Reproducción y genética

Factores que pueden afectar al desarrollo testicular del gallo

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A la gran cantidad de datos sobre la reproducción de las reproductoras se opone una relativa escasez de conocimientos sobre el gallo reproductor, la producción y la utilización de sus espermatozoides. Sin embargo, el macho juega un papel predominante tanto en la difusión del progreso genético, como en la fecundación de los huevos. Así, por ejemplo, un gallo reproductor puede ser responsable de la fecundación de 1.000-2.000 huevos en reproducción natural.

Una vez establecido el comportamiento sexual del gallo, su responsabilidad queda limitada tan solo a la producción del mayor número posible de espermatozoides de buena calidad En este artículo se pretende hacer una revisión del aparato reproductor del gallo y destacar los periodos y puntos críticos del desarrollo testicular para poder comprender mejor los factores que pueden afectar a la fertilidad de los reproductores.

Descripción del aparato reproductor del gallo

TESTÍCULOS:

Los testículos son internos y están situados entre la base de los pulmones y el segmento intermedio de los riñones. Aunque están próximos a los sacos aéreos, su temperatura es la misma que la temperatura corporal del animal (41-43ºC). En consecuencia, la espermatogénesis en las aves no tiene lugar a una temperatura inferior a la corporal, al contrario de lo que sucede en el escroto de algunos mamíferos. Los testículos de las aves tienen más o menos la forma de una judía

Tamaño

La variaciones individuales del peso testicular son considerables, en gallos de la misma estirpe, de la misma edad, criados y alojados en las mismas condiciones. El peso del testículo puede variar entre 15 y 40 g cuando alcanza la madurez sexual (aproximadamente 28 semanas) y mucho más aún al final del periodo reproductivo (62 semanas); entre 5 y 30 g. En la práctica es importante conocer estas diferentes variaciones porque guardan una estrecha relación con las producciones numéricas de espermatozoides.

Los gallos poseen un pene pequeño, que en erección se llena con linfa, procedente de pliegues linfáticos. Este líquido se añade al semen en el vaso deferente y ambos se inyectan simultáneamente a lo largo del surco longitudinal del pene. En el momento de la cópula solamente hay contacto entre las cloacas del macho y de la hembra

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Factores que afectan al desarrollo testicular & a la implantación de la espermatogénesis

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Periodos del desarrollo testicular e implantación espermatogénesis

Periodo embrionario

Los primeros signos de actividad espermatogénica se ponen de manifiesto a partir de la décima hora de incubación, cuando tiene lugar la diferenciación de las denominadas células germinales primarias.

Periodo post natal

Eclosión

El peso testicular del pollito de un día es de 3 a 5 mg. La actividad espermatogénica no se inicia al mismo tiempo en todos los tubos seminíferos, sin que las razones sean, todavía hoy, conocidas. El posterior desarrollo testicular y la implantación de la espermatogénesis se realizan en 2 fases (prepúber y púber). La duración de estas fases y las edades que tienen lugar varían dependiendo de las condiciones del medio (especialmente, de la iluminación).

Periodo Prepuber (hasta las 8-10 semanas)

En este periodo tiene lugar una proliferación de las células de Sertoli, cuyo número por testículo pasa de 1-5 millones, al día de edad, a 100 millones y más a las 8-10 semanas. Esta cifra ya no varía después que el ave alcanza la edad adulta. Una vez concluida la diferenciación de las células de Sertoli (inicio de la fase Púber), ya no son capaces de multiplicarse, o sólo lo hacen de forma muy lenta. Es evidente que una parte importante del potencial de producción de espermatozoides del ave adulta se encuentra determinado desde temprana edad.

reproductoras avicultura

Periodo Púber (hasta 28 semanas)

La pubertad puede definirse por la aparición de los primeros espermatozoides (edad correspondiente a 10 semanas), corresponde con un peso testicular de 1 g de media y la madurez sexual, por la diferenciación del crecimiento ponderal de los testículos hasta las 28 semanas. Es sobre todo en la segunda parte de esta fase cuando se produce un desarrollo testicular rápido. Esta fase rápida se detiene aproximadamente a las 28 semanas de edad, casi tan bruscamente como comenzó

Periodo adulto

Durante este periodo, se puede observar, bien un mantenimiento de los testículos, bien, por el contrario, una disminución rápida de su peso y de su producción de espermatozoides

Variabilidad individual del desarrollo del peso individual y de la producción de espermatozoides

Variabilidad individual del peso testicular y de la producción de espermatozoides en el adulto

En la práctica, existe una gran variabilidad del peso testicular (coeficiente de variación: 20 al 30 por 100) entre gallos adultos del mismo origen y criados en las mismas condiciones. Hay una clara relación entre el peso corporal, el peso de los testículos y la fertilidad. Por esta razón, es esencial contar con un buen manejo de los machos, para evitar que el desarrollo de los testículos se vea inhibido. Aunque, en general, es cierto que los machos más grandes poseen testículos más grandes, en lo que concierne a los reproductores actuales, el peso corporal de los mismos no es ni la única solución ni la definitiva para lograr una fertilidad óptima. En efecto, como se ha demostrado, los machos con sobrepeso a menudo no presentan un desarrollo óptimo de los testículos.

avicultura

Fig 2: Foto que muestra los distintos tipos de engorde de
los machos de 35 semanas, ilustrando el efecto del peso y
de la condición del macho sobre el tamaño de los testículos
En la parte inferior, los testículos de los machos en cuestión
y su relación con los distintos tipos de engorde
John Powley,Aviagen

Variabilidad de la producción de espermatozoides en el adulto

Este aspecto, hace que la producción testicular de espermatozoides pueda diferir considerablemente de un individuo a otro (coeficiente de variación: 20 al 40 por ciento), y estas diferencias se incrementan con la edad. La existencia de esta variabilidad hace muy difícil una planificación racional de una explotación de gallos, por ello se trabaja con un margen de seguridad y por ello resulta preciso, identificar, lo antes posible, a aquellos gallos que van a conservar la mayor producción de espermatozoides y saber eliminar aquellos que permanecen poco fértiles y o estériles.

Además hay que tener en cuenta la forma en que los gallos distribuyen dicha producción. Los machos más activos pueden cubrir hasta 30 veces al día. Los primeros eyaculados contienen un número muy elevado de espermatozoides (hasta varios miles de millones), mientras que los siguientes contienen muchos menos y los últimos apenas si tienen. Por otra parte, algunas gallinas pueden ser cubiertas muy a menudo, mientras que otras sólo lo son una vez por semana, e incluso menos.

reproducción en avicultura

Control del desarrollo testicular y de la producción de espermatozoides por los factores externos

Temperatura ambiente

Cuando los gallos son adultos, la zona de temperatura más favorable para la producción de espermatozoides se sitúa entre 15 y 25 º C. Por debajo de los 15ºC, el número de espermatozoides no disminuye a no ser que los gallos no puedan alimentarse suficientemente. Por el contrario, cuando la temperatura sobrepasa los 25ºC, la actividad sexual y la producción de espermatozoides puede disminuir. Estos efectos son patentes cuando la temperatura ambiente supera los 30ºC, si bien depende de la cronología de la elevación de la temperatura. Si este “choque térmico” no dura más de 1 a 3 días, se consigue una recuperación rápida (una semana). Pero la recuperación es mucho más lenta (varias semanas) si ha habido una elevación prolongada de temperatura

Influencia del nivel nutricional

La disminución del nivel proteico de la ración (normalmente situado entre 15 y el 17 por 100 en las reproductoras) no afecta a la fertilidad de los gallos. Así un “alimento de mantenimiento” que sólo contenga un 11 por 100 de proteína totales no afecta ni al desarrollo testicular ni a la producción, ni a la calidad de los espermatozoides. En consecuencia, no hay interés ninguno en alimentar los gallos con piensos de alto contenido proteico; incluso, parece que en ciertos casos, por exceso de proteína, disminuye la fertilidad. Por otra parte, el elevado contenido en calcio de las gallinas reproductoras podría ser contraproducente para la fertilidad de los gallos. Está comprobado que piensos que sólo contienen un 1 por 100 de calcio permiten una fertilidad muy alta.

Influencia de la iluminación

Parece que el desarrollo testicular del gallo depende poco de la intensidad de la luz o de su longitud de onda. Machos mantenidos desde el nacimiento a luz azul o verde, desarrollan sus testículos con un poco de retraso con respecto a animales testigos criados con luz blanca, a las 18 semanas: 11 g frente a 15,7 g con luz blanca). Paradójicamente, la luz roja provocaría un retraso del crecimiento (peso testicular medio a las 18 semanas: 8,5 g). Falta determinar si el efecto indicado sobre el crecimiento testicular es o no recuperable posteriormente.

CONCLUSIONES

El desarrollo testicular es clave para tener una buena producción seminal y una buena fertilidad en los gallos reproductores. Este desarrollo testicular comienza en edad temprana. Para las 8-10 semanas el gallo habrá completado la dotación de células de Sertoli para toda su vida.

A partir de la semana 15 el crecimiento se acelera. El crecimiento más relevante de los testículos sucede durante las primeras tres semanas, a partir del primer estímulo de luz. El peso de los testículos alcanza el pico, aproximadamente, a las 28-30 semanas.

A partir de las 35 semanas, se produce un declive natural, tanto del tamaño de los testículos, como de la fertilidad. El ritmo de este declive se verá acelerado si el manejo de las aves es deficiente.

Los datos recogidos por Aviagen demuestran que hay una relación positiva entre el peso de los testículos y la fertilidad de las aves, de tal manera que los machos con testículos pequeños (<6g) son, generalmente estériles.

Los datos ponen de relieve la necesidad de mantener el peso corporal de los machos, y muestran que, al evitar la pérdida de peso de los machos más viejos, se contribuirá a que se mantenga el peso de los testículos y, por consiguiente, la continuidad de la fertilidad, hasta las últimas fases de producción.

Los datos no indican que sean necesario criar machos más pesados, ya que esto reducirá su fertilidad. Pero si resaltan la importancia de optimizar pesos y condición adecuada del macho (“fleshing”) durante todo el periodo de puesta. Existen además factores individuales, externos (tales como temperatura, manejo, iluminación o nutrición) que afectan al desarrollo testicular y a la calidad seminal y que hay que tener en cuenta desde edades muy tempranas para hacer que el gallo tenga un desarrollo adecuado de su aparato reproductor

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