INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN
La infección por Staphylococcus o estafilococosis se refiere a las enfermedades causadas por las bacterias del género Staphylococcus, que generan distintas lesiones según la zona afectada (Tabla 1). Staphylococcus aureus (S. aureus) es una bacteria en forma de coco grampositiva y catalasa-positiva que forma grupos similares a racimos de uvas en frotis coloreados.
En la población de reproductoras, el S. aureus es la forma más común de la infección y causa tenosinovitis (inflamación de la vaina del tendón y artritis en las articulaciones del corvejón y la rodilla (pierna) en aves de todas las edades.
Tabla 1. Infecciones estafilocócicas en las aves de corral.
Las infecciones por Staphylococcus se producen con más frecuencia en condiciones que generan cortes en el recubrimiento epitelial, la mucosa intestinal o la barrera de la piel, y puede verse exacerbada por enfermedades inmunosupresoras o situaciones que les permitan generar una enfermedad. Por eso, se la considera una bacteria oportunista. Los momentos de significancia clínica en la vida de las aves se resumen en cuatro períodos:
Semanas 0 a 2: la onfalitis y necrosis de la cabeza femoral (NCF), o la condronecrosis bacteriana con osteomielitis (CBO) suelen relacionarse con la contaminación del huevo o de la planta de incubación, y con procedimientos como los tratamientos en las falanges. Las lesiones de los tarsos rojos podrían permitir que los patógenos ingresen por la barrera de la piel. Estas situaciones son más comunes durante los meses cálidos y húmedos del año.
Semanas 2 a 8: articulaciones del corvejón y la rodilla infectadas en forma secundaria debido a coccidiosis o reacciones graves a las vacunas (Figura 1).
Semanas 10 a 20: articulaciones del corvejón y la rodilla infectadas en forma secundaria por problemas con la vacunación o por una manipulación inapropiada durante la vacunación. La muy alta densidad, la mala distribución del alimento y el espacio insuficiente en los comederos empeoran estos problemas.
Semanas 24 a 30: articulaciones del corvejón y la rodilla infectadas, y pododermatitis (absceso plantar) causados por los problemas con el movimiento, el apareamiento y el comienzo de la producción de huevos. La agresión de los machos, las lesiones asociadas con el mal mantenimiento de los equipos de alimentación, las cajas de nidos y los slats (rejillas), y la mala calidad de la cama también contribuyen con el surgimiento de infecciones estafilocócicas durante este período.
Figura 1: Tarsos inflamados por una infección de Staphylococcus.
PATOGENIA
El Staphylococcus aureus es un organismo extendido en el entorno de los galpones de reproductoras y puede aislarse en las camas, el polvo y las plumas. La bacteria se considera un residente normal de los pollos —se alojan en la piel y en las plumas, y en las vías respiratorias e intestinales— y, en condiciones normales, no supone una amenaza.
El organismo debe ingresar al sistema circulatorio para causar enfermedades. Por lo tanto, la probabilidad de infección aumenta con una lesión, que les brinda a las bacterias una ruta de ingreso. Las dos rutas de infección más obvias son a través de cortes en la piel o en la mucosa intestinal, posiblemente como resultado de una herida causada por una lesión o un problema intestinal, como la enteritis o la coccidiosis. Además, en algunos estudios se observó que otra ruta de ingreso importante para el Staphylococcus podrían ser las vías respiratorias. La mala calidad de aire o las vacunas respiratorias más virulentas facilitan el ingreso de los estafilococos por las vías respiratorias.
Una vez que están en circulación, los estafilococos tienen una alta afinidad por las superficies ricas en colágeno, como la superficie de las articulaciones y las vainas sinoviales que rodean las articulaciones y los tendones. Los estafilococos también se ubican en los cartílagos de crecimiento de los huesos con crecimiento activo —lo que explica la mayor incidencia de la necrosis de la cabeza femoral— también llamada condronecrosis bacteriana con osteomielitis (más prevalente en los pollos jóvenes en relación con los más adultos).
La probabilidad de que los estafilococos puedan causar una enfermedad aumenta cuando el sistema inmunitario del portador se ve afectado. Se demostró que los agentes virales, como la enfermedad infecciosa de la bursa (IBD) y el virus de la anemia del pollo (CAV), suprimen la función inmunitaria y aumentan la incidencia de dichas enfermedades estafilocócicas, como la CBO y la dermatitis gangrenosa. Otros agentes que pueden causar efectos inmunosupresores similares incluyen el virus de la enfermedad de Marek, el reovirus y las aflatoxinas en el alimento.
El mal manejo puede ser una causa significativa de inmunosupresión y debe evitarse, ya que puede afectar la función inmunitaria o crear una situación en la que las aves sean más susceptibles a la infección. Los factores más importantes que afectan el bienestar del ave incluyen la muy alta densidad, el alimento insuficiente, el espacio de bebederos y de nidos, la mala distribución del alimento, la manipulación inapropiada, la limpieza y los procedimientos de bioseguridad inadecuados, las temperaturas extremas y la mala ventilación y calidad del aire.
Se propuso que la deformidad del esqueleto tiene una función en la artritis estafilocócica. Las deformidades angulares y rotacionales de las extremidades —como las deformidades de valgus y varus— aumentan la presión sobre las articulaciones y la arquitectura esquelética de apoyo. El consecuente daño en los tendones, los ligamentos y las superficies articulares brindan a las bacterias la oportunidad de colonización. La actividad insuficiente durante el levante también hace que las estructuras esqueléticas sean más susceptibles a lesiones leves, como esguinces y distensiones. Estas lesiones leves pueden ofrecer espacio para una infección.
Las prácticas de manejo conocidas por ayudar a reducir el riesgo de enfermedades incluyen:
1.- DESARROLLO E INTEGRIDAD INTESTINAL
Figura 2. El rol del desarrollo de las vellosidades para garantizar una buena barrera digestiva.
2.-INTEGRIDAD DE LA PIEL
3.-PREVENCIÓN Y CONTROL DE PROBLEMAS RESPIRATORIOS
4.- OPTIMIZACIÓN DE LAS PRÁCTICAS DE MANEJO
SEÑALES CLÍNICAS Y LESIONES MACROSCÓPICAS
La enfermedad estafilocócica relacionada con el huevo y la planta de incubación se evidencia en pollitos deprimidos, una mortalidad temprana elevada (primeras 2 semanas), ombligos húmedos o sin sanar, y onfalitis. Otro factor que predispone a las enfermedades son las abrasiones en la piel (tarsos rojos) durante el nacimiento. También se puede producir una infección en el hueso (osteomielitis), que suele causar la necrosis de la cabeza femoral.
Los pollos con artritis y tenosinovitis evidencian cojera. La articulación del tarso suele estar comprometida, inflamada y caliente al tacto. La articulación de la rodilla es la segunda articulación más afectada. Al abrir la articulación y el tejido circundante, se observa un exudado caseoso de color amarillo o blanco. La inflamación también puede ser evidente en la superficie articular y los tendones cercanos.
Con trabajo experimental, se ha demostrado que la infección temprana con Staphylococcus o reovirus puede causar inflamación en la articulación del tarso y los tendones cercanos (Hill, et al., 1989). La infección crónica de los tendones con cualquiera de esos organismos causa fibrosis progresiva y calcificación. A medida que las aves aumentan de peso o se los ubica en los galpones con slats (rejillas), esos tendones pueden romperse y causar una pérdida permanente del uso de la pierna afectada. Se puede formar un nudo grande (fibrosis) en el lugar de la ruptura. Se debe pensar en un diagnóstico diferencial para la artritis del reovirus usando una combinación de lo siguiente:
Sin embargo, el diagnóstico se dificulta si han pasado más de 5 semanas desde la infección, porque las lesiones microscópicas importantes se vuelven similares con el paso del tiempo. A partir de la mayoría de la evidencia de problemas de campo, no se logra probar de forma satisfactoria que los reovirus son la causa, y la mayoría de los tejidos han mejorado o se curaron sin cambios en la situación del reovirus de la parvada.
Inicialmente, el área que rodea el tendón roto — generalmente se observa en el tendón gastrocnemio, por encima del tarso— cambia de color, se vuelve de color rojizo – púrpura por la hemorragia, y luego, pasa a verde (Figura 3).
Figura 3. Tendones rotos: (A) color verdoso, (B) tendón roto (hemorragia), (C) tendón roto expuesto.
Las infecciones estafilocócicas del cojinete plantar y las falanges (pododermatitis) son comunes en los pollos adultos (Figura 4). La inflamación grave del cojinete plantar y las falanges causa la cojera subsiguiente.
Figura 4. Absceso plantar o pododermatitis.
La osteomielitis puede causar cojera o parálisis según si se ve afectado un hueso largo o la columna vertebral (Figura 5). Las zonas óseas que suelen verse afectadas son la cabeza proximal del tibiotarso, el fémur proximal (caderas) y las vértebras torácicas libres (T4). Las aves con infecciones en los huesos de las piernas se niegan a caminar. Cuando el fémur se ve afectado, la sección proximal del fémur se rompe de la diáfisis cuando se desarticula la cabeza femoral de la articulación de la cadera (necrosis en la cabeza femoral). Las lesiones macroscópicas pueden incluir exudado amarillo – marrón o necrosis en la cabeza del fémur (metáfisis). Las infecciones en los espacios articulares entre las vértebras pueden causar parálisis en las piernas. Suele necesitarse un examen histológico del tejido fijado con formalina para un diagnóstico preciso.
Figura 5.- (A) Osteomielitis en el extremo proximal de la tibia, (B) necrosis en la cabeza femoral leve, (C) necrosis en la cabeza femoral aguda, (D) y (E) Osteoartritis Vertebral (VOA), vértebras torácicas libres.
FACTORES CLAVE PARA DISMINUIR LAS INFECCIONES ESTAFILOCÓCICAS EN LA POBLACIÓN DE REPRODUCTORAS:
Manejo de los huevos para incubación: higiene del huevo y la granja
Manejo y sanitización de la planta de incubación: higiene del huevo y la planta de incubación
Manejo de la granja: factores que afectan la comodidad y el bienestar de las aves
Manejo del ambiente de la granja
Vacunación y programas de salud
TRATAMIENTO
El tratamiento de la estafilococosis varía en eficacia, pero puede ser conveniente y ventajoso para el bienestar del ave. La mayoría de los S. aureus aislados de los pollos son sensibles a la penicilina, pero siempre se deben hacer pruebas de sensibilidad, porque la resistencia antibiótica es común. La resistencia a la penicilina puede generarse rápidamente en las aves en tratamiento, por lo que puede ser beneficioso cambiar a otro antibiótico después de 5 a 7 días de tratamiento con penicilina. Otros antibióticos solubles en el agua que pueden ser efectivos incluyen la eritromicina, la lincomicina y las tetraciclinas, aunque no están disponibles en todos los países. Consulte con su veterinario avícola sobre el tratamiento con antibióticos, ya que algunos antibióticos solo pueden usarse con receta de un veterinario certificado.
Los antibióticos son más efectivos si se administran en la etapa temprana de la enfermedad. Las infecciones establecidas —especialmente con artritis y osteomielitis— no responden a los medicamentos debido al nivel de daño ya causado en la articulación y el hueso, o a la dificultad para lograr la concentración adecuada de antibióticos en el lugar donde se concentra el daño. Lo mejor es remover esas aves de la parvada.
RESUMEN
Las soluciones a largo plazo más efectivas a la estafilococosis son centrar las prácticas de manejo en la prevención minimizando todos los factores que podrían contribuir a la infección estafilocócica. Esto supone identificar y eliminar las posibles fuentes de estafilococos y reducir los factores que podrían aumentar la susceptibilidad de las aves a la infección. Considere reducir la carga bacteriana general practicando la limpieza y desinfección óptimas, especialmente después de las parvadas que tuvieron una infección por Staphylococcus. Además, promover las prácticas recomendadas de cría animal mejora el entorno de las aves y ayuda a reducir el riesgo de infecciones estafilocócicas.
*Este artículo es una actualización de la versión original escrita por Eric L. Jensen, DVM, MAM, diplomado de la ACPV, y la Dra. Carolyn L. Miller, DVM, MAM, diplomada de la ACPV (2001). Revisado por Jose J. Bruzual, DVM, MAM, MSc, diplomado del APCV, PAS.
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REFERENCIAS
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AUTORES
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