, multiplicarse en la sangre y diseminarse a órganos internos como hígado y bazo. La típica respuesta inmune que resulta exitosa en presencia de otras bacterias no es muy efectiva en el caso de estas infecciones.
CÓMO PREVENIR Y TRATAR LA INFECCIÓN
Lo primero a considerar en un programa de prevención es determinar el origen de la infección y qué especie está presente.
Es necesario identificar si la fuente es un ingrediente alimenticio, el personal o equipo contaminado, la presencia de vectores o la transmisión transovárica (vertical). Si desconocemos el origen será difícil tomar las medidas adecuadas.
La mayoría de los expertos en el área consideran que idealmente se deben utilizar por lo menos dos métodos de prevención. Esta combinación de medidas debe incluir una bioseguridad estricta. A continuación, revisaremos los métodos de prevención y tratamiento usados con más frecuencia.
ANTIMICROBIANOS
Aplicados en tratamiento y prevención. Su gran limitación consiste en que no son capaces de eliminar la infección permanentemente y las aves se convierten en portadoras.
Su aplicación disminuye el nivel de aislamientos en los hisopos cloacales (eliminación fecal) y confunde al veterinario porque piensa erróneamente que la infección ha sido controlada.
La realidad es que el patógeno no se detecta en las heces, pero si se aloja en los órganos internos, esperando el momento propicio (pico de producción, mal manejo, corte de pico o cualquier tipo de estrés) para reinfectar los animales. Una desventaja adicional es que impide el desarrollo de una microflora intestinal beneficiosa.
PROBIÓTICOS (EXCLUSIÓN COMPETITIVA)
Usados mayormente de manera preventiva. Los pollitos recién nacidos son muy susceptibles a las infecciones provocadas por las Paratifoideas. A mayor edad, mayor es la resistencia porque van adquiriendo una microflora intestinal favorable que los protege.
La exclusión competitiva consiste en una carrera por colonizar los intestinos con la microflora adecuada antes de que la Salmonella patógena invada. Este enfoque se ha usado mundialmente y se considera uno de los más eficientes en la prevención.
Los probióticos han demostrado consistentemente una disminución tanto en la colonización intestinal como en la subsiguiente invasión de los tejidos internos.
Su efectividad es producto de la combinación de varios mecanismos, incluyendo la producción de ácidos grasos
volátiles, disminución del pH intestinal, desarrollo de inmunidad local, ocupación de puntos específicos en el tejido epitelial, producción de varios compuestos antibacteriales y la competencia por nutrientes a nivel intestinal.
ACIDIFICANTES
Se pueden usar tanto en el tratamiento como en la prevención de infecciones. Especies patógenas de Salmonella muestran una reducción de su tasa de crecimiento cuando el pH del ambiente donde se desarrollan baja de 5.
En el caso de microorganismos que toleran la presencia de ácidos como los Lactobacillus, generalmente su crecimiento no se ve afectado. En términos generales, los acidificantes tienen dos mecanismos de acción.
El primero consiste en la disminución del pH del tracto digestivo y el segundo en un efecto directo cuando se ponen en contacto con el patógeno a nivel gastrointestinal.
Una vez los ácidos orgánicos penetran al interior de la bacteria se disocian y provocan que el pH en su interior disminuya. La bacteria reacciona llevando el pH a los niveles normales, pero mantener este proceso conlleva el consumo de más energía y eventualmente puede detenerse el crecimiento bacteriano y ocurrir su destrucción.
ÁCIDOS GRASOS DE CADENA MEDIA Y CORTA
La prohibición de antimicrobianos ha impulsado el uso de estos ácidos para control de Salmonella y otros patógenos. Su modo de acción difiere de los acidificantes porque no reducen el pH del tracto gastrointestinal.
El número de átomos de carbono (C) en su composición varia y se usa para clasificarlos en ácidos grasos de cadena corta, media o larga. Los de cadena corta contienen menos de 6 C e incluyen el fórmico (1 C) acético (2 C) propiónico (3 C) y butírico (4 C). Los ácidos grasos de cadena media contienen cadenas con 6-10 C e incluyen el caproico (6 C), caprílico (8 C) y cáprico (10 C). Los ácidos grasos de cadena larga tienen 14 C o más.
La suplementación del alimento con ácidos grasos de cadenas corta y media como el fórmico, propiónico, butírico, caproico y caprílico se han asociado en estudios científicos con un menor grado de aislamiento de Salmonella.
Adicionalmente, pueden tener un efecto favorable sobre desarrollo de la microflora beneficiosa, integridad intestinal, reducción en la concentración de Salmonella en los excrementos cecales y mejorar los parámetros productivos. Estos ácidos tienen la capacidad de intercalarse en el ADN (material genético) de la bacteria y reducir el nivel de virulencia e invasividad de la Salmonella presente.
VACUNAS INACTIVADAS Y VIVAS
Ambos tipos de vacunas, usadas por si solas o combinadas, pueden reducir de manera significativa la susceptibilidad de las aves a la infección con algunos tipos de Salmonella.
En el caso de SE, varias vacunas comerciales inactivadas disponibles comercialmente han demostrado su efectividad en reducir el nivel de colonización intestinal.
Cuando se usan las bacterinas, deben aplicarse por lo menos dos dosis durante la etapa de crecimiento para que sean efectivas. Después de la aplicación generan una buena respuesta humoral que ofrece protección parcial contra la invasión de los órganos internos y la colonización intestinal, pero no son capaces de proteger efectivamente en el caso de desafíos muy severos. Son efectivas contra la especie presentes en la vacuna, dado que su nivel de protección cruzada es muy bajo.
Las vacunas vivas atenuadas contra SE han sido utilizadas ampliamente a nivel mundial en ponedoras comerciales con buenos resultados. Desafortunadamente, la protección es corta, sólo dura entre 30 y 60 días y es necesario revacunar varias veces en crecimiento para obtener una buena protección.
En conclusión, hasta el momento no existe un método único que por sí solo pueda prevenir estas infecciones y por lo tanto existen varias técnicas que se han usado rutinariamente para prevenir o tratar las infecciones causadas por diferentes especies de Salmonella.
El control de la Salmonelosis es y seguirá siendo un tema sumamente importante y complejo desde el punto de vista de la salud aviar y pública en todo el mundo.
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AUTORES
Bruno Machado y Eduardo Romanini Especialistas en Incubación Investigación y Desarrollo de Petersime
SEGUIRDr. Marta Jaramillo Médico Veterinario MSc - Doctor en Ciencias Agrícolas Micotoxicología – Nutrición – Investigación Asesor Internacional Independiente
SEGUIRDra. Silvina Pinto- MV. PhD y docente de la Facultad de Veterinaria en la Universidad de Buenos Aires
SEGUIRM.V. Letícia Tonoli Braga - Gerente Técnica de Ventas Experta en Avicultura/DSM Productos Nutricionales S/A
SEGUIRRicardo Martín Responsable comercial y técnico de BioDevices & Automation Europa del Sur en Zoetis
SEGUIREquipo Técnico Petersime
Petersime tiene una amplia experiencia en sistemas HVAC a medida para plantas de incubación en los climas más variados.
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